Los infantes de la Armada de México y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), que aseguraron a migrantes centroamericanos en un reciente operativo en Las Palmas, Niltepec, además de golpearlos también los extorsionaron, e incluso violaron sexualmente a dos mujeres.
OCTAVIO VÉLEZ ASCENCIO
"Tengo testimonios de algunos de los migrantes que pudieron escapar de que así fue", afirmó el sacerdote Heyman Vásquez Medina, director de la Casa Hogar del Migrante de la Misericordia, con sede en Arriaga, Chiapas.
El religioso expuso que la agresión de los marinos pudo ser documentada en fotografías por el defensor de los derechos humanos, Irineo Mujíca Arzate, originario de Michoacán, pero residente en Estados Unidos, al subirse al tren con unos 600 migrantes de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, en Arriaga, como parte de un trabajo de investigación.
Expuso que los infantes de la Armada de México detuvieron el tren junto con los agentes del INM en Las Palmas, comunidad ubicada a unos siete kilómetros de la cabecera municipal Niltepec, para posteriormente subirse y "empezar a golpear salvajemente a los centroamericanos, a pesar de no oponían ninguna resistencia".
"Unos saltaron y salieron corriendo por todos lados. Varios fueron alcanzados y otros pudieron entrar a las casas, pero hasta ahí fueron a sacarlos para también golpearos. Los tiraron al piso y los patearon", señaló.
Expresó que un oficial de la Armada de México, al percatarse de la presencia de Mujíca y de estar activando su cámara fotográfica, ordenó a sus subalternos detenerlo igualmente y despojarlo de su equipo.
"Muy enojado les dijo:'bajen a ese cabrón y quítenle la cámara'. Entonces lo empezaron a hostigar para que entregara su equipo, pero pudo esconder la memoria y pese a que comprobó ser mexicano, fue asegurado igualmente y llevado a la estación migratoria de Tapanatepec, aunque horas más tarde lo dejaron en libertad", señaló.
Destacó que él arribo posteriormente a Las Palmas y pudo encontrar aún a varios centroamericanos dispersos en la comunidad, la mayoría de ellos golpeados.
"Ahí pude recabar testimonios sobre las agresiones, pero sobre todo los extorsión y de la violación de dos mujeres. Los marinos les decían a los centroamericanos '¿cuánto traes?' y si les respondían 100 o 200 pesos, 'pues échalos', les decían y los dejaban libres. Y por los testimonios también recogidos, pude conocer que a dos mujeres las violaron en una casa abandonada y después de eso las dejaron ir con la advertencia de que no presentaran alguna denuncia. A los hombres que tenían huellas de los golpes, también los soltaron. En la casa, encontré todavía brasieres y pantaletas, algunas con restos de semen. De eso, hay también fotografías", asentó.
Resaltó que los habitantes y las autoridades municipales y agrarias de Las Palmas están "demasiado indignados" por el atropello de los infantes de Marina no solamente por entrar a sus casas sin permiso alguno sino por el maltrato a los centroamericanos.
"Ellos dicen 'nos quejamos de que a los mexicanos nos tratan mal en los Estados Unidos, pero nosotros hacemos aquí lo mismo con los centroamericanos'. También están molestos porque los hechos violentos afectaron psicológicamente a sus hijos menores", indicó.
Observó que estos hechos los denunció en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y ante esto, el pasado día dos, personal de ese organismo procedente de Coatzacoalcos, Veracruz, arribó a Las Palmas para recabar los testimonios de los habitantes y de las autoridades municipales y agrarias.
Vásquez Medina dijo que la agresión a los migrantes centroamericanos representa un llamado de atención para el gobierno mexicano porque "ni el Ejército ni la Marina" están preparados ni capacitados para la realización de operativos de seguridad pública.
"Lo que hicieron es algo muy serio; incurrieron en graves violaciones a derechos humanos y no puede quedar sí. Esto tiene que ser castigado", apuntó.
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