La fuerza domina en política, nunca las ingenuas razonesPedro Echeverría V. 1. Las movilizaciones de decenas de miles de seguidores del lópezobradorismo y la toma de las tribunas de Senado y de la Cámara de Diputados por legisladores del Frente Amplio Progresista (FAP) el jueves 10 de abril impidieron, con esa demostración de fuerza, la aprobación rápida, inmediata (por los legisladores del PAN y del PRI) de las reformas ampliamente privatizadoras del petróleo. Al mismo tiempo obligaron a que el pueblo mexicano se enterara (en diferentes foros) de la importancia de ese patrimonio que se quería entregar “casi en secreto” a los grandes capitalistas privados y extranjeros. Ese fue indudablemente un triunfo de López Obrador que la burguesía, encabezada políticamente por el PAN, el PRI y el sector mayoritario del PRD, supo voltear muy bien para imponer su reforma el 28 de octubre. Se cambiaron algunas cosas importantes pero los puntos fundamentales siguen permitiendo la privatización y el saqueo del petróleo. 2. ¿Otra vez las fuerzas de la izquierda y del pueblo no fueron suficientes para defender lo que les corresponde? Al parecer lo mismo sucedió en 2005 cuando las avasalladoras fuerzas de cientos de miles de ciudadanos salieron a las calles para oponerse al gobierno de Fox por el desafuero que había instruido contra López Obrador para bloquear su candidatura presidencial. Sin embargo el gobierno panista, los empresarios y los priístas, al reflexionar sobre la gran fuerza demostrada por AMLO, prepararon nuevas estrategias para impedir (a como diera lugar) la llegada del candidato perredista a la presidencia de la República. Pareciera que ese fenómeno de las derrotas se ha repetido a través de la historia y parece no tener fin. Décadas tras décadas los jóvenes de la amplia izquierda se entusiasman esperanzados en los avances de las luchas de la población por sus derechos tanto en nuestro país como en el mundo, pero quienes las han vivido sólo ven la repetición. 3. No puede negarse que el movimiento lópezobradorista tiene la razón, pero tampoco que Felipe Calderón (el presidente ilegítimo) tiene la fuerza del ejército, la policía, del presupuesto, de los jueces, de los empresarios y los medios de información. Sin duda los indígenas del EZLN y del país tienen la razón en sus luchas por salir de la miseria, pero es el ejército del gobierno quien tiene las armas. Los electricistas del SME, los maestros de la CNTE, los mineros, la APPO, han demostrado ampliamente, durante muchos años, que los argumentos que tienen para fundamentar sus luchas son justos, pero son los líderes corruptos o charros, las empresas y el gobierno, quienes tienen el poder para imponerse. Sin embargo se repite que “la razón se impondrá a la larga”. Sí, pero muuuuy a la larga, entre cien generaciones más. ¿No han pasado acaso muchos siglos de luchas sin que el 80 por ciento del pueblo salga de la miseria? 4. La humanidad, que siempre ha buscado la paz, prefiere las armas de la crítica y la razón; pero el poder (ante la crítica) prefiere la fuerza de las armas. ¿Cómo ese poder minoritario dominante, que nunca podrá tener la razón por el mismo hecho de que para mantenerse tiene que usar la fuerza, puede hablar de diálogo y negociación? Para ello ha construido una ideología acorde a sus propios intereses, misma que ha sido transmitida por todos los medios, durante siglos, en la familia, la iglesia, la escuela, los medios de información. Con esa ideología tradicional de dominación, convertida en “pensamiento único” oficializado, esa minoría se ha mantenido en el poder como si fuera propietaria de la razón. Sin embargo, dado que esos pensamientos del poder se han agotado porque la gente ha dejado de creer en ellos, surge entonces (para defenderse) la razón de la fuerza. 5. La realidad es que para calmar y luego aplastar la rebeldía de los pueblos la clase dominante inventó la engañosa teoría de que “la razón vale más que la fuerza”. Ha dicho que la fuerza sólo es empleada entre los pueblos salvajes y bárbaros y que el uso de la razón pertenece a los pueblos civilizados. Es tan tramposa esa idea ampliamente difundida, que a través de la historia se ha demostrado exactamente lo contrario: que quien ha tenido la fuerza ha impuesto “su” razón, sus leyes y sus reglamentos ¿Qué han sido en nuestro “mundo civilizado” las guerras imperialistas de 1914 a 1945, las invasiones yanquis, los acuerdos en la ONU, los saqueos a los países, la permanente miseria de los pueblos, la dictadura de los gobiernos de derecha, el dominio empresarial y las constantes intervenciones de los ejércitos en políticas nacionales sino la imposición por la fuerza? 6. Lo único que ha hecho la llamada “civilización” y su tan cacareada “democracia” ha sido modernizar sus métodos de fuerza y de dominación. En nombre de la razón (que dice poseer) ha sabido esconder, tras lo que ha llamado diálogo y negociaciones, el gran poder de la fuerza con que amenaza y reprime. Cuando por la presión del los movimientos sociales ofrece diálogo, éste lo usa para debilitar las fuerzas de esos movimientos de oposición. ¿Cuál es el diálogo a que invita y que impone? Siempre aquel que se ubique dentro de los marcos que no rebasen sus propios intereses y su poder. De lo contrario los gobiernos rompen ese falso diálogo para luego amenazar y poner en práctica la represión. En la práctica el único diálogo que se gana es aquel que con la fuerza en las calles, con campesinos levantados o con los obreros paralizando fábricas, es solicitado por el mismo gobierno porque su poder está en peligro. 7. La razón siempre ha estado de parte de los de abajo, de los explotados, los miserables y discriminados. Durante milenios, con toda la razón, han luchado por sus derechos sin poderlos conquistar porque no han tenido la fuerza necesaria frente al poder. Fidel Castro, Salvador Allende, Hugo Chávez, Evo Morales, además de tener la razón (porque representaron los intereses de las amplias mayorías de trabajadores) tuvieron que acudir a la fuerza de las masas, también de las armas, para asumir en sus países el gobierno. Sin embargo, a pesar de ello, padecieron como Allende y Fidel, y siguen sufriendo los otros, el constante acoso de los ricos empresarios que, aliados al imperio internacional, buscan derrocarlos. ¿No han demostrado acaso esos gobernantes que poseen la razón al defender los intereses de los indígenas, de los campesinos, de los explotados, pero que sin la fuerza no son nada? 8. La realidad es que de poco ha servido a la izquierda y al movimiento social decir y repetir que se tiene la razón. Las batallas de los trabajadores contra la explotación y la opresión son indiscutiblemente justas pero eso vale muy poco frente a la fuerza con que cuenta el poder. El triunfo de las luchas de los trabajadores depende de la fuerza con que cuenten, de las alianzas que realicen y de la forma en que hagan uso de ellas. Si esas fuerzas no logran crecer mediante la participación y la educación política no habrá posibilidad de derrotar a las clases dominantes. La burguesía no tiene la razón y a pesar de ser minoría posee la fuerza económica y política, por eso lleva más de cinco siglos dominando el mundo. A los movimientos sociales les falta la fuerza y la unidad para poder defender sus derechos y triunfar en sus batallas. Esa difícil tarea es la más importante en los momentos actuales para poder avanzar. pedroe@cablered.net.mx |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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