Congruencia (y lo contrario) Toma de tribuna Ortega, Camacho n absoluta desventaja numérica, di-putados federales pertenecientes al movimiento de resistencia popular dejaron ayer constancia activa de su oposición a las maniobras de cúpulas panistas y priístas que acordaron formas impositivas injustas. A sabiendas de que hay unificados criterios mediáticos oficialistas para satanizar toda forma de protesta que no se someta a los moldes de la palabrería intrascendente y el papeleo burocrático, muchos de quienes llegaron a San Lázaro por ser parte del mencionado movimiento popular tomaron la tribuna de esa cámara para denunciar tanto la contundente traición de los priístas a sus promesas de campaña, en el sentido de que no aprobarían aumentos al IVA, como las falsedades y desesperación del panismo presuntamente gobernante. La toma de esa tribuna fue un acto de congruencia, así los resultados específicos del proceso legislativo les acaben siendo adversos en la medida en que en San Lázaro hay una amplia mayoría decisoria integrada por las bancadas del PAN y el PRI, éste acompañado de las comparsas televisivas del Verde Ecologista. Pero esos diputados, provenientes de PT, PC y PRD, expresaron sus puntos de vista de manera abierta y no se quedaron en la disidencia priísta de susurro practicada por diputados que están en contra de los arreglos que les impusieron Peña Nieto y Beatriz Paredes (es decir, atrás de ellos, Carlos Salinas y los gobernadores del tricolor) pero son incapaces de manifestar públicamente su desacuerdo. Panistas también los hay que consideran equívocos los arreglos impositivos alcanzados, pero ellos se sienten aún más obligados a mantenerse en la inconformidad subterránea. Llamó la atención, sin embargo, por el tono y el momento, la premura con que Jesús Ortega, el presidente formal del comité nacional perredista, se deslindó de las necesarias acciones de protesta en San Lázaro. El jefe máximo del chuchismo saltó para precisar que los perredistas tomadores de tribuna lo hacen a título personal y no conforme a una estrategia de partido, como si en esa acción hubiera ingredientes infamantes o deleznables, y no lo contrario. Unas horas antes, el mismo personaje asustadizo, que con sus formas de desmarcarse acabó, como muchas otras veces, colaborando con sus presuntos adversarios, había anunciado la reconstitución del Frente Amplio Progresista que en 2006 postuló a AMLO como su candidato a la Presidencia de la República. Ortega reconoció que Justamente cuando más creatividad, innovación y frescura se necesitan para enfrentar a una desatada derecha fascistoide, el fantasma de lo electorero vuelve a regir los criterios de las cúpulas. La anunciada repetición de la historia electoral, ahora como caricatura, tira por la borda los esfuerzos de depuración que el lopezobradorismo ha hecho en los tres años recientes, durante los cuales el chuchismo se ha prestado aplicadamente a dividir, confundir y traicionar el espíritu de lucha no sólo de las mayorías de su partido sino, sobre todo, de una amplia franja votante que sin estar identificada con el sol azteca –muchas veces, todo lo contrario– concurrió a las urnas para votar por los variopintos candidatos de ese partido. Vistos los vergonzosos espectáculos de crónica defraudación en sus comicios internos, y los malabares de colaboracionismo estelarizados por perredistas de apellidos Zavaleta, Ortega, Acosta, Zambrano y Navarrete, muchos de los seguidores de AMLO consideraron obligado el paso a la constitución de una forma fresca e inteligente de participación política y electoral que, sin constituirse todavía en partido (pues la legislación del caso fue reformada para trasladar esas posibilidades a 2012, luego de las próximas elecciones federales), pudiera ofrecer a los ciudadanos una expectativa de renovación práctica y teórica, una depuración real de la política y lo político, una expectativa de sana competencia electoral sin el lastre de chuchos, amalismos, cuauhtemismos y demás entes parasitarios de la política de oposición. Un nuevo partido, se exigía, a sabiendas de que en los años inmediatos se debería transitar por los caminos alternos de PT y Convergencia, organizaciones éstas llenas de contradictorias facetas pero dispuestas a caminar ese futuro bajo el imán electoral de López Obrador. Sin embargo, lo que ahora se anuncia es una lamentable vuelta a lo mismo sabidamente putrefacto, con un coordinador de credenciales muy ajadas. Los malos resultados de las obsesiones electoreras están a la vista en lugares como Chiapas, donde el Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mxNuevo
Fapla izquierda
había perdido mucho en los años posteriores al fraude electoral (bueno, lo del fraude es una consideración de esta columna, pues el chuchismo ya no considera que haya habido tal adulteración electoral, por lo cual se acomide de manera navarretesca a reconocerle título, autoridad y respetabilidad al señor Calderón) y, con un sentido de comicidad involuntaria, dijo que con esa piedra no se volverán a tropezar. Por si la tragedia política no estuviera completa, se anunció que los propósitos de sutura y remache entre los tres partidos antes aliados le ha sido encomendada a Manuel Camacho Solís, el polémico prócer del salinismo que ahora trabaja para hacer candidato presidencial a su discípulo Marcelo.izquierdista
Juan Sabines ha hecho reformas legales para que los diputados locales duren veinte meses más en el poder y los ayuntamientos actuales sean sustituidos esos mismos 20 meses por concejos
, todo bajo la zanahoria del ahorro de dinero público en cuanto menos elecciones haya. Pero ahora ese espíritu de fracaso prefabricado llega a niveles tragicómicos, con un Chucho dizque arrepentido, un FAP de dagas encubiertas, un coordinador con candidato propio y un precandidato de segundo intento que desde ahora se garantiza las mismas traiciones, los mismos arreglos y concesiones, todo con peores resultados previsibles. Y, mientras Los Pinos reactiva al líder
disidente del SME, al estilo minero antinapo, ¡hasta mañana, con el Senado aprobando los nombramientos envenenados de Calderón en el IFAI!
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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