Astillero■ Teletón electorero ■ Peña Nieto y Televisa ■ De La Gaviota a Lucero Para que no haya duda de la alianza tejida con Televisa a partir de facturaciones publicitarias desbordadas, el gobernador del estado de México ha sumado a su cartera de promoción electoral tramposa a la imagen oficial del Teletón, la cantante y actriz Lucero (Hogaza León, sus apellidos), que dará continuidad y hará crecer la estrategia publicitaria iniciada con la también actriz de telenovelas Angélica Rivero, conocida como La Gaviota. Dicha estrategia consiste en el uso intensivo de una especie de rostro oficial que promueve publicitariamente las obras y servicios del gobierno posmontielista, eludiendo así las prohibiciones legales de asociar esos “éxitos” a la figura del gobernante en turno, pero haciendo luego desembocar los réditos alcanzados por esa “artista” en el portafolio electoral de su patrón (y novio y prometido). La cumbre de esas marrullerías propagandísticas parecía ser el desenlace intencionalmente telenovelero, ampliamente difundido en los espacios dedicados a chismes de la farándula, de la relación sentimental que sostienen el funcionario promovido y la “estrella” canalera promovente: si la vocera de Vicente Fox había acabado casándose con él, ahora la máxima figura de comunicación social del estado de México llegaría al matrimonio con el viudo gobernador (episodio ése, el de la viudez, todavía sujeto a muchas especulaciones de orden criminal, al igual que el sentido o mensaje que habrían tenido los disparos de arma de fuego hechos en Veracruz contra una camioneta en la que viajaban los hijos y la cuñada del mandatario de la entidad donde hoy se libran llamativos combates entre bandas de narcotraficantes, unas protegidas y otras perseguidas). Resultó que el gobierno de Peña Nieto desechó la versión de que la boda sería en enero, pero a cambio elaboró el espot en el que la mencionada Gaviota se despide de sus funciones en conflicto de interés y pasa la estafeta ni más ni menos que a la artista exclusiva de Televisa que popularmente es identificada con los propósitos de caridades fiscalmente rescatables y de simulaciones de justicia social mediante el depósito de migajas empresariales provenientes de las operaciones mercantiles que causan las circunstancias en que se dan las desgracias luego ayudadas en proporciones ínfimas pero en exhibiciones televisivas máximas, el mentado Teletón, pues. Las andanzas elusivas del precandidato Peña Nieto constituyen una clarísima demostración de la manera en que nuevamente el dinero (público o privado, limpio o sucio) y las grandes televisoras, en especial Televisa, pretenden determinar el resultado electoral de 2012. El alumno y protector de Arturo Montiel ha hecho que los bonos sociales derivados del cumplimiento de sus obligaciones gubernamentales sean depositados en su cuenta partidista y futurista mediante la utilización de una figura femenina con la que probablemente acabará casándose. Y ahora el gran poder de la pantalla casera le comisiona el rostro de la máxima argucia de presunta solidaridad social y benevolencia privada, el Teletón, para que los mexicanos asocien la figura de quien despacha desde Toluca con quien peleará por hacerlo desde Los Pinos. Con esa decisión, que seguramente reportará grandes ingresos a las arcas televisivas, se politiza el tal Teletón, al que sus impulsores pretenden asumir como la más moderna forma de unidad nacional, equiparable a los símbolos patrios y la Virgen de Guadalupe. De ahora en adelante ese programa de recaudación de donaciones y la figura emblemática normalmente tan cuidada (hay quienes aseguran que no participó en la serie Mujeres asesinas para no perder el halo de bondad que le han preservado) estarán asociadas a un partido, el Revolucionario Institucional; a un precandidato, Peña Nieto, y a un estilo de saqueo del dinero público para enriquecimientos personales y campañas políticas, el de Montiel y el multicitado novio de La Gaviota. Es de esperarse, por último, que la nueva “comunicadora” de los “logros” del precandidato presidencial priísta no repita los exabruptos que cometió en agosto de 2003, cuando defendió airadamente a uno de sus guardaespaldas que había sacado una pistola contra periodistas “de espectáculos” en el teatro San Rafael, luego de la develación de una placa por las 100 representaciones de la obra Regina. Descompuesta, Lucero mostró un rostro de enojo y resentimiento contra ese discutible segmento informativo de la farándula. Así es que, ante las trampas del futurismo mexiquense y ante el despilfarro de fondos públicos de esa entidad para promover a su gobernante hacia Los Pinos (dinero que de otra manera iría a seguridad social, por ejemplo; es decir, a la atención gubernamental de los problemas que son abandonados para destinar esos fondos al pago de publicidad a las televisoras que luego organizan maratones de filantropía para atender las desgracias provocadas por esos desvíos de recursos públicos), a nadie extrañe que la respuesta de Peña/La Gaviota/Lucero sea el retador e impune “¿Y?” que en su momento soltó la ahora promotora electoral cuando los reporteros le exigían cuentas del comportamiento de su gobernad…, perdón, de su guarura. La iglesia electoral de 2012 en manos de Lucero. Astillas En anterior entrega este tecleador había esbozado su intención de no tomar vacaciones, decidido a enfrentar los catarritos venideros con marcialidad laboral. Pero los oráculos a los que usualmente concurre el astillado escribano le han hecho cambiar sabiamente de opinión, y he ahí que siempre sí habrá de holgar confesamente quien estas líneas firma, convenencieramente convencido de que luego de dos semanas de asueto se estará en mejores condiciones físicas y anímicas para entrarle al 2009 que promete emociones fuertes. Así es que a partir del próximo lunes 29 se dejará de publicar esta sección, para regresar el lunes 12 de enero… Pero por lo pronto, y mientras la lamentable decapitación de militares en Guerrero da pie a un mayor endurecimiento represivo, ¡hasta mañana! |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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