Desfiladero Votar o no votar Jaime Avilés Votar, no votar, votar en blanco, anular el voto con una leyenda, votar de manera diferenciada para alcanzar distintos propósitos: no hay consenso. Por primera vez, desde que surgió en 2004, el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador protagoniza un debate horizontal desde la base, que ha llegado al ámbito de la sociedad civil y también al de la sociedad política. La gente de a pie, la que lleva años en resistencia civil pacífica, ha alterado la agenda de los medios y ha puesto en discusión un asunto que tendrá repercusiones nacionales dentro de cuatro semanas. Este debate es ante todo síntoma de que algo está vivo y tiene derecho y razón de ser. Sabemos de antemano, por supuesto, que el gran vencedor de las elecciones del 5 de julio será el abstencionismo. De 77.5 millones de personas inscritas en el padrón, escribía anteayer Octavio Rodríguez Araujo, sólo asistirán a las urnas, según cálculos de analistas especializados, alrededor de 23 millones, en tanto que 54 millones no votarán, afirma por su parte Rafael Segovia, porque La idea del voto en blanco como forma de castigar por su inmoralidad a la clase política en cualquier lugar del planeta es el eje de la novela de José Saramago Ensayo sobre la lucidez, pero en México fue acogida con entusiasmo por los simpatizantes de López Obrador a partir de cuatro factores: uno, el fraude electoral de 2006; dos, el Después de esos cuatro golpes consecutivos, los seguidores de López Obrador no afiliados a partido alguno comprendieron que la resistencia civil pacífica era la única forma de lucha posible para lograr un cambio de gobierno mediante el plebiscito revocatorio de mandato, tal como lo hizo el pueblo chileno para sacar a Pinochet del poder. Muy distinto era lo que se pensaba al mismo tiempo en las filas de los partidos del Frente Amplio Progresista. Y entre estas dos posiciones, hay que subrayarlo, López Obrador siempre se manifestó por la lucha electoral, sin que se abriera una grieta por ello en el movimiento. Eran dos enfoques contrapuestos para ver las cosas, que nunca pusieron en entredicho la unidad de acción ante problemas específicos como el petróleo, la defensa de la economía popular y otros. Al comenzar el año en curso, un estudio realizado por el PRD asumió que aun a pesar del abstencionismo de buena parte de las bases del movimiento, ese partido, con su voto duro, iba a conservar un número de diputados similar al que tiene a la fecha. Así nació, pues, el debate que ahora se expande a otros ámbitos, y que sectores aliados al PAN tratan de capitalizar en favor del abstencionismo para reducir el voto de castigo contra Calderón y su Tras la contingencia sanitaria por la influenza (que gracias a Calderón salvó a la humanidad de una pandemia, como acaba de reconocer la Organización Mundial de la Salud al subir la alerta al grado seis), desventura manipulada que puso en vigor disposiciones para que el Han sido admirables por ello las críticas que medios incondicionales del régimen han lanzado a Calderón, reprochándole la falta de brújula y de sustento de su guerra Después, durante la reunión del Consejo Nacional de Seguridad, PRD y PRI volvieron a cerrar filas contra Calderón en los duros discursos que el jefe del Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, y el gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, pronunciaron contra eso que Ricardo Rocha ha bautizado como el michoacanazo. Un día más tarde, en velada respuesta y haciendo gala de su característica buena onda, Calderón anunció un proyecto para que inversionistas privados construyan (¿y administren?) 12 nuevas cárceles en el país. Una lectora escribió ayer al buzón de esta columna sabatina: No pocos lectores, por su respectiva parte, han enviado insistentes cartas a lo largo de la semana para recordarle al autor de estos párrafos que Para la resistencia civil pacífica, el voto diferenciado persigue un fin preciso: castigar a los candidatos aliados a Calderón dentro del PRD y lograr que los otros dos partidos que integran el FAP, o por lo menos uno de ellos, conserve su registro, para que cuando se hunda el trasatlántico negro y amarillo, el movimiento continúe navegando en otra embarcación. El debate está abierto. ¿Qué hacemos? ¿Votar o no votar? |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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