Desfiladero■ ¿Narcotráfico o rebelión? ■ El informe del Pentágono ■ Cartas sobre Palestina Ampliar la imagen La ofensiva de Israel en contra de Palestina podría desviarse “hacia lo antijudío” Ap Foto: Foto David Brooks, corresponsal de La Jornada en Nueva York, publicó ayer un reporte del Pentágono acerca de los “peligros mundiales a futuro más preocupantes” para Estados Unidos. El texto afirma que en cualquiera de los próximos 25 años, dos países podrían sufrir un “colapso” como el que en 1992 acabó con Yugoslavia. Estos serían Pakistán y México. Nuestro compañero agrega que el informe fue preparado para los altos mandos militares y encargados de la “toma de decisiones” civiles en asuntos de seguridad nacional, e insiste en que, “en términos de escenarios del peor caso para las Fuerzas Conjuntas, y de hecho para el mundo”, Pakistán y México estarían en riesgo de sufrir “un colapso rápido y repentino”. Comparado con el de Pakistán, según los analistas del Pentágono, el caso de México es “menos probable, pero el gobierno (mexicano), sus políticos, la policía y la infraestructura judicial están todos bajo asalto y presionados de manera sostenida por bandas criminales y cárteles de la droga”. Esta forma de ver las cosas, como todos sabemos, es tramposa e insuficiente. Primero: el auge del narcotráfico en nuestro país es el fruto más notable y jugoso del modelo de destrucción neoliberal que nos fue impuesto en 1982 y que ha traído consigo toda clase de retrocesos políticos, económicos, sociales y humanitarios (léase fraudes electorales, regímenes saqueadores, libertad de prensa restringida, devaluaciones, inflación, desempleo, migraciones masivas y violencia y miseria extrema en proporciones inéditas). Segundo: es falso que “el gobierno, sus políticos, la policía y la infraestructura judicial” estén “presionados de manera sostenida por los cárteles de la droga”. Todo lo contrario: en todos los niveles de gobierno, políticos, policías y jueces forman parte de los cárteles y comparten o disputan su fortuna con ellos. De allí el baño de sangre que vive el país y que sigue extendiéndose en forma incontenible. Pero el Pentágono soslaya un factor clave: los grandes empresarios constituyen, de hecho, una auténtica organización criminal que se roba las elecciones y apoya a gobiernos inútiles (como los de Zedillo, Fox y Calderón) a cambio de privilegios que les permiten multiplicar exponencialmente sus riquezas mientras el resto de la población se hunde y, en parte, busca alivio a sus problemas en el extranjero y/o en el narcotráfico. Es imposible que los generales del Pentágono aprecien la realidad mexicana bajo esta óptica. Como bien señala David Brooks, su reporte es “para los altos mandos militares y (los) encargados de la toma de decisiones civiles en asuntos de seguridad nacional”. En otras palabras, lo que han hecho ha sido advertir a los encargados de las fuerzas armadas y a los políticos estadunidenses que los cárteles mexicanos poseen ya tal poderío que en cualquier momento se justificaría una intervención de los marines en nuestras tierras (como lo explicó Luis Javier Garrido en su atinado artículo de ayer). Felipe Calderón sueña con ello. Hace dos años, no lo olvidemos, intentó derogar (mediante la bancada panista de San Lázaro) la Ley Nacional de Neutralidad que prohíbe el ingreso de tropas extranjeras a territorio mexicano. No lo logró, pero hoy cuenta con el plan Mérida, que le regaló George WC, y que pronto administrará Obama. ¿Y luego? Como lo demostró Yugoslavia, la desintegración de un país (o de un imperio como el de la Unión Soviética) no la para nadie. Cuando las cosas se pudren desde adentro ya no hay nada que hacer. En 1989, Bush padre bombardeó e invadió Panamá, encarceló al presidente Manuel Antonio Noriega y arrasó con los bancos y negocios de pantalla que servían para lavar el dinero del narcotráfico colombiano. ¿Qué sucedió entonces? El narcotráfico colombiano se mudó a México, estableció nuevos y mayores mecanismos financieros de lavado, y el narco mexicano se convirtió en la sexta mafia más poderosa del planeta. Situémonos. ¿Obama invadiría México, encarcelaría a Calderón, bombardearía los centros de negocios de Santa Fe e Interlomas? Se antoja improbable. ¿Los marines patrullarían las calles de Ciudad Juárez, Tijuana, Durango, Torreón o Culiacán y detendrían la violencia? Suena ridículo. El tema del narcotráfico requiere soluciones de fondo, que no están en manos de Calderón y los neoliberales porque ellos son parte del problema. Éste se resolverá únicamente cuando el pueblo imponga un cambio radical de política y de políticos. Todos lo sabemos: lo que tiene de cabeza a México es el agotamiento del ciclo económico de 100 años que a partir de 1810 y de 1910, reinventó al país, y que ahora, ante el evidente desastre del sistema y desde las perspectivas y programas de los movimientos sociales que se ensanchan por toda la República, volverá a sacudirlo todo. En el fondo, es eso lo que hace temer a los generales del Pentágono que, en cualquier momento, México sufra un colapso “rápido y repentino”. Mosches y el antisionismo Pocas pero sustanciosas cartas llegaron al buzón de esta columna acerca de la carnicería desatada en Palestina por el gobierno sionista de Tel Aviv. Al respecto, el poeta Eduardo Mosches ve el peligro de que “una indipensable posición antiosionista” pueda desviarse “hacia lo antijudío”, y expone cómo y por qué. Eduardo García Silva escribió un agudo ensayo titulado “¡No hay guerra en Israel”. “Como judío y lector habitual de La Jornada”, Daniel Zappi envió una reflexión llamada “¿Ética laica o ética ligth?”. Estos y otros textos ustedes pueden leerlos completos desde hoy en El Patín del Diablo (http://patindeldia.blogspot.com). En ese mismo espacio hallarán las opiniones de María Cristina Sánchez Velasco, militante de la brigada 15 en defensa del petróleo, que exhorta al autor de Desfiladero a reconsiderar su postura de “ni un voto al PRD”, ya que podría ser “contraproducente”. En otras cosas, al paro de pescadores contra el inflacionario precio del diesel podría agregarse un paro de trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia en protesta por la destrucción de Teotihuacán, que auspicia el muñeco de la rosca, Enrique Peña Nieto, miembro quizá de la secta de fanáticos religiosos que hacen lo mismo en el parque de La Venta, Tabasco, en nombre de su dios. Mientras, en Monterrey se espera de un momento a otro (y si no a otro) el destape de los candidatos a gobernador de Nuevo León, con una sorpresa: Natividad González Parás habría pactado con el PAN y el Panal para ayudarle a ganar a Fernando Elizondo, traicionando de esta forma al PRI, a cambio de un puesto en el gabinete calderónico… Y ya que estamos, ¿por qué la resistencia civil pacífica no convoca a una besada nacional en Guanajuato, donde El Yunque hecho ayuntamiento encarcelará a quienes se cariñen con la boca en la vía pública? |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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