sábado, 8 de diciembre de 2007

LAS RAZONES DE UN GRAN BOICOT AL "TELECOCHINON"


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TELETÓN.
EL NEGOCIO DE LOS RESPONSABLES DEL FRAUDE.


El Teletón es uno de los negocios más exitosos en los últimos años para Banamex y Televisa, que ha tomado a la mercadotecnia y a la buena voluntad del pueblo como impulso principal. Este negocio ha dejado atrás su motivo primordial de ayudar y ahora es un negocio muy jugoso.

En México este es uno de los eventos masivos que deja más dinero que en otro país, digamos que aquí nos venden fácil la idea de que debemos ser generosos con los demás. La verdad de todo es que las empresas hacen un enorme negocio al aparecer en un horario estelar con el mayor rating de la televisión, y lo que las empresas buscan es precisamente esa imagen hipócrita de filántropos humanitarios, cuando en realidad se están haciendo publicidad a muy buen precio. Más que apoyar una causa justa, alimentan la mercadotecnia que mueve a la gente para donar una cantidad que es aparentemente duplicada por los organizadores del evento.

El Teletón le ha servido a grandes medios y grupos corporativos, principalmente a Televisa y Banamex, para construir credibilidad, que en los actuales tiempos es muy necesario para ellos y que agrega un alto valor intangible para sus empresas. Entendamos de una vez que detrás de todo este movimiento hay una intencionalidad comercial y económica, pues los medios al participar en el Teletón, lo que están construyendo es la credibilidad que realmente no tienen y ésta, a su vez, se refleja en una ampliación de la cartera de clientes y en ventas mucho más elevadas.

Televisa cobra muy bien a los participantes "solidarios" de esta cruzada por los niños con discapacidad. De esta forma, ante los ojos de los televidentes, los medios están cumpliendo una función altruista y humanitaria, pero internamente la lógica que se impone en la empresa es más bien de ambición por dinero. Televisa convirtió la influencia humanitaria de la madre Teresa de Calcuta y Diana Laura Riojas viuda de Colosio en un concepto mercadotécnico, en un negocio y una acción masiva gracias al respaldo de los grupos económicos más importantes del país, los mismos grupos que impusieron a quien se les dio la gana en el gobierno de México.

Ahora resulta que los empresarios quieren la unidad nacional y la participación social por una causa noble que comprometió desde el principio el apoyo y respaldo de grandes personalidades del espectáculo, como la hipócrita de Lucero y el "brillante" periodista ex televiso Guillermo Ortega, entre otros que todos conocemos.

El Teletón es todo un negocio que involucra solo a artistas del canal de las estrellas, presentadores faltos de audiencia, bancos, negocios, empresarios, y miles de mexicanos de buena voluntad. Esta campaña de las empresas solo puede tener éxito con la influencia de Televisa, las "celebridades" que lo promueven, la culpa y lástima que Televisa nos hace sentir al manipular nuestros sentimientos con las historias de niños y jóvenes con capacidades diferentes, y la idea de que solo nosotros los podemos ayudar.

En el Teletón todos los empresarios millonarios apoyan la iniciativa de caridad pues eso les ayuda a mostrar hipócritamente una cara más amable en un mundo en el que la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más profunda. Somos los pobres los que además de donar, compramos determinados productos adheridos a la campaña en apoyo. Los ricos disponen de generosas cámaras en foros de televisión, que muestran lo buenos y generosos que son, a pesar de que ellos tiran apenas unas migajas de sus enormes fortunas.

El Teletón además, ha servido para que hasta ahora el gobierno se desentienda de una obligación que compete en lo fundamental al Estado, atender a los niños discapacitados de escasos recursos, y para promover la imagen de un México como un país bueno y solidario en el que se puede invertir con atractivas ganancias. La verdad es que en el último año, los mexicanos nos hemos vuelto más intolerantes, racistas, clasistas e individualistas, como consecuencia de las actitudes irracionales de quienes para fin de año, nos piden unidad y solidaridad. El Teletón ha ayudado mucho, pero también ha hecho más ricos a sus creadores y promotores con el dinero del pueblo. La ambición por el dinero nos ha pedido superar la meta fijada cada año, y es que cada año que han invertido en este negocio de los medios les ha dejado ganancias multiplicadas para invertir el siguiente año en Televisa, solo que olvidan que la gente sigue viviendo con el sueldo de hace años y la manipulan en la época del año menos difícil para donar por la causa.

Que el Teletón 2006, año del fraude, sea solo responsabilidad de los empresarios irresponsables y que ellos se encarguen de soltar todo el dinero que les quedó aún después de apoyar a Calderón y que no le exijan al pueblo que done lo que el gobierno le va a ir quitando los próximos seis años. La meta siempre es superada en los momentos de aparente tensión para presionar al pueblo a ir al banco, pero ellos tienen todo controlado para que finalmente la lana sea donada y si no es de la gente, ellos la tienen que poner. Ni modo de quedar mal ante todos y no superar la meta que ellos fijaron; después de toda esta información veraz me atrevo a proponer y promover el BOICOT AL TELETÓN 2006, que toda la lana la pongan los corruptos que apoyaron el fraude en México.

