De una sola piezaSociedad abiertaERNESTO REYES Escucho una entrevista mañanera con Jesús Ortega, líder del “chuchismo” en el PRD, aparte presidente formal de este instituto político. Se transmite su inconsistencia ideológica cuando habla de asumir políticas de Estado en la lucha contra la inseguridad, y reconoce estar preparado para tomarse la foto con Felipe Calderón cuando sea necesario. Acepta no tener trato reciente con Andrés Manuel López Obrador y desliza que se castigaría a todo aquél perredista que apoye a candidatos de otro partido. Contrastan estos figurines de la izquierda electoral mexicana con la actitud siempre congruente, aunque tiempo ya había dejado los reflectores por su avanzada edad, del recientemente fallecido, el profesor- aunque sin plaza- Othón Salazar Ramírez. Hace tres semanas, cuando se integró aquí la edición Oaxaca del Frente Amplio Progresista, cuyas siglas las pelea como suyas, con la ayuda del IFE, la nueva dirigencia perredista, se tributó un minuto de silencio por el fundador del Movimiento Revolucionario del Magisterio y también del PRD. Los viejos luchadores que estaban en la reunión y que siguen todavía en lucha, recordaron seguramente los grandes episodios que en su tiempo – los años cincuenta, sesenta –protagonizaron gente como Salazar, contemporáneo de Valentín Campa, Demetrio Vallejo, Benita Galeana, Arnoldo Martínez Verdugo y tantos otros que dieron lustre con su honestidad y valentía a la militancia de izquierda que ahora se desdibuja por hechos y actitudes de dirigentes deslavados y sin moral revolucionaria. La referencia a Othón Salazar y la lucha a la que se entregó por la democratización del sindicato magisterial debiera ser referencia de las nuevas generaciones de quienes siguen convencidos de que es posible cambiar a este sistema político, al Estado mismo, por uno donde ya no gobiernen los intereses económicos, sino de la gente de abajo, uno ennoblecedor en beneficio de los mejores intereses de la nación. La falta de referencias históricas y de figuras morales por reconocer, hace que por ejemplo, en las manifestaciones que acá en Oaxaca se realizan, sobresalgan en las pancartas ínconos del comunismo internacional – Marx, Lenin, Mao, etcétera- y ni siquiera se tenga referencia de hombres como Othón Salazar y muchos otros que modestamente contribuyeron con su lucha, con su ejemplo, a que las cosas cambien en el país. Enfrentado al caciquismo magisterial de Sánchez Vite, por encabezar la disidencia, Othón Salazar fue despojado de su plaza de maestro y así vivió 48 años más. Aún así, en lo más precario de su situación económica nunca se vendió y siguió siendo referencia indispensable de un luchador de izquierda, de los que se reclamaban comunistas y aplicaban la teoría revolucionaria. A Othón Salazar lo sepultaron en su estado natal, Guerrero, sin la presencia de líderes que ahora se reclaman de izquierda, nada más que unos cuantos fieles a su causa. Pero al morir, siguió abrigando esperanzas de que aún como está el país, entregado a un solo grupo, surjan fuerzas capaces de impulsar una renovación a fondo y que en lugar de luchar por puestos y dinero, como es la práctica de muchos “izquierdistas”, existan algunos que tengan la suficiente autoridad moral para rescatar el rumbo perdido. Acá en Oaxaca, en octubre pasado, en su natal San Jerónimo Sosola, Etla, de donde era presidente municipal, familiares y amigos sepultaron al profesor Antonio Gómez Vásquez, viejo luchador social, también en las filas del magisterio, del MRM, más joven, pero contemporáneo de Othón Salazar. Gómez Vásquez fue integrante del Frente de Sindicatos y Organizaciones Democráticas de Oaxaca, el FSODO, y como tal participó en las manifestaciones de apoyo a los trabajadores y directivos de Noticias, durante el aciago 2005, y un año después en la APPO. Luchador de causas, más que de puestos, a lo único que aspiró fue a gobernar a su pueblo, y lo logró tras reclamar el triunfo que le habían escamoteado ante el tribunal federal. En los años setenta participó en el movimiento popular oaxaqueño, donde la vieja UABJO tuvo un papel destacado; también en la creación de la COCEO, y de tantos frentes de colonias, de campesinos, obreros y sindicatos donde nunca faltaba la presencia siempre solidaria del viejo Antonio. Personajes como Othón Salazar y Antonio Gómez Vásquez, son hombres de una sola pieza. Es de justicia recordarlos. Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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