Devaluación y represión, mientras la izquierda sólo ve gremios no clase oprimida
1. Las campañas multimillonarias de las clases dominantes, tanto capitalistas como socialdemócratas, han querido borrar las ideas de Marx que tanto proclamaron la lucha de clases y la revolución de los trabajadores explotados y oprimidos. Después de que el falso socialismo se vino abajo a fines de los ochenta (precisamente por ser falso) y que el imperio yanqui se quedó sólo sin contrapeso fuerte haciendo y deshaciendo como le venga en gana, la ideología burguesa aparece triunfante y la socialdemocracia irrumpe reivindicando su colaboracionismo de clase. Hoy las luchas sólo son reivindicativas de derechos gremiales dentro del marco capitalista; los dirigentes esconden el carácter clasista de esas batallas por miedo al poder de las campañas de radio y televisión. Parece que ha llegado el tiempo de unir a todas las luchas indígenas, campesinas, obreras, estudiantiles, de colonos, en lucha clases contra la explotación y opresión.
2. Mientras la gente tiende a ver (en mi entender correctamente) que todos los gobiernos y sus funcionarios, que todos los ricos explotadores son lo mismo, es decir, que conforman una clase social enriquecida con la explotación del trabajo y mediante el robo y la corrupción, las ideas burguesas en la sociología tienden a ver a funcionarios y empresarios individuales, buenos o malos, que empujan hacia un lado u otro. Como si el origen de los buenos o malos frutos estuvieran en las ramas y las hojas y no en el propio árbol. ¿Por qué en vez de criticar y reiterar a diario las condenas contra Fox, Calderón, Gordillo o Carlos Slim, no los ubicamos como simples instrumentos o títeres de la sociedad explotadora que los trabajadores deben destruir con esos opresores adentro? Parecería que el análisis “micro” ha contribuido a desaparecer los análisis de clase (que planteó de manera brillante Marx) para dar paso al individualismo en toda su extensión.
3. López Obrador ha dicho, con razón, que hay que exigir que se transparente el destino de los cerca de 10 mil millones de dólares subastados por el Banco de México en sólo tres días para apuntalar al peso mexicano. Ha pedido que se actúe con responsabilidad y con criterio técnico de libre mercado y competencia y que no vaya esto a convertirse en un rescate encubierto de empresas y bancos”, tal como ha sucedido en varias ocasiones. Informado de la evolución del mercado cambiario y de la subasta de 6 mil 400 millones de dólares manifestó su preocupación porque tales reservas sean utilizadas “como siempre para favorecer a los de arriba, a unos cuantos, a costa de la mayoría, del pueblo”. Desde un análisis de clase, en esas especulaciones financieras el único perdedor será el pueblo explotado que cada día es más miserable; también algunas empresas perderán dinero en beneficio de las más poderosas, de las más ligadas con los que controlan la información.
4. ¿Qué haría un gobierno realmente revolucionario? Parar y expropiar en seco, sin la menor averiguación, a todos aquellos especuladores del dinero, sean bancos, empresas o personajes multimillonarios. Todos ellos son archiconocidos porque pertenecen a los mismos grupos y sociedades que actúan bajo la protección gubernamental. Pero no solamente habría que expropiarles sus gigantescas “ganancias” sino además ponerlos en la cárcel por el profundo mal que al pueblo y al país realizan. Pero esos verdaderos delincuentes de traje y corbata, que siempre operan en la “legalidad” y a la luz del día, con oficinas y sucursales en EEUU y varios países, forman parte de la élite empresarial y política que dirige este paraíso donde el narcotráfico, los especuladores financieros y el gobierno viven en santa alianza. Así que podrá haber más devaluaciones y golpes certeros contra el pueblo, mientras la izquierda hace declaraciones que provocan risa.
5. Podrán asesinar a luchadores sociales de Oaxaca, Morelos o Guerrero; podrán venir devaluaciones y mayor hambre en la mayoría del pueblo; podrán aparecer algunos multimillonarios más producto de las especulaciones financieras que dañan de manera directa al pueblo, pero la izquierda enredada en sus pleitos por obtener más poder y cargos de gobierno, mayor control jerárquico en su partido y mejor posición estratégica para dominar los movimientos sociales, no deja de confrontarse, dividirse y subdividirse. ¿De qué sirven las declaraciones o desplegados de apoyo político y moral a Oaxaca, Morelos, a las luchas campesinas, obreras y estudiantiles, si no se coordina y se sale a bloquear calles e instituciones para que los problemas sean resueltos? Existe una visión muy limitada y con esa visión gremialista se ha “educado” a las masas. Cada quien lucha por su “gremio”, por sus intereses inmediatos y particulares. ¿Y la lucha de clases?
6. En México hay más de cinco mil indígenas rebelados en Chiapas, otro número parecido lucha en Oaxaca y otros más, de similar cantidad, se confronta en Guerrero por defender su vida. También hay campesinos en el centro y norte de la república indignados porque el gobierno les niega presupuestos, créditos, apoyos; porque se burla de sus demandas y porque cada día son más miserables. Estos indígenas y campesinos llevan más de un siglo reclamando a los diferentes gobiernos del PRI, y ahora del PAN, ser atendidos para tener empleos, para evitar ser expoliados en el mercado, hospitales para curar sus enfermedades y escuelas para que sus hijos no tengan que sufrir hambre y miseria. Pero todas sus luchas han sido aisladas, meramente campesinas y muy lejos de responder a una conciencia de clase explotada. Los indígenas son indígenas y los campesinos, pues campesinos. Mientras tanto la burguesía aplaude el autoengaño.
7. Los obreros electricistas, petroleros, mineros; los empleados del sindicato del IMSS, de teléfonos, los burócratas, los profesores, tampoco comprenden que son tan trabajadores explotados y oprimidos como los indígenas y campesinos. Esos, según su entender, sólo son obreros y empleados que deben luchar por sus propios intereses y por nada más. Le dan la razón a la burguesía dominante que exige que cada sector gremial deba defenderse sólo y que es ilegal que los trabajadores del campo y la ciudad mezclen sus intereses. ¿Cuándo los dirigentes honestos podrán hacerles entender que los campesinos, obreros, profesores, empleados, son todos explotados y oprimidos por el sistema capitalista y no por la maldad de algún funcionario al servicio del poder? Todos los presidentes de la República del PRI y el PAN han servido, por igual, a la clase explotadora. Jongitud derrocó en 1972 a una camarilla en el SNTE, luego Gordillo lo derrocó a él en 1989, pero los sistemas económico y educativo están iguales o peor.
8. Es necesario impulsar una gran campaña política e ideológica para que los trabajadores comprendan que sus luchas son de clase, no de sector o de gremio; que si bien deben luchar por sus demandas concretas, incluso muy inmediatas, tienen que comprender que nadie o ninguna organización puede resolver sus problemas sin que se resuelvan los problemas de los demás trabajadores y que por tanto debemos unir fuerzas. La burguesía empresarial y política siempre se unifica para enfrentar a los trabajadores; cuando algún gobierno o empresario está en peligro de una huelga o un paro, todos se unen para darse apoyo y solidaridad. ¿No se recuerda acaso que cuando Chávez fue derrocado en Venezuela por 48 horas toda la burguesía mundial se unió con los empresarios venezolanos y cuando Chávez hizo cerrar un monopolio televisivo todos los empresarios del mundo lo condenaron?
pedroe@cablered.net.mx
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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