Promotores de DHSociedad abiertaERNESTO REYES Nunca será tarde para destacar que aún cuando la promoción y defensa de los derechos humanos sea una labor a contracorriente, como si se fuera subiendo de espaldas a un cerro, hay oaxaqueños y oaxaqueñas comprometidos con el tema de la defensa y educación en la materia. Lo han vuelto a poner en práctica quienes se reunieron los días 29 y 30 de noviembre pasado en el marco del Primer Encuentro Estatal de Promotores de Derechos Humanos, organizado entre otros por el Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño A.C. y los Promotores de Derechos Humanos de las regiones Sierra Sur, Costa y Valles Centrales. No alcanza este espacio para enumerar todos los argumentos que esgrimen los promotores en su declaración pública, pero ahora que se conmemoró el 60 aniversario de la Declaración Universal de dichos derechos, reconocen que todo México se halla en una crisis grave en donde el Estado es incapaz de garantizar, proteger y respetar los derechos de los ciudadanos. Por el contrario los violenta y acrecienta más con la impunidad. “Un ejemplo es el estado de Oaxaca en donde particularmente nuestras comunidades indígenas llevamos años de olvido, discriminación, indiferencia e impunidad, complementado con un crecimiento enorme de la violencia, la corrupción, la pobreza, la violación de nuestros derechos civiles y políticos, ahora con más impulso sobre nuestros derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, especialmente el saqueo y privatización de nuestros recursos naturales.” “Vemos con mucha preocupación el deterioro de la vida política de nuestro estado en donde los actores políticos todo lo resuelven bajo acuerdos o negociaciones que sólo benefician a sus intereses personales o de partido, dejando lejos el bienestar de los ciudadanos y de nuestras comunidades; nuestros funcionarios y autoridades se venden al mejor postor; al mismo tiempo implementan una política de miedo para que nuestra gente no se organice y reclame por sus derechos individuales y colectivos” afirman. Refieren muchos ejemplos en donde a la gente que se organiza los encarcelan, los persiguen, los hostigan y los despojan de sus bienes. Al mismo tiempo – señalan los promotores- esta política provoca una pérdida de costumbres y valores entre personas y comunidades, también “provoca división y confrontación acompañada de violencia, que son bien utilizados para desinformar a la gente y aprovechar para saquear nuestras comunidades.” Cabe resaltar la definición del promotor, entendido “como aquellas personas que compartimos nuestros conocimientos con el objetivo de multiplicarlos y defender nuestros derechos y los de los demás, capaces de detectar injusticias y problemas que afectan a nuestra población; nos caracteriza la sensibilidad, la humildad, humanidad, disposición y la tolerancia.” Son además, o pretenden serlo, el motor para impulsar la organización y la autonomía entre personas y comunidades. Promover las costumbres, tradiciones y valores de nuestros pueblos. Ser un eje articulador entre personas, diferentes sectores y autoridades. La labor de estos promotores se enfrenta a diferentes retos para la defensa de los derechos humanos como son; el miedo, el desinterés de las personas, la pérdida de costumbres y valores, la ignorancia, la falta de ingresos, la pobreza, falta de información y la desorganización de nuestros pueblos, retos que podemos afrontar con los conocimientos que hemos adquirido y el trabajo constante de difusión y organización con nuestra gente. Los asistentes al encuentro definieron algunas estrategias claves para la defensa y promoción de los derechos humanos que parten, dicen, de la unificación de nuestras luchas en defensa de nuestros derechos individuales y colectivos, nuestro patrimonio, recursos naturales y territorio de nuestros pueblos frente a un Estado represor y empresas privatizadoras. Y en este marco, consideran importantísimo informarse e informar, creando espacios de discusión y análisis de la situación política, económica, social y de derechos humanos del país, de nuestro estado y de nuestras comunidades. Esto conlleva la obligación de difundir y defender nuestros derechos humanos en todos los espacios donde participamos y somos parte: familia, comunidad, parroquia, municipio y región, registrando todos los hechos donde el Estado a través de las instituciones y funcionarios violan nuestros derechos humanos en nuestras comunidades para denunciarlos pública y penalmente. En ocasión del 60 aniversario, es buena noticia que existan oaxaqueños y oaxaqueñas comprometidos con la defensa de estos derechos. Un reconocimiento a todos ellos y ellas, porque honran el espíritu de la declaración de 1948 que es mantener un cuidadoso equilibrio entre las libertades individuales, la protección social, las oportunidades económicas y las obligaciones hacia la comunidad. 