¿Por el entreguismo del PRD, debería AMLO fundar un nuevo partido?Pedro Echeverría V. 1. Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aunque permanezca en el PRD, ya no será el candidato presidencial de ese partido. Los nuevos dirigentes del PRD, en los hechos, son los creadores de la llamada Nueva Izquierda que no es otra cosa que una corriente socialdemócrata que busca el poder (vía parlamentaria) por medio de negociaciones y acuerdos con los gobiernos panistas y priístas. Los “chuchos”, aunque dientes fuera digan respetar a López Obrador, la realidad es que condenan sus formas de lucha por poner a la movilización adelante, así como por sus declaraciones de confrontación con el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón. Si hace un año la llamada “corriente orteguista” no era mayoría ahora representa mucho más de la mitad en delegados propios y aliados. Y su tendencia es a crecer con más fuerzas priístas y arribistas. 2. El comportamiento de López Obrador frente a los dirigentes de Nueva Izquierda, así como ha sido frente a Cárdenas, la APPO, Marcos, el EPR y otras corrientes de izquierda, ha sido siempre de respeto. A pesar de las críticas que ha recibido por no manifestar su apoyo, tampoco los ha desautorizado. A pesar de que AMLO ha declarado públicamente que “el único camino hacia el gobierno es el electoral” no ha dejado de convocar movilizaciones que sin duda, ante la cerrazón, la corrupción y el crecimiento del desempleo y la miseria, llevarán a la radicalización del pueblo. Lo único que habría que exigir es que a esas movilizaciones se les de más contenido clasista para evitar que en algún momento sean frenadas. Ese es el gran valor de lópezobradorismo: la esperanza de que esas concentraciones se conviertan en un enorme poder de masas. 3. Ese poder de convocatoria de AMLO causa alarma y miedo entre la clase política y empresarial. Saben que así como reúne a decenas o centenares de miles en el Monumento a la Revolución, en el Hemiciclo a Juárez o en el Zócalo, así también esas mismas fuerzas pueden buscar alianzas entre otros sectores de trabajadores y bloquear carreteras, avenidas, instituciones bancarias y de gobierno o embajadas. Hasta ahora el pacifismo de López Obrador es el que se ha impuesto en sus concentraciones, pero si los problemas del país se agravan más en perjuicio de la población, otras estrategias podrán pasar a primer plano. El PRD y sus enorme oportunismo, ha sido una especie de freno a las batallas de AMLO y muchas organizaciones que buscarían alianzas lo saben. Muchas, por no decir todas las organizaciones de la izquierda social no quieren al PRD. 4. Al parecer dos caminos le quedan a AMLO: 1. Llamar a la conformación de un nuevo partido nacional y 2. Negociar con el PT para que éste (que en su programa proclama la lucha por el socialismo) se transforme en un partido amlista. En ninguno de los casos AMLO tendría muchas dificultades porque 1) ha recorrido tres veces el país y no le faltarían asambleas y firmas para el registro de un nuevo partido y 2) el PT lograría dar un inmenso salto que lo pondría por encima del PRD (NI) socialdemócrata. AMLO/PT podría ser el partido de izquierda y los “chuchos” de NI estarían más identificados con el PRI, por lo que no tendrían mucha razón para estar separados. Los gobernadores, legisladores y burócratas se quedarían en el PRD pero las oposiciones estarían con AMLO. Obviamente también los “intelectuales” responderían a sus propios intereses. 5. ¿Qué tanto los poderosos del capital y de los medios informativos van a continuar su campaña contra el lópezobradorismo, los movilizadores y los radicales? ¡Calumniarán! Esas escisiones producen desánimo, decepciones, pero obedecen la mayoría de las veces a problemas irremediables. Pareciera que corresponden a procesos naturales de los que no se puede escapar. Conocidas las historias de las organizaciones de izquierda, de acuerdo con la dialéctica (no se si marxista o hegeliana) al conformarse una unidad automáticamente (por la contradicción) comienza a formarse la desunión destinada a rompimientos sin fin. Pero a pesar de ello hay que continuar el proceso irreparable. ¿Para qué organizar algo si pronto puede romperse en mil pedazos? No construyamos para luego destruir, pero hay que saber que se nace, se crece, se reproduce y se muere. 6. ¿Qué no se dividen el PRI, el PAN y las organizaciones reaccionarias de derecha? Es muy claro que también ellos se escinden pero no por cuestiones ideológicas como frecuentemente sucede en la izquierda. Sus divisiones responden siempre a pleitos de negocios, de repartición de ingresos, de contratos y propiedades. En los sectores de derecha donde la ideología es el dinero, la competencia, así como la acumulación de capital, la política (que es de primordial importancia en la izquierda) es totalmente secundaria sino está dirigida a ganar dinero. El PRI, a través de sus más de siete décadas de dominación, se le han separado varias decenas de líderes y cientos de miles de militantes. En el PAN, así como en las organizaciones empresariales, continuamente surgen separaciones que nada tienen que ver con política sino con negocios. 7. No se qué tan hábiles y capaces para reunificar a la izquierda y las luchas de los trabajadores electricistas, profesores, petroleros, mineros, telefonistas y organizaciones campesinas y populares sean los dirigentes de un nuevo partido, pero si actúan teniendo claros los objetivos y éstos logran identificarse plenamente con los intereses del pueblo, será un partido de “nuevo tipo”, es decir, diferente a cualquier partido pro empresarial, burgués y derechista. Pero, ¿ese partido de izquierda social querrá construir López Obrador y sus amigos con sus movilizaciones o sólo se trata de una organización más que compita con la clase política por cargos dentro del mismo sistema de explotación? De todas maneras en los próximos pasos de López Obrador podremos ver si las cosas pueden cambiar radicalmente o todo será más de lo mismo donde se vislumbra una vuelta del PRI al gobierno nacional. 8. Estamos en 2008 y pronto será el bicentenario de dos grandes revoluciones. ¿Alguien se imaginó que en una sangrienta batalla de 11 años que se inició en 1810 con un “Grito de Dolores” fueran expulsados de México los conquistadores después de 300 años de cruel colonialismo? ¿Pensó alguien (en medio del derroche y la corrupción porfirista y los festejos “patrios”) que el pueblo mexicano se levantaría en armas en 1910 y lograría aniquilar al ejercito asesino que respaldaba la dictadura? Nadie, ninguna persona en su tiempo pensó en que el pueblo organizado y en lucha podría acabar con siglos o décadas de dominación. Hoy, en 2008, parece que la burguesía ha comenzado a perder la capacidad de dominación y el pueblo mexicano está ya desesperado y cansado de ser dominado. ¿Están dadas las condiciones objetivas y subjetivas en el pueblo mexicano para una nueva revolución? ¿Estaban dadas en 1810 y 1910? AMLO puede opinar. pedroe@cablered.net.mx |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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