sábado, 23 de mayo de 2009

REPASO EN OAXACA

Repaso sobre el escepticismo
Oaxaco traidor

Edgar Saavedra
los oaxaqueños el año en que se vivió en ninguna parte. Un movimiento social sin precedentes se generó en la sociedad y dejó huellas para siempre en la memoria colectiva. Aquel año el magisterio, protagonista inicial e histórico de los mítines de mayo, propagó verbo, dialéctica e ideología para, meses después, llegar a los excesos inesperados de una anarquía y otros fenómenos de solidaridad, también sin precedentes en la región. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), se conformó por asociaciones antagónicas al gobierno, por una buena parte de los ciudadanos y el magisterio con más de 70 mil miembros, aunque no todos participaron. La Iglesia simpatizó con homilías y con sutilezas de la teología de la liberación. Pero, ¿por qué fracasó este extraordinario movimiento? y ¿en la actualidad se vive aún en peores condiciones sociales que antes de aquel annus terribilis?
No se puede ensayar una respuesta simple ni concreta. El fracaso fue complejo como lo es la misma fibra cultural (idiosincrasia y religión incluida) con que están hechos los habitantes del sur mexicano. Sin embargo, el oaxaqueño dirigente, luchador o protagonista de masas siempre ha sido muy susceptible, vulnerable. En una sola palabra: termina siendo un traidor. La historia actual de los movimientos sociales no clandestinos se compone de traidores. Es una lástima que la antropología social no utilice ni haya indagado estos fenómenos vía el psicoanálisis. Por lo menos se tendría un perfil psicosocial para estudiar –y quizás entender y prever – la raíz de los fementidos. Por otro lado, a lo mejor no sea tan difícil comprender la traición si pensamos en el dinero (recordemos a Judas, sus miserables 30 piezas de plata, arquetipo de la posteridad), o simplemente tomar en cuenta el miedo y sus significados. El Leviatán mayor de los filósofos políticos, Thomas Hobbes, escribió: El miedo y yo nacimos gemelos.
Con todo, el miedo termina siendo ignorado cuando el placer del poder y del dinero brilla en las manos efímeras de los dirigentes. Cuando llega la hora del “evento final del que no habrá testigos” el miedo nos avienta de bruces contra la espada y la pared de la negociación. El líder amanece un día en Panamá, Madrid o Canadá (recuérdese el caso de Enrique Rueda Pacheco; como dice la canción “se nos peló Baltasar”). Pasará a la lista de los exiliados de su propia dignidad. No estuvo dispuesto al sacrifico redentor de la lucha social porque, en el último minuto se dio cuenta de que todo era “inútil”. De ahí la reverencia a los suicidas del medio oriente, de ahí que Oaxaca esté colmado de traidores. Pongamos un ejemplo más burdo. Nadie en sus cabales piensa que de la noche a la mañana surja un reivindicador que abandere de manera genuina y hasta las últimas consecuencias la lucha popular, ese eufemismo. El miedo y el gusto por el dinero los hacen pasar por default al fichero de los pillos que han sufrido menos de la mitad.
Además hay que recordar en este contexto la esterilidad del propio EPR y su participación poco concreta, definida y oportuna durante la crisis. No que estuviera ausente, más bien se manejó en un bajo perfil con muy poca función y acción. En este sentido, tuvo más faena el narcotráfico, aunque su participación le valió la captura del zar de la marihuana, Pedro Díaz Parada. La plaza había quedado vacante y en menos de dos años varias células de otros cárteles negociarían el derecho de pizzo con altos funcionarios del gobierno como sospecharon algunos medios en su momento. En el ínterin han rodado algunas cabezas.
Junto al miedo, la traición congénita-cultural de los líderes y el amor al dinero, se aunó en los cruentos desenlaces del 2006, la falta de inteligencia de los cabecillas. A decir verdad, el gobierno ya había descabezado el movimiento antes de asestar el golpe final. Lo hizo con gran astucia mediante la manipulación mediática, apelando a las emociones más viscerales, al trauma y prejuicio clasista de la población.
Guerra de frecuencias y paranoias
Puesto que la radio había sido una herramienta efectiva para el movimiento, el gobierno copió su efectividad de persuasión y creo su propia radio pirata aprovechando la fe protestante. Se le llamó Radio Ciudadana, aunque se le conoció mejor como “radio patito” entre sus antagonistas. Fue una especie de muro de contención en lo que abiertamente ya era una “lucha de clases”. Estuvieron inmiscuidas las “damas de la sociedad” que hora tras hora y día tras día la atizaban con llamadas telefónicas para desprestigiar al movimiento; eran los ricos contra los pobres. Aunque la Appo quiso descubrir el lugar de trasmisión y desmantelarla, jamás descubrió la casa de seguridad dónde se atrincheraron. Lo que es más, en la actualidad aun sigue al aire en la sintonía 99.7 FM, auspiciada –por lo menos consentida– por el gobierno. No fue lo mismo con Radio Universidad, que fue baleada por los porros al servicio del poder, probablemente coordinados por los escuadrones de la muerte; finalmente terminó destruida cuando los esbirros le arrojaron ácido a la cabina de trasmisión. Dos años después esta radio sigue trasmitiendo una programación cercana a la hibridez; esporádicamente es botín de los grupos porriles. Por su parte, Radio Plantón (103.1 FM) ha sobrevivido a salto de mata y lo mejor que ofrece en la actualidad —cuando a trompicones está al aire— es su repertorio de música, la mayor parte “revolucionaria”. A esta cabina volvió del exilio la doctora Berta, alias La Doctora Escopeta, la más elocuente y congruente del equipo. Desde luego, luchar por mantenerse al aire no es la única actividad de Radio Plantón, están urdimbrados con toda una serie de actividades culturales, de resistencia, de lucha por la liberación de presos políticos, exposiciones artísticas, etcétera. Se hallan más datos en el sitio: http://radioplanton.linefeed.org/blog.
En la actualidad el movimiento atraviesa una crisis de pereza ideológica, de congruencia en las acciones políticas y sociales (aunque lo cierto es que se ven vislumbres de brotes violentos en cada marcha del magisterio protagonizada por uno de sus grupos análogos, Los "Anarcopunks", muy semejante a la kale borroka, brazo moderado del grupo terrorista vasco ETA). Hay división interna, está infiltrada, se le ha restado poder. En su momento no supo potencializar el gesto condescendiente del pueblo. Ahora habrá que luchar por convencer de nueva cuenta, de persuadir, de proponer. Los vientos vienen en contra: el albur por sobrevivir de la grande mayoría define en sí mismo las prioridades. Nadie quiere papelitos revolucionarios sobre la mesa, es mejor tener tortillas, leche, pan. Y encima de todo esto, la crisis económica y, como corolario de las fatalidades, la resaca de la pandemia, lo que no es sino una metáfora siniestra: la gripa de cerdo mata de miedo.

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OAXACA DE JUAREZ, MAGON Y ZAPATA ,APPO 2011, http://todoelpoderalpueblo.blogspot.com