60 añosMuchos activistas del ramo y líderes mundiales están de acuerdo en que la fundación, hace 60 años, del Sistema Internacional de Derechos humanos ha sido de las mejores cosas que le han pasado al planeta después del trauma de la segunda guerra mundial.Sin embargo, seis décadas después de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por la ONU el 10 de diciembre de 1948, también comenzó un lamentable legado de traición a estos principios por parte de países y personas que hacen inviable que los objetivos trazados se hayan cumplido. Irene Khan, Secretaria de la Organización para la Defensa de los Derechos Humanos de Amnistía Internacional constató en su pasada visita por Oaxaca la falta de sensibilidad del gobierno de Ulises Ruiz para atender este tema cuando se presentó con él para abogar por los derechos conculcados a decenas de oaxaqueños lastimados durante el conflicto del 2006 y sucesos posteriores. Así como ella fue víctima de una conducta burlona por quienes se creen dueños de la vida y dignidad de los oaxaqueños, en el recuento que se hace ahora del cumplimiento de estos derechos y deberes en el mundo, caemos en cuenta que también por muchos lares hay dictadores a quienes muy poco importa la vida de sus semejantes. Lo vemos los oaxaqueños en el caso de Santo Domingo Ixcatlán, donde a pesar de las alertas enviadas por organismos defensores de derechos humanos, ningún funcionario de alto nivel ha acudido personalmente ( a 300 kilómetros de distancia) a constatar la veracidad de las denuncias que antes que investigadas son descalificadas como falsas o montajes periodísticos. Nadie se interesa – más que algunos periodistas comprometidos con su función- por lo que sienten los ixcatecos ante la eventualidad de morir bajo el gatillo que activan poderosos intereses intercomunitarios y externos con el fin de que no se resuelva el conflicto que sostienen con Chalcatongo de Hidalgo, tierra por coincidencia, de un hombre de enorme poder a quien en sus años juveniles le apodaban “El chalca”. Muchos de estos funcionarios que hoy celebran la efeméride donde se destaca el esfuerzo de una mujer – Eleanor Roosevelt- por elaborar y proclamar los 30 artículos de la Declaración Universal, seguirán ignorando los alcances que estos principios que tienen como objetivo garantizar una mejor convivencia entre los seres humanos en cualquier lugar del mundo. Sería muy largo exponer algunas cifras sobre la subalimentación, la falta de nutrición, agua, salud, educación, tráfico de personas, explotación laboral ( incluso infantil), casos de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes , asesinatos, ejecuciones, condenas a muerte, encarcelamientos y sujetos a juicio sin las debidas garantías procesales que existen en el mundo; al igual de quienes se encuentran sin trabajo, en inseguridad jurídica o en condiciones de ocupación o expulsión de sus propios países. Como consecuencia de las desigualdades sociales y la discriminación por razón de sexo y color, hay miles, hay millones de personas abusadas por otros, incluyendo autoridades y poderes llamados fácticos, pero también pueden contarse a quienes desarrollan su trabajo en condiciones forzosas, bajo amenaza o coacción, o que habitan en situación de hambre alarmante. Hay una parte que le toca a los periodistas pero no es momento para destacarlo. Sin embargo, el sufrimiento de millones de seres es la prueba fehaciente de que la crisis de derechos humanos que vivimos seguirá presente en la medida en que más allá de convenciones internacionales, de protocolos y pactos firmados por las naciones, entre todos se vaya haciendo conciencia de la tarea que nos corresponde - aunque a algunos más que otros- porque en cualquier resquicio de la sociedad los derechos humanos sean respetados. Siguen siendo estos derechos el mejor marco para enfrentar la convivencia humana y mantener -como dice Mary Robinson- un estándar común de éxito que debiera llevarse a la práctica de diversas formas en los distintos países. Y para que los movimientos mundiales a favor de los derechos humanos y la justicia, sigan siendo la esperanza para que como propósito, algún día vivamos en un mundo mejor, un sueño que en estos 60 años no debe ser motivo para la desesperanza, sino para la afirmación de que esto es, aunque largamente, posible. Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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