Con todo respeto y apoyo a quienes se han beneficiado y lo harán, de los CRITS TELETÓN, no dejo de reconocer la importancia de este evento por su causa original, pero que ahora entiendan de una vez que se cometió un gran error al atentar contra la libertad del pueblo. Todo lo que he argumentado es cierto y no lo he dicho por ofender a nadie ni por hacer a un lado la prioridad de dar la mano a quien la necesita de corazón, lo que no me parece es que apoyemos el negocio de unos cuantos por encima del dolor de mucha gente. Propongamos que el Teletón no sea televisado y que los donadores sean anónimos para que deje de ser comercialmente atractivo y legítimamente humanitario.


MENTIRAS.



Monero Jans



El Teletón: la otra cara de la moneda


viernes, 07 diciembre 2007

Yadira Medina Holl reconoce que la manipulación y manejo de las emociones, que se hace a través del Teletón, ha rendido sus frutos.
En 10 años el Teletón ha recaudado fondos para la construcción de 11 CRIT -Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (.) y van por más.
Ha apoyado a muchas instituciones de beneficencia pública. Ha favorecido a miles de personas con capacidades diferentes y a sus familiares.

Ha unido en torno suyo a la mayoría de los medios de comunicación masiva --radio y TV-- así como a miles de mexicanos que han creído en el proyecto.
El éxito de Teletón se debe a la estructura y personal con los que cuenta Televisa, así como a su diseño y concepto. Es como una fiesta o un juego en el que todos salen ganando.
Ganan los medios de comunicación con la publicidad pagada de las empresas que lo patrocinan y de otras que se anuncian ese día.
Ganan las empresas patrocinadoras con el aumento de las ventas de sus productos Teletón y con su imagen de benefactores por el hecho de donar un porcentaje del producto de sus ventas.
Ganan los conductores, artistas y comediantes quienes aunque, se supone, no reciben pago alguno --¿o sí?--- a cambio se promocionan y proyectan su imagen para tener más "rating" y vender posteriormente más caro su talento.
Ganan los donadores que obtienen de manera personal un recibo para deducir sus impuestos.
Ganan los niños y sus familiares que serán atendidos en los CRIT.
Ganan los bancos con los miles de depósitos que se realizan durante esos días de dinero disponible para sus transacciones.
Ganan los televidentes y el público que asiste a las plazas a disfrutar la actuación de los artistas. Y gana Televisa con dinero y trabajo ajeno.
Pero está la otra cara de la moneda, la que debido a la manipulación mediática muy pocos vemos.
LO FALSO: el altruismo de las firmas empresariales y donadores que lo deducen todo de sus impuestos. Su aportación es nula ya que son los impuestos que deberían pagar a hacienda. Por lo tanto es un dinero que el Estado deja de recibir y que podría servir para los programas de desarrollo social como salud pública, educación, vivienda, seguridad, empleo, etc. De modo que aporta más un asalariado que dona 100 pesos que un empresario que da 100 mil y los deduce de sus impuestos, pero estos últimos son los mencionados y aplaudidos durante las emisiones del Teletón.
LA MENTIRA: Televisa no dona nada porque todos los gastos que ocasiona el montaje del show se pagan de un porcentaje que destina la fundación Teletón para gastos de la campaña que se despliega desde meses antes y sí gana con la propaganda comercial y los impuestos que deduce como Fundación Teletón.
LO LAMENTABLE E INDIGNANTE: Los spots para mover las emociones se basan en la explotación mediática de las incapacidades y deficiencias motrices, sobre todo de los niños, y el sufrimiento de los padres, de un modo sensacionalista.
LO ENGAÑOSO: El Teletón poco ayuda a la creación de una cultura de verdadera participación cívica y responsabilidad compartida y el mensaje que se envía, sobre todo a los jóvenes, es que la filantropía es una simulación; que la solidaridad es un show bisness: "ganas tú, gano yo" y que la participación social es una fiesta, un relajo, una diversión. De modo que los valores asociados al altruismo aparecen mentalizados, superfluos, triviales, carentes de un planteamiento filosófico y humanista.
En resumen, el Teletón contribuye a reproducir la cultura de la simulación y la doble moral --impulsadas también por el PRIAN-- que tanto daño está haciendo a muestro país.
Y, por otro lado, y este es el meollo del asunto, la salud es un derecho humano fundamental, que al lado de otros como: la educación, el empleo, la vivienda y la alimentación, conforman el estado de bienestar que el Estado está obligado a garantizar para todos sus gobernados, justificación --junto con la obligación de garantizar seguridad nacional, pública y jurídica, añado yo-- de la existencia de los gobiernos, responsabilidad que va siendo delegada poniendo las obligaciones de los gobernantes --señaladas por la Constitución-- en manos de los particulares que convierten los derechos de los gobernados en su particular negocio.
La educación cada día se privatiza más, sobre todo la educación superior a la que tiene acceso un porcentaje muy escaso de los estudiantes-aspirantes. La atención a la salud se regatea en las instituciones públicas que aún subsisten y en cambio se construyen hospitales de tercer nivel para los que pueden pagar.
¿Para qué sirven nuestros impuestos? --para el rescate de bancos, carreteras, ingenios azucareros, etc., y para regalarle a Televisa 32 millones anuales a lo largo de diez años, como va a suceder en Yucatán, añado yo, sin que a los yucatecos se les haya consultado antes.
Y como gobernantes y la telecracia sólo entienden el idioma del dinero no dar ni un peso al Teletón es un acto de amor a México, también añado yo.

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OAXACA DE JUAREZ, MAGON Y ZAPATA ,APPO 2011, http://todoelpoderalpueblo.blogspot.com