Oaxaca (México): la moneda de cambioGennaro Carotenuto* Por el contrario, los movimientos sociales y toda la izquierda, que continúan padeciendo una brutal y silenciosa represión, han perdido fuerza y están divididos entre un ala dura y otra "dialoguista", esta última acusada por la primera de haber sido cooptada y hasta comprada por el gobierno. Caudillo Al observar la Oaxaca actual, después de haberla conocido movilizada y luego maltratada por el ejército, que la tomó por completo, salta a los ojos que Ulises Ruiz es un político de primera clase. Oaxaca aparece hoy como una ciudad prolija, limpia, llena de atractivos tanto para locales como para turistas, y en plena actividad. Hojear un diario o mirar un noticiero de la tevé equivale a toparse con una obsesiva campaña progubernamental, que magnifica los éxitos de la "paz social" instaurada a la fuerza por Ulises Ruiz. Nada parece avalar los números que en esa campaña se citan. Con Ruiz a la cabeza Oaxaca ha superado a Chiapas como la ciudad más pobre del país. La tercera parte de la población ni siquiera tiene agua potable y el 72 por ciento carece de acceso a la atención sanitaria. De los 100 municipios más pobres de México, 58 quedan en Oaxaca, y en la zona mixteca las condiciones de miseria son comparables a las del África subsahariana. Pero Ruiz ha sabido operar para desactivar las movilizaciones sociales. Según Manuel Chomula, periodista cercano a la appo, "los maestros, aquellos que iniciaron la protesta de 2006 y fueron la principal fuerza de la Asamblea, conocieron un considerable aumento salarial, de 6 mil a 10 mil pesos (unos 750 dólares). Esto se une a la lamentable aceptación de la corrupción por una parte importante del pueblo, que ha comenzado a ver como normal lo que no debería serlo. Los cientos de presos políticos, tratados entonces como si fueran terroristas militantes de Al Qaeda, han sido liberados, con excepción de uno". Se trata de Juan Manuel Martínez Moreno, un militante de la appo acusado de haber asesinado al camarógrafo estadounidense Brad Will el 27 de octubre de 2006. A pesar de que toda la evidencia señala que Will fue asesinado por un sicario a sueldo del propio Ulises Ruiz (y la muerte de un ciudadano estadounidense fue la excusa para la toma de la ciudad por el ejército) y que incluso en noviembre de 2009 un magistrado exculpó por completo a Martínez Moreno, éste permanece detenido porque el gobierno de Estados Unidos habría condicionado la entrega de fondos del Plan Mérida a que haya un culpable por el asesinato de Will. "La verdad –cuenta una militante– es que hoy hay por lo menos dos APPO. Hay una que está negociando y a veces vendiéndose, y otra dura, compuesta por movimientos indígenas, anarquistas, punks, que sigue apostando a la salida no electoral de la crisis. En ninguna de las últimas concentraciones, que a pesar de todo siguen produciéndose, aparecen ya los sindicatos y los partidos. El Partido Comunista de Oaxaca, el prd y las demás fuerzas eligieron la vía electoral, e indefectiblemente chocarán con el fraude." Chomula también está convencido de que el gobernador manipula las elecciones: "Ya en 2004 Ruiz fue elegido fraudulentamente. Le ganó por apenas 3 mil votos al candidato de la izquierda, el senador Gabino Cué. El aparataje priista impidió que las irregularidades fueran investigadas, sentando las bases de las protestas de 2006". Ulises Ruiz A los más de 20 muertos registrados tras las protestas de 2006 se han agregado otros seis, entre ellos dos jovencísimas locutoras y reporteras de la estación de radio La Voz que Rompe el Silencio, Teresa Bautista Merino y Felicitas Martínez Sánchez, asesinadas por sicarios al salir de una reunión de la APPO en abril de 2008. María Salinas de Ruiz, esposa de Ulises, multiplica paralelamente las inauguraciones de "obras" en la propia capital federal. La más reciente es Sedna, una de las más adelantadas clínicas privadas de toda la Ciudad de México, en la cual ningún oaxaqueño pobre se podrá atender. La señora Salinas de Ruiz resulta ser la accionista mayoritaria del hospital. Muchos otros familiares directos de Ruiz figuran entre los propietarios de decenas de empresas. Si el estado de Oaxaca tiene un presupuesto de 2.000 millones de dólares, la clínica costó 1.500 millones, y pocos analistas tienen dudas sobre el hecho de que parte de esta inversión fue desviada de fondos públicos oaxaqueños. El apoyo a Ruiz fue el precio que el pan pagó al pri para lograr que éste no respaldara las denuncias de fraude en las elecciones nacionales formuladas por el centroizquierdista Andrés Manuel López Obrador. Para el 5 de julio de 2010 se está preparando una trampa similar: un pacto de no beligerancia entre el PRI y el PAN que deje a Oaxaca en manos priistas. "Se está fraguando otra elección en la cual el candidato priista derrotará con fraude al candidato de la izquierda (con toda probabilidad el mismo Cué)", dice la militante del ala "dura" de la APPO. "Yo no estoy por la vía electoral y sin embargo es probable que no renunciemos a jugar también esta carta. No nos quedan muchas más", concluye. *Periodista y docente universitario italiano. Desde Oaxaca para Brecha de Montevideo |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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