EL MOVIMIENTO SOCIAL DEL 2006 PERDIO SOLO UNA BATALLA

El movimiento social de 2006 perdió una batalla pero no la guerra PEDRO MATIAS Jueves 19 de Febrero de 2009 23:35 El movimiento social de 2006 perdió una batalla pero no la guerra. Ahora, se va a volver articular y vendrá con mucha más fuerza porque ya aprendió la lección, mientras que el gobierno federal y estatal sigue cometiendo “pendejadas”, sintetizó el coordinador de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz, Francisco Wilfrido Mayrén Peláez. Y agregó que el movimiento social está por encima de lo electoral porque no tiene pretensiones exclusivamente políticas, desde el punto de vista partidista, o de la adquisición del poder sino que requiere de un nuevo ejercicio de la autoridad. En vísperas del II Congreso de la APPO a realizarse el 20, 21 y 22 de febrero, el apoderado legal de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca mejor conocido como el Padre Uvi, afirmó que “el futuro de la APPO es el futuro de la sociedad y es un futuro promisorio”. Mientras que “el futuro de todos esos enanos mentales, hijos del averno, que han propiciado la catástrofe política, económica y social para Oaxaca van a ir a donde deben de ir, al infierno de la condena social y al purgatorio del olvido”. Hizo hincapié en que la primera batalla del movimiento social se perdió porque se enfrentó a un sistema donde se institucionalizó el totalitarismo y porque se impusieron al interior de la APPO posiciones radicaloides del todo o nada, esto sin contar que aunque la lucha es contra el Estado, las acciones que se emprendieron atentaban contra la sociedad. Por consiguiente, dijo, “sin duda perdimos una batalla que era importante pero no la guerra”, ahora, recomendó, “hay que aprender de esa lección para no asumir una posición radicaloide del todo o nada, hay que tener inteligencia y olfato político para distinguir que cosas se pueden negociar o cual no desde el punto ético”. Otra cosa que hay que aprender, agregó, “es que a veces se lucha contra el Estado pero las acciones que emprenden es contra la sociedad, es algo que se tiene que corregir y buscar nuevos métodos, nuevas formas”. Citó como ejemplo el caso del periodista que arrojó el zapatazo a George Bush, acción que fue algo tan sencillo pero simbólico. Luego de aclarar que no esta dando ideas para arrojarle zapatos a los enanos mentales que gobiernan Oaxaca, dijo “que hay que hacer muchas cosas contra ellos y no contra el pueblo”. El párroco de Xochimilco también se refirió al desánimo que existe en algunos simpatizantes del movimiento pero justificó que tiene que ver con el miedo normal que siente todo ser humano porque se enfrentan a “aquellos que tienen el poder, el dinero, las armas y hasta los grupos paramilitares disfrazados de Zetas que al final vienen siendo los mismos”. Sin embargo, consideró que “ese desánimo no es más que un momento de reflexión, de hacer un alto y de retroalimentación que se va a volcar en una nueva perspectiva de lucha mucho más animada y comprometida”. Recordó que el movimiento social en 2006 fue el catalizador del hartazgo social pero apenas es la punta de lanza de una inconformidad que no acaba de sentirse respondida y actualmente es una lucha con mucho vigor que no ha mostrado ni todas sus mañas ni toda su fuerza, ni todo su truco. Y es que este es un movimiento multifacético representado mayoritariamente por el magisterio pero que aglutinó a organizaciones sociales civiles, amas de casa, jóvenes, anarco-punks, graffiteros, boleros, diableros, curas, periodistas, que requiere de un nuevo ejercicio de la autoridad. Finalmente, resaltó que el movimiento está en su etapa de reflexión, retroalimentación porque sí aprendió la lección, mientras que el gobierno, federal y estatal no aprendieron por las pendejadas que siguen haciendo”.