Astillero■ ¡García Luna para la Belisario Domínguez! ■ Cadenero en antro senatorial ■ Ruptura con el Perreducho La Jornada',650,600); return false;"> Ampliar la imagen Los legisladores perredistas Ricardo Monreal, Pablo Gómez y Carlos Navarrete, durante la sesión en la sede alterna del Senado, donde ayer se aprobó la reforma de Pemex Foto: La Jornada Convertida en casa de seguridad a cargo de un golpeador miembro del gabinete felipista, la Cámara de Senadores aprobó ayer una serie de enmiendas petroleras cuyas pretensiones y grandilocuencia quedaron difuminadas por la ausencia de 12 palabras que los legisladores-rehenes no pudieron incluir para dejar constancia indudable de clausura de los apetitos privatizadores. La toma policiaca de la Torre del Caballito significó agresiones físicas a ciudadanos en general y obstrucción del paso a diputados y senadores, bajo la supervisión personal de Genaro García Luna, uno de los varios vicepresidentes virtuales de la República que desde la Secretaría de Seguridad Pública pretende erigirse en policía único del país, una especie de Big Brother cuya peligrosidad expansiva quedó de manifiesto en la insólita pero al mismo tiempo sugestiva presencia personal en el recinto alterno senatorial para tomar decisiones políticas mediante el uso de la fuerza y, horas antes, en las acometidas de policías federales contra juanes y adelitas que, a pesar de la represión y los amagos, impidieron el paso a los camiones con senadores a bordo, que como tragicómico ratón loco legislativo buscaban infructuosamente algún resquicio vial por el cual colarse a la sede ordinaria de sesiones de esa cámara, en la calle de Xicoténcatl. En circunstancias de mínimo pudor político, García Luna debería ser obligado a renunciar por un jefe a quien preocupara el que las armas establecieran restricciones y condiciones en un ámbito de natural debate y diferencia como es el Senado, pero si ese michoacano rindió protesta de su impugnado cargo actual mediante tretas militares que le abrieron una rendija impúdica en un pleno del Poder Legislativo también sitiado, entonces posible será más bien que ese practicante de artes marciales de sometimiento aspire a proponer al policía invasor y porril como candidato a la siguiente entrega de la medalla Belisario Domínguez. Por más que haya sido trastocada la normalidad del país, y los horrores cotidianos hayan hecho descender los niveles de asombro y protesta sociales, no puede dejarse pasar sin alerta el hecho de que un miembro destacado del Poder Ejecutivo formal de este país hubiese creado una versión política del News Divine, con diputados y senadores “sospechosos” o molestos a los que se impidió el paso al improvisado salón de sesiones. Dejar en la impunidad las hazañas de García Luna como cadenero en jefe de un antro senatorial y como coordinador de intencionales grupos de choque contra opositores civiles, es facilitar que en el futuro inmediato se instaure un poder policial de facto que rija y defina lo político y sus vertientes de protesta y disidencia. Por su parte, el movimiento cívico encabezado por Andrés Manuel López Obrador arrancó ayer una nueva etapa, radicalmente diferenciada del entorno falsamente victorioso y tan rápidamente confirmado como tramposo que pretendían crear los chuchos, ahora enfurruñados, y los demás emblemas de la gran corrupción de la clase política que pretendían encajonar a la resistencia pacífica entre paredes de supuestos triunfos épicos y desvanecimiento mágico de apetitos feroces de privatización. El tabasqueño eludió las trampas de la elite tripartidista (PRI, PAN y Perreducho) mediante la recurrencia al expediente de las bases que deciden lo que habrán de hacer los dirigentes. La decisión de activar la oposición a las enmiendas petroleras liberó al movimiento de la sospecha de que se hubiesen dado negociaciones de elite y, aun cuando habrá de pagar la cuota de desgaste que ya le han aplicado los oficiosos medios de comunicación, sobre todo los televisivos, le garantiza viabilidad y le da rumbo, no sólo en la venidera supervisión de los temas petroleros, sino en la fase de defensa de la economía popular que ya está anunciada. El peor escenario para el dirigente López Obrador hubiera sido aparecer en templetes de júbilos fabricados compartiendo la “victoria histórica” con Carlos Navarrete, Graco Ramírez, Jesús Ortega y Guadalupe Acosta Naranjo, convertidos así en los presuntos arquitectos del salvamento de la izquierda y en los garantes de que la vía “institucional”, la de los acuerdos en lo oscurito, podría producir posteriores hazañas similares, a pesar de detallitos de doce palabras como los bloques geográficos asignables a contratistas nacionales o extranjeros en materia de exploración y producción de crudo. Otra de las consecuencias inmediatas de la votación del miércoles es la aceleración del proceso de ruptura con el cascarón del PRD- Chucho (el Perreducho) y sus aliados de oportunidad. Movido por cálculos políticos que no quieren dar material a los adversarios para que centren los sucesos actuales en un enfrentamiento interno, López Obrador evitará la referencia directa a quienes desde el PRD han abierto las puertas a los planes pripánicos, pero en las asambleas públicas no podrán pararse más, sin ser acusados de traidores, quienes ayer, a la hora de la verdad, se plegaron a planes acordados en las cúpulas. En todo caso, esos votantes en favor de letras que permitirán privatizaciones podrán consolarse con la felicitación que ayer les envió Felipe Calderón, especialmente dedicada a los muchachos del PRD “bueno”. Pero la convivencia forzada entre los ocupantes de la estructura formal del sol azteca y el movimiento social de izquierda no podrá ser restaurada, y en el horizonte queda claro que el FAP, y sus expresiones partidistas de Convergencia y del Trabajo, son la opción práctica para 2009. Y mientras AMLO implanta récord de movilizaciones en menos tiempo (el pasado domingo, en el Monumento a la Revolución, asamblea informativa; el lunes, en el Hemiciclo a Juárez, reunión con adelitas; el martes, con juanes; el miércoles, asamblea y votación; ayer, plantones y marcha; la asamblea de la vera victoria, este domingo en el Zócalo, más la presencia en San Lázaro del fast track, el próximo martes), ¡feliz fin de semana, con la leída de cartilla de Condoleezza Rice a la administración calderónica, antes de que comience la invasión, perdón, la Iniciativa Mérida! |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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