México y Palestina: ¿el golpe avisa?Con una población levemente inferior a la de Iztapalapa (1.5 millones), el territorio palestino de Gaza ocupa una superficie similar a la del municipio de Tlalpan. A inicios de diciembre pasado, People’s Aid (Ayuda para los pueblos, organización humanitaria de Noruega) estimó que a Gaza le faltaba poco “… para estar en la ‘Edad de Piedra’”. Simultáneamente, Egipto y otros países de la Liga Árabe (casi todos aliados de Estados Unidos) pedían al gobierno de Tel-Aviv el levantamiento del bloqueo y el fin de la agresiva colonización israelí en Gaza y Cisjordania. Richard Falk, estadunidense judío y relator especial de la ONU para los Territorios Palestinos, viajó el 14 de diciembre pasado con el propósito de monitorear la situación sobre el terreno. La policía israelí retuvo a Falk en una celda de confinamiento del aeropuerto internacional Ben Gurion (Lod). Quince horas después, lo expulsó del país. El 27 de diciembre, empezó el matadero. Con armas prohibidas de última generación, las Fuerzas de Defensa (sic) de Israel bombardearon Gaza (4.2 mil personas por kilómetro cuadrado), densidad que en las urbes de mayor concentración supera la del Distrito Federal (5.7 mil por kilómetro cuadrado). Durante 21 días con sus noches, el fuego se concentró en la infraestructura civil, arrasando con 2 mil 500 objetivos: escuelas y centros de ayuda a refugiados de Naciones Unidas, un par de edificios donde transmitían medios de comunicación internacionales, 16 centros médicos, 16 ambulancias, 4 mil viviendas, 16 mil edificios residenciales, mil 500 fábricas, tiendas y comercios, 51 edificios gubernamentales, 18 centros educativos, 20 mezquitas y 50 kilómetros de carreteras. Saldo inicial: mil 400 muertos (mitad, niños ancianos y mujeres) y 5 mil heridos. En medio de la masacre y el silencio cómplice de las “democracias modernas” (Cuba, Venezuela y Bolivia fueron digna excepción), el cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz del Vaticano, declaró el 7 de enero que Gaza se había convertido en “el campo de concentración más grande del mundo”. Ajustado al guión, Israel lo calificó de “antisemita”. ¿Cómo era posible que el cardenal no entendiese una situación “tan compleja”? Un vocero del genocidio israelí, el señor Elhud Golan (consejero político y de prensa de la embajada de Israel en México), declaró que en su país hubo menos muertos “…porque una vez que suena la alarma, todos los ciudadanos se refugian en sótanos y detrás de paredes blindadas, mientras que para algunos palestinos extremistas su objetivo principal es la muerte y convertirse en mártires” (sic, entrevista, La Jornada, 15/1/09). Cisjordania, el otro territorio de Palestina (que a diferencia de Gaza es gobernado por una camarilla de palestinos corruptos y sumisos), ocupa una superficie poco mayor que la de Aguascalientes (el segundo estado más pequeño de México) y cuenta con una población ligeramente superior a los municipios de Iztapalapa y Gustavo A. Madero juntos (2.5 millones). En Cisjordania viven 400 mil colonos israelíes muy bien armados en 200 asentamientos ