viernes, 12 de diciembre de 2008

60 AÑOS. DERECHOS HUMANOS

Promotores de DH

Sociedad abierta

ERNESTO REYES

Nunca será tarde para destacar que aún cuando la promoción y defensa de los derechos humanos sea una labor a contracorriente, como si se fuera subiendo de espaldas a un cerro, hay oaxaqueños y oaxaqueñas comprometidos con el tema de la defensa y educación en la materia.
Lo han vuelto a poner en práctica quienes se reunieron los días 29 y 30 de noviembre pasado en el marco del Primer Encuentro Estatal de Promotores de Derechos Humanos, organizado entre otros por el Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño A.C. y los Promotores de Derechos Humanos de las regiones Sierra Sur, Costa y Valles Centrales.
No alcanza este espacio para enumerar todos los argumentos que esgrimen los promotores en su declaración pública, pero ahora que se conmemoró el 60 aniversario de la Declaración Universal de dichos derechos, reconocen que todo México se halla en una crisis grave en donde el Estado es incapaz de garantizar, proteger y respetar los derechos de los ciudadanos.
Por el contrario los violenta y acrecienta más con la impunidad. “Un ejemplo es el estado de Oaxaca en donde particularmente nuestras comunidades indígenas llevamos años de olvido, discriminación, indiferencia e impunidad, complementado con un crecimiento enorme de la violencia, la corrupción, la pobreza, la violación de nuestros derechos civiles y políticos, ahora con más impulso sobre nuestros derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, especialmente el saqueo y privatización de nuestros recursos naturales.”
“Vemos con mucha preocupación el deterioro de la vida política de nuestro estado en donde los actores políticos todo lo resuelven bajo acuerdos o negociaciones que sólo benefician a sus intereses personales o de partido, dejando lejos el bienestar de los ciudadanos y de nuestras comunidades; nuestros funcionarios y autoridades se venden al mejor postor; al mismo tiempo implementan una política de miedo para que nuestra gente no se organice y reclame por sus derechos individuales y colectivos” afirman. Refieren muchos ejemplos en donde a la gente que se organiza los encarcelan, los persiguen, los hostigan y los despojan de sus bienes.
Al mismo tiempo – señalan los promotores- esta política provoca una pérdida de costumbres y valores entre personas y comunidades, también “provoca división y confrontación acompañada de violencia, que son bien utilizados para desinformar a la gente y aprovechar para saquear nuestras comunidades.”
Cabe resaltar la definición del promotor, entendido “como aquellas personas que compartimos nuestros conocimientos con el objetivo de multiplicarlos y defender nuestros derechos y los de los demás, capaces de detectar injusticias y problemas que afectan a nuestra población; nos caracteriza la sensibilidad, la humildad, humanidad, disposición y la tolerancia.”
Son además, o pretenden serlo, el motor para impulsar la organización y la autonomía entre personas y comunidades. Promover las costumbres, tradiciones y valores de nuestros pueblos. Ser un eje articulador entre personas, diferentes sectores y autoridades.
La labor de estos promotores se enfrenta a diferentes retos para la defensa de los derechos humanos como son; el miedo, el desinterés de las personas, la pérdida de costumbres y valores, la ignorancia, la falta de ingresos, la pobreza, falta de información y la desorganización de nuestros pueblos, retos que podemos afrontar con los conocimientos que hemos adquirido y el trabajo constante de difusión y organización con nuestra gente.
Los asistentes al encuentro definieron algunas estrategias claves para la defensa y promoción de los derechos humanos que parten, dicen, de la unificación de nuestras luchas en defensa de nuestros derechos individuales y colectivos, nuestro patrimonio, recursos naturales y territorio de nuestros pueblos frente a un Estado represor y empresas privatizadoras. Y en este marco, consideran importantísimo informarse e informar, creando espacios de discusión y análisis de la situación política, económica, social y de derechos humanos del país, de nuestro estado y de nuestras comunidades.
Esto conlleva la obligación de difundir y defender nuestros derechos humanos en todos los espacios donde participamos y somos parte: familia, comunidad, parroquia, municipio y región, registrando todos los hechos donde el Estado a través de las instituciones y funcionarios violan nuestros derechos humanos en nuestras comunidades para denunciarlos pública y penalmente.
En ocasión del 60 aniversario, es buena noticia que existan oaxaqueños y oaxaqueñas comprometidos con la defensa de estos derechos. Un reconocimiento a todos ellos y ellas, porque honran el espíritu de la declaración de 1948 que es mantener un cuidadoso equilibrio entre las libertades individuales, la protección social, las oportunidades económicas y las obligaciones hacia la comunidad.

