MEXICO (AFP) — A diferencia de otros países latinoamericanos que están saldando las cuentas de la represión durante la guerra fría, México sigue sin dilucidar la matanza de Tlatelolco, que hace 40 años dejó al menos 44 estudiantes asesinados en la céntrica Plaza de las Tres Culturas. La masacre fue perpetrada el 2 de octubre de 1968 por el Ejército, diez días antes del inicio de los Juegos Olímpicos México-68. El ocultamiento, la casi inexistente investigación y las escasas denuncias impiden, según analistas, aún hoy determinar el número de fallecidos en el ataque a mansalva durante una concentración de unos 8.000 estudiantes en la plaza de Tlatelolco (o de las Tres Culturas), que siguió a una serie de marchas de más de un mes en las calles y en las universidades. Los cómputos oficiales dan cuenta de 44 fallecidos, mientras que para investigadores independientes, organizaciones sociales y protagonistas de la época fueron al menos 300 los que cayeron en ese paseo público. El entonces gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) argumentó que los manifestantes pretendían crear una situación de caos cuando se acercaba el inicio de los Juegos Olímpicos en México. "Los muertos en otras latitudes no llegan a la cantidad de los que hubo a mansalva en México", dijo a la AFP Roberto Escudero, quien en 1968 integraba la dirección del Comité Nacional de Huelga, cabeza de las manifestaciones. Escudero, entonces estudiante de Filosofía, considera que una diferencia clave con los movimientos en otros países latinoamericanos es que México tiene una frontera de más de 3.000 km con Estados Unidos y, dijo, para Washington ya se convertía en un problema de seguridad nacional. "Los estallidos sociales se podían ir a la frontera y para Estados Unidos ya era un problema de seguridad nacional. Por ello somos distintos a otros países latinoamericanos. Ellos (EEUU) no lo iban a permitir", señaló Escudero. México no fue ajeno a la efervescencia política de la época, simbolizada en el mayo francés y en la figura de Ernesto 'Che' Guevara, pero tuvo condimentos propios porque se dio la primera expresión de descontento en las calles contra el autoritarismo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país entre 1929 y 2000. Varios expertos consideran que las protestas de 1968 marcaron el inicio de un proceso que desembocó en la salida del PRI del poder hace ocho años, aunque fue capitalizado por la derecha, a través de los gobiernos de Vicente Fox (2000-2006) y el actual de Felipe Calderón. Según Javier Oliva, investigador en Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de México, ese movimiento "desafió la estructura vertical y autoritaria" del PRI y consideró que el legado es que ahora "se viven los frutos de una diversidad política que arranca en aquellos años". "Han habido cambios que en parte se deben al 68. Ahora se vive una democracia, de poca calidad, pero ya no es el PRI de 71 años en el poder. La paradoja es que el cambio no lo hizo la izquierda, sino la derecha", dijo a su vez Escudero. Sin embargo, a 40 años de la masacre, México aún no determinó a los responsables y ni siquiera hubo un solo detenido por la represión que, según la versión oficial, desató el ejército, luego de haber rodeado con tanques a los estudiantes reunidos en la Plaza de Tlatelolco. El único intento para llegar a la verdad fue una comisión creada en 2003 durante el gobierno de Fox que se diluyó sin que avanzaran las investigaciones. En México "no hubo ciertamente castigos como en Chile y Argentina. No fue exactamente total impunidad, pero no llegamos a tanto como en los países sudmericanos, donde la represión fue muy sostenida en el tiempo", dijo Escudero. "Otro dato muy importante es que en Sudamérica los familiares dieron la cara y en México no. Aquí callaron. Nos convertimos en parte acusadora pero no tuvimos la colaboración de los familiares, permanecieron callados", lamentó. El Comité 68, que intenta mantener viva la memoria de los sucesos de hace 40 años, instó en una declaración a luchar contra "la impunidad de ayer, que es la base de la propensión actual a la violencia política" y llamó la atención sobre "una tendencia a la apatía" de la sociedad mexicana ante recientes hechos. México está azotado actualmente por una escalada de violencia distinta, por disputas entre narcotraficantes, que alcanza una cifra inédita de más de 3.000 ejecutados, mientras se han registrado 651 secuestros en lo que va del año, según cifras oficiales.
México evoca 40 años de matanza de Tlatelolco con impunidad de responsables
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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