Durante unas horas, el fantasma de Baguá sobrevoló la Amazonia ecuatoriana. La masacre perpetrada por el gobierno peruano de Alan García el 5 de junio contra indígenas que quieren evitar la destrucción de la selva por las multinacionales, no llegó a repetirse en Ecuador, porque los diversos actores, desde los movimientos indios hasta el gobierno de Rafael Correa, supieron desactivar un conflicto que aún está lejos de resolverse, pero que ahora transita por las mesas de diálogo. Así y todo, el reciente levantamiento indio en defensa del agua se saldó con un muerto y decenas de heridos. La Sin embargo, el gobierno redactó un conjunto de leyes que vulneran el espíritu y la letra de la nueva Constitución, en particular la ley de minería, la de soberanía alimentaria y la de aguas. Cada una fue rechazada por los movimientos promoviendo movilizaciones. El levantamiento iniciado el 27 de septiembre por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y sus organizaciones de la Amazonia (Confeniae) y la sierra (Ecuarunari), buscaba revertir la Ley de Recursos Hídricos enviada en agosto al parlamento. El movimiento presentó el año pasado su propia Ley de Aguas para el Buen Vivir (Sumak Kawsay) y rechaza la del Ejecutivo porque no permite la redistribución y desprivatización del agua y prioriza su uso para actividades mineras de acuerdo con un plan nacional de desarrollo de cuño extractivista, continuista respecto del modelo que primó durante el periodo neoliberal. Por otro lado, tanto en las áreas rurales como en muchas periferias urbanas, han sido los indígenas y sectores populares los que han construido, a pico y pala, canales de riego y sistemas de agua para consumo. Se calcula que existen 3 mil 500 sistemas comunitarios de agua en Ecuador, construidos y gestionados por las comunidades. La ley del gobierno prevé la creación de una autoridad única del agua Dos formas de practicar la vida están enfrentadas en el mundo andino. Ahora no se trata de intentos de privatizar el agua, como sucedió con los gobiernos anteriores. El problema es la minería a cielo abierto, gran consumidora y contaminadora de aguas. La cuestión de fondo es el modelo de país al que apostó Correa, pero también los demás gobiernos del continente, incluyendo a los progresistas. Según Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea Constituyente y fundador de Alianza País, partido que llevó a Correa al Palacio de Carondelet, los gobiernos progresistas sudamericanos En el caso ecuatoriano se suma otro problema. Los movimientos indígenas, protagonistas de los cambios en los pasados 20 años, realizaron el primer levantamiento en 1990. En los años siguientes derribaron dos gobiernos neoliberales y corruptos (el de Abdalá Bucaram, en febrero de 1996, y el de Jamil Mahuad, en enero de 2000), mientras los movimientos urbanos jugaron un papel destacado en la caída de Lucio Gutiérrez en abril de 2005. Correa se incorporó a la actividad política en 2005 y llegó al gobierno, al ganar las elecciones de 2006, gracias a casi dos décadas de luchas sociales antineoliberales. Sin embargo, apunta Acosta, su personalismo le impide comprender que Al anunciarse el levantamiento del 27 de septiembre, Correa acusó a los indígenas de extremistas, de hacerle el juego a la derecha (mencionó semejanzas entre Ecuador y Honduras) y dijo que los dirigentes no tienen representatividad. Sin embargo, y pese a la escasa contundencia del levantamiento, se vio forzado a sentarse en una mesa de diálogo con 130 representantes de los movimientos. Los seis acuerdos alcanzados, que incluyen seguir discutiendo la ley de aguas, llevaron a la Conaie a suspender las medidas de lucha, aunque una parte de las bases están dispuestas a mantener la protesta. La cordillera andina y la Amazonia son escenarios de agudo conflicto entre comunidades y multinacionales. En Perú y Colombia la represión y las masacres son la forma que asume la guerra para imponer el modelo extractivista. En Chile se aplica la ley antiterrorista a los mapuche que resisten la versión local del modelo, el complejo forestación-celulosa. En Ecuador, la represión no es nueva bajo el gobierno de Correa –se aplicó en forma masiva en Dayuma en noviembre de 2007 y estuvo vinculada con las explotaciones petroleras–, pero ha sido más excepción que regla, lo que marca claras diferencias con las políticas de Álvaro Uribe y Alan García. No obstante, el llamado revolución ciudadana
que encabeza Correa es un proceso plagado de contradicciones. La Constitución de Ecuador, aprobada el 28 de septiembre de 2008 por 64 por ciento de los ecuatorianos, es una de las más avanzadas del mundo en materia de medio ambiente, al punto que reconoce que la naturaleza es sujeto de derechos. La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos
, dice el artículo 71.vertical y concentradora
según los movimientos. De ese modo, quienes construyeron las redes de agua perderán el poder de seguirla gestionando. Quieren que simplemente seamos usuarios y no actores
, dijo Humberto Cholango, dirigente de Ecuarunari.no han discutido ni cuestionado el modelo extractivista
y siguen apostando a la extracción de los recursos naturales como camino del desarrollo.él está ahí, en la presidencia, gracias a todo el esfuerzo realizado por la sociedad ecuatoriana
.socialismo del siglo XXI
no puede permitirse la represión a los mismos sectores que labraron una relación de fuerzas de la que surgió una Constitución como la promulgada en 2008. No se trata de que el régimen de Correa tenga vocación represiva, más allá de los brotes autoritarios del presidente. La cuestión es el modelo: hasta ahora fue el petróleo; en adelante la minería. Sea lo que sea el socialismo de Correa, la represión es la otra cara del modelo extractivista.
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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