Lo que la ley no prohíbe...Por Arnaldo Córdova En memoria de ese gran diplomático defensor de su patria Gustavo Iruegas El barullo y la confusión que han reinado en torno a la reforma petrolera han envuelto un proceso que venía siendo bastante claro. Creo que los términos exactos del problema podrían formularse así: las iniciativas de Calderón y las que presentaron los priístas han sido modificadas radicalmente en sus objetivos privatizadores y feudalizantes (hablando de las filiales de Pemex), pero se han dejado innumerables puertas (o ventanas) abiertas a posibles futuros intentos en ambos sentidos. Un tema que se volvió crucial de repente fueron los llamados “bloques” o “provincias” o “diócesis” de la geografía petrolera del país. Vale la pena aclarar, en primer término, que dichos “bloques” no existen en ningún cuerpo de reforma de ley contenido en los dictámenes del Senado. Aparentemente no habría de qué preocuparse, pero sí hay de qué preocuparse. Como lo dejaron en claro Pablo Gómez en sus muy exactas presentaciones de los resultados (activos y pasivos) y Jorge Eduardo Navarrete en sus atinadísimos balances de los dictámenes, se ganó mucho, pero no se ganó todo. Todos concuerdan en que es una locura pretender ganarlo todo. Por eso urge una explicación puntual de lo positivo y lo negativo. Alguien me dijo que nosotros estamos obligados a informar. Yo le pedí que, si tenía el poder suficiente, me consiguiera el Canal de “las Estrellas” por una hora (estelar) y yo podría informar de nuestras posiciones. De hecho sólo hay un periódico, éste, que nos da foro. De cualquier forma, nuestro “Canal de las Estrellas” son nuestras movilizaciones. Andrés Manuel López Obrador ha convocado a las movilizaciones, incendiando un poco la pradera, para impedir las maniobras legislativas de la derecha. Eso tiene sentido, porque es nuestro único medio informativo. Ganamos casi todo, como bien lo resumió Jorge Eduardo. Pero quedó abierta la puerta a la corrupción en Pemex (los cinco consejeros del sindicato seguirán allí); no estarán en las leyes los “bloques”, pero nada impide que luego el gobierno, violando la Constitución, los establezca (por eso López Obrador exigió que se prohibieran expresamente); no quedarán en las leyes las filiales priístas, pero nada impide que luego se impongan, como lo señalé en otro artículo, y hay más. Por eso decimos que no hay que bajar la guardia, porque los intentos privatizadores y feudalizantes siguen ahí, vivitos y coleando. Hay que ponernos de acuerdo: los logros fueron importantísimos; pero es necio andar cantando victorias que sólo fueron acuerdos racionales entre las diferentes fuerzas políticas. Para mí, lo inédito de esta histórica experiencia es que, por primera vez en muchísimos años, hubo un gran debate (a fondo) sobre un problema que atañe a los más importantes intereses de la nación. Se demostró que la movilización pacífica de la ciudadanía puede hacer a menos de medios informativos facciosos y corruptos para poder saber de qué se trata lo que está en contienda. Ahora casi todos los ciudadanos están enterados de lo que está en juego, independientemente de cuál sea su posición. Veamos el asunto de los bloques: nadie niega que el mapeo de la geografía petrolera puede ser positivo (al menos para llevar un recuento de lo que nos queda y de lo que todavía podríamos descubrir). El problema es lo que se intenta con ello. No están en los cuerpos de ley, pero se vienen anunciando desde hace tiempo. Tampoco se propusieron dichos bloques en el debate legislativo, pero se habló de ellos. Y se dijo algo que llena de suspicacia: sobre todo los priístas, volvieron a hablar de “incentivar” a los inversionistas. Nada les importó que se les dijera que arbitrariamente un funcionario podría asignar tales “bloques” a los más poderosos, como Halliburton o Schulemburg. Lo que algunos de nuestros senadores señalaron, cuando sus oponentes decían que no se trataba de eso, es que entonces lo dijeran expresamente en la ley. Pero se les respondió que “¿para qué?”, haciéndose como los tontos que no entienden qué es lo que se les plantea. En el debate salió con toda claridad que todos estaban en contra de la privatización de Pemex. Pero todo el tiempo hemos estado viendo que se abren múltiples rendijas por las que se persiste en el mismo tema con sucias maniobras para esconder el mismo y persistente propósito. ¿Por qué los derechistas del PAN y del PRI no tienen el valor de decirnos claramente que lo que desean con verdadera brama es que el petróleo se entregue a los privados? Hay muchos problemas semejantes: los cuerpos de ley no los mencionan, pero dejan abierta la puerta para que se impongan si las movilizaciones cívicas cesan o se cansan o se decepcionan. El mérito de este movimiento es que ni se cansa ni se decepciona de lo que hace por una profunda convicción. Esa es nuestra defensa mayor. Por lo demás, debemos aprender a usar de nuestra Constitución y de nuestras leyes para luchar por otros medios contra semejantes imposiciones, porque todas van a ser ilegales y anticonstitucionales. Rolando y Jorge Eduardo lo han señalado: si nos imponen la entrega de las “diócesis” petroleras a los privados extranjeros, como se pretende, podemos actuar constitucionalmente y con la ley en la mano, aparte de seguirnos movilizando. Eso debe estar claro. Ya hemos ganado batallas legales y constitucionales. Recordemos sólo nuestra defensa de la ley del DF sobre el aborto. Recordemos también nuestra lucha contra el absurdo del desafuero. Tenemos con qué. Los constitucionalistas y los técnicos de nuestro movimiento dejaron mudos a nuestros oponentes en los foros del Senado. ¿Por qué dudar de nuestra capacidad de debatir? La fobia de algunos respecto de los chuchos, al final, quedó plenamente justificada y hoy está claro que siempre desearon aliarse con Calderón. De ahí su absurdo triunfalismo. Que Acosta Naranjo se “deslinde” de López Obrador sólo llama a risa. Ni siquiera se da cuenta de que todo mundo lo ve como un hombre sin cualidades para el puesto que desempeña y que en algo se parece a Calderón. Que los gobernadores que llegaron al poder por el PRD secunden a Acosta no debe extrañar. Ellos pelean por sus presupuestos y saben que a veces hay que hacer el ridículo para sacar algo. Esta lucha queda abierta y tenemos con qué afrontarla: un líder que sabe llamar al pueblo a movilizarse y una ciudadanía informada y deseosa de actuar. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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