60 años

Muchos activistas del ramo y líderes mundiales están de acuerdo en que la fundación, hace 60 años, del Sistema Internacional de Derechos humanos ha sido de las mejores cosas que le han pasado al planeta después del trauma de la segunda guerra mundial.
Sin embargo, seis décadas después de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por la ONU el 10 de diciembre de 1948, también comenzó un lamentable legado de traición a estos principios por parte de países y personas que hacen inviable que los objetivos trazados se hayan cumplido.
Irene Khan, Secretaria de la Organización para la Defensa de los Derechos Humanos de Amnistía Internacional constató en su pasada visita por Oaxaca la falta de sensibilidad del gobierno de Ulises Ruiz para atender este tema cuando se presentó con él para abogar por los derechos conculcados a decenas de oaxaqueños lastimados durante el conflicto del 2006 y sucesos posteriores.
Así como ella fue víctima de una conducta burlona por quienes se creen dueños de la vida y dignidad de los oaxaqueños, en el recuento que se hace ahora del cumplimiento de estos derechos y deberes en el mundo, caemos en cuenta que también por muchos lares hay dictadores a quienes muy poco importa la vida de sus semejantes.
Lo vemos los oaxaqueños en el caso de Santo Domingo Ixcatlán, donde a pesar de las alertas enviadas por organismos defensores de derechos humanos, ningún funcionario de alto nivel ha acudido personalmente ( a 300 kilómetros de distancia) a constatar la veracidad de las denuncias que antes que investigadas son descalificadas como falsas o montajes periodísticos.
Nadie se interesa – más que algunos periodistas comprometidos con su función- por lo que sienten los ixcatecos ante la eventualidad de morir bajo el gatillo que activan poderosos intereses intercomunitarios y externos con el fin de que no se resuelva el conflicto que sostienen con Chalcatongo de Hidalgo, tierra por coincidencia, de un hombre de enorme poder a quien en sus años juveniles le apodaban “El chalca”.
Muchos de estos funcionarios que hoy celebran la efeméride donde se destaca el esfuerzo de una mujer – Eleanor Roosevelt- por elaborar y proclamar los 30 artículos de la Declaración Universal, seguirán ignorando los alcances que estos principios que tienen como objetivo garantizar una mejor convivencia entre los seres humanos en cualquier lugar del mundo.
Sería muy largo exponer algunas cifras sobre la subalimentación, la falta de nutrición, agua, salud, educación, tráfico de personas, explotación laboral ( incluso infantil), casos de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes , asesinatos, ejecuciones, condenas a muerte, encarcelamientos y sujetos a juicio sin las debidas garantías procesales que existen en el mundo; al igual de quienes se encuentran sin trabajo, en inseguridad jurídica o en condiciones de ocupación o expulsión de sus propios países.
Como consecuencia de las desigualdades sociales y la discriminación por razón de sexo y color, hay miles, hay millones de personas abusadas por otros, incluyendo autoridades y poderes llamados fácticos, pero también pueden contarse a quienes desarrollan su trabajo en condiciones forzosas, bajo amenaza o coacción, o que habitan en situación de hambre alarmante. Hay una parte que le toca a los periodistas pero no es momento para destacarlo.
Sin embargo, el sufrimiento de millones de seres es la prueba fehaciente de que la crisis de derechos humanos que vivimos seguirá presente en la medida en que más allá de convenciones internacionales, de protocolos y pactos firmados por las naciones, entre todos se vaya haciendo conciencia de la tarea que nos corresponde - aunque a algunos más que otros- porque en cualquier resquicio de la sociedad los derechos humanos sean respetados.
Siguen siendo estos derechos el mejor marco para enfrentar la convivencia humana y mantener -como dice Mary Robinson- un estándar común de éxito que debiera llevarse a la práctica de diversas formas en los distintos países. Y para que los movimientos mundiales a favor de los derechos humanos y la justicia, sigan siendo la esperanza para que como propósito, algún día vivamos en un mundo mejor, un sueño que en estos 60 años no debe ser motivo para la desesperanza, sino para la afirmación de que esto es, aunque largamente, posible.

Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com

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OAXACA DE JUAREZ, MAGON Y ZAPATA ,APPO 2011, http://todoelpoderalpueblo.blogspot.com