“Oaxacanizar…”
Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Es de mal gusto me reclamaron, con justa razón una vez periodistas colombianos, utilizar el término de “colombianizar” México cuando se trata de hacer un símil de la actividad que genera el narcotráfico de aquél país en el nuestro.
Pues las autoridades del gobierno de Morelos han inventado el término “ oaxacanizar” para justificar la criminalización de la lucha que desde hace dos meses realizan profesores de aquella entidad en contra de la llamada Alianza Educativa.
Lo que ha sucedido en cuanto a actos represivos para acallar las protestas magisteriales, son una mala copia de la actitud del Estado mexicano ante la inconformidad social que está generando la alianza de Elba Esther Gordillo y Felipe Calderón.
Ante la actitud que fuera del control “charro” de la sección 19 del SNTE empezaron a mostrar los profesores mediante un plantón masivo en el centro de Cuernavaca, la respuesta ha sido el desdén, la falta de diálogo y de acuerdos para destrabar el conflicto.
Como creen que la solución al caso Oaxaca en el 2006 fue efectiva mediante la supresión tácita de las garantías individuales de su población, así como la embestida de fuerzas policiales para contener las protestas, el mismo método están aplicando en Morelos, porque ahora al escalar el conflicto los maestros han recibido el apoyo de organizaciones de pueblos
indígenas, movimientos sociales y el llamado movimiento magisterial de bases.
Según denuncia de representantes magisteriales en tan solo tres días de la semana anterior se aplicó un uso excesivo de la fuerza mediante detenciones arbitrarias, el arresto de decenas de hombres y mujeres (allanando casas en las comunidades de Amayucan y Xoxocotla) y mediante operativos policíacos que han contado por momentos con el apoyo del Ejército, dónde han resultado lastimados incluso menores de edad.
Como en Oaxaca, además de la guerra sucia en los medios de comunicación controlados por el gobierno, en Morelos se ha hecho uso también de personas infiltradas ajenas al movimiento y vestidas de civil, que provocaron y agredieron a granaderos, lo que fue la justificación para que arremetieran contra las protestas.
La represión busca desalentar la intervención de padres de familia que decidieron apoyar al movimiento a través de cierres carreteros como estrategia para presionar al gobierno al dialogo, pero éste - tanto en la autopista federal a Cuernavaca, como en la localidad de Amayucan-, hizo uso de gases lacrimógenos lanzados desde helicópteros, además de la irrupción en los cuerpos policíacos en domicilios para capturar a los manifestantes.
Como en Oaxaca, en los operativos, se han utilizado tanquetas y helicópteros de apoyo, además de los gases lacrimógenos y otras sustancias químicas.
Otra perversa estrategia de presión para romper con la resistencia, según denuncias, fue la falta de atención médica a los heridos ya que por medio de megáfonos las
fuerzas de seguridad les advertían: “Si quieren ser atendidos, tendrá que ser en calidad de detenidos", lo cual trasgrede cualquier norma internacional al respecto.
Es cierto que en Xoxocotla, los indignados manifestantes capturaron a cinco policías federales de los más de mil 200 que se utilizaron para reprimirlos, pero esto permitió negociar la liberación de presos del movimiento y restablecer el diálogo, mismo que fue posteriormente roto por el gobierno.
Los morelenses insisten que la Alianza por la Educación no es legal ya que cualquier cambio a la forma en que se regula la educación pública en México se debe realizar a través de
las leyes y no con acuerdos políticos.
Hace 60 días inició este movimiento con la demanda de que se les permitiera presentar un modelo de alianza educativa adaptado a las necesidades de las seis regiones educativas del estado, pero el gobierno la respuesta se dejó a cargo
de los cuerpos de seguridad pública.
Pero es importante puntualizar: en Oaxaca no se inventaron las movilizaciones ni las protestas sociales; le gente responde cuando lo cree conveniente. Lo que en todo caso tiene coincidencias es que a los morelenses se les están aplicando los mismos métodos represivos que en Oaxaca, como se ha hecho en otras partes del país.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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