LA FARSA DE TELETON EN MEXICO

Carlos Loret de Mola, la “Bomba” y el movimiento anti-Teletón Erich Moncada/sdp Envía 08 de Diciembre, 2009 - 20:25 | La virulenta columna de Carlos Loret de Mola titulada “Una bomba en el Teletón” en El Universal de hoy, revela que el movimiento anti-Teletón, nacido hace sólo unos cuantos años, ha cobrado una fuerza inusitada. Televisa tiene miedo Carente de liderazgos definidos y con una organización incipiente, esta manifestación de la ciudadanía ha colocado en el debate público cuestionamientos legítimos sobre los mecanismos empleados por la iniciativa privada para impulsar sus programas de caridad y de asistencia social. La oposición nunca ha sido violenta. Por eso resulta extraña la revelación de Loret sobre las supuestas amenazas de bomba en contra de dos CRIT en Tlalnepantla, Estado de México, y en Guadalajara, Jalisco. Según el presentador de noticias, una llamada anónima provocó este lunes la evacuación del CRIT de Tlalnepantla, la cual, por fortuna, fue una falsa alarma. Loret de Mola afirma categórico, cegado por la ira, y sin pruebas en la mano, que quienes se oponen al Teletón se encuentran detrás de los amagos. ¿Ahora resulta que son terroristas? No tiene sentido. De ser ciertas las acusaciones, serían contraproducentes para el movimiento. ¿Quién se beneficia? Por supuesto, la inocente Televisa, actuando como víctima frente a estos bárbaros. El columnista presume: “quien orquestó el amago no afectó al Teletón, no vulneró a Televisa o alguna de las empresas patrocinadoras, no molestó a ningún conductor, periodista… comprometido con la causa, pero sí logró que 500 niños con discapacidad dejaran de asistir a sus terapias”. De nuevo utilizan a los niños como carne de cañón. Es verdad que las amenazas no tocaron a la empresa, pero la oposición social y su “sistemática y organizada campaña… de intento de desprestigio” sí los puso a la defensiva. Les caló hondo. Tan sólo el grupo “No dono un centavo al Teletón” en Facebook llegó a reunir espontáneamente, en un par de meses, a 22 mil miembros aglutinados en contra de la compañía de Emilio Azcárraga. Dice Loret que el movimiento anti-Teletón predica “un discurso intolerante, sin matices, violento”. ¿Pero quién es verdaderamente intolerante y violento? La empresa acostumbrada a desarrollar campañas sistemáticas y organizadas de ataque (AMLO, SME, APPO, Atenco, etc.), que de forma simplista lleva a la discusión hacia un terreno carente de matices. Televisa no duda en usar el chantaje y adoptar una posición reduccionista: Quien no está con el Teletón está en contra de los niños discapacitados. Quien está en contra de los niños, es un violento. Concluye de Mola: “El Teletón llegó a su meta de panzazo en año de crisis… Los anti Teletón sufrieron una derrota descomunal: no sólo se llegó a la meta en el monto económico sino que el número de personas que donaron superó al del año anterior”. ¿”Derrota descomunal”? ¡Si se trató de una lucha desigual! En ningún momento pensé que pudieran vencer a la maquinaria mediática y multimillonaria del Teletón. ¿Cómo contrarrestar ese implacable bombardeo de propaganda sentimentaloide? ¿Cómo derrotar a tantos intereses económicos sin una estrategia bien instrumentada? Sin embargo, Televisa debería estar muy preocupada por lo que podría suceder en dos o tres años más. 22 mil personas es una fuerza considerable; prácticamente es la mitad del SME. Y muchos de esos activistas no son fácilmente identificables y están dispersos por todo el país. Sí, habrán sufrido una derrota pero siguen de pie y, prácticamente sin recursos económicos, pusieron nervioso a uno de los poderes fácticos más dañinos de este país. No es poca cosa.