Es una cantidad millonaria y fuera de la ley, lo que por instrucción del ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz, se entregó a mandos altos y medios en la Secretaría de Salud… hubo quien se llevó casi setecientos mil pesos… de ese tamaño es su compromiso con el ex…

De ese PRI que se niega a morir, ejemplares como el ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz, preservan la entrega de efectivo como infalible método para conservar lealtades, exaltando el espíritu tricolor enfocado al amiguismo por encima de toda relación en los aburridos niveles de la decencia.
Una nota de Reforma, cuyo corresponsal acceso a la nómina del gobierno estatal, da cuenta del cobro ilegal hecho en noviembre anterior, por el diputado priísta, Martín de Jesus Vázquez Villanueva, por 300 mil pesos, pese a haber renunciado al cargo de secretario de Salud, siete meses atrás.
Hoy se desempeña como presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso y, ha perdido la escasa credibilidad que como opositor, se convulsiona ante los drásticos cambios padecidos por quienes todo tenían y lo perdieron tras dilapidarlo miserablemente.
La lista es grande. Francisco Rafael Reyes Velásquez, se Supervisión y Apoyo Técnico se embolsó 626 mil 62 pesos.
La sucesora de Martín de Jesus Vázquez en Salud de Oaxaca, Laura León Silva, nada más cobró 492 mil 862 pesos.
Ni qué decir de Jenoé Ruiz López, líder charro de la sección XXXV del sindicato de trabajadores adscritos a este organismo, a quien le entregaron un cheque por 204 mil pesos
Y de esa nómina en manos de Reforma, resulta un singular beneficiario el secretario técnico de la Secretaría de Salud, Óscar Adrián Patoni, conun bono de 341 mil 514 pesos; el jefe del Departamento de Operación y pagos, Óscar Adrián Quintana López 210 mil, y la directora de Enseñanza y Calidad, Rosa Lilia García Cavanagh, 106 mil 524 pesos.
En suma, hacen tres millones de pesos, pero el costo a la economía oaxaqueña es invaluable, pues no solo se trata de un daño patrimonial, sino de un insistente engaño de parte de quien se supone ya había puesto distancia de por medio.
Pero, lo puedes encontrar en algún aquelarre priísta en cualquier parte del país. Andaba de pata de perro en la toma de posesión de Rafael Moreno Valle, y cuando puede, se sienta lo más cerca que le permiten, de Enrique Peña Nieto, cuyo equipo de seguridad tiene la encomienda de mantenerlo a prudente distancia, pues opaca, afea al divino rostrito de Televisa.
Tanto la contraloría del Ejecutivo como el órgano de fiscalización en el Congreso, tienen en sus manos un claro caso de corrupción, con un grave daño al presupuesto. De no poner cartas en el asunto se convertirán en cómplices de algo que suponíamos ya había transcurrido y no volvería a presentarse en nuestra maltratada patria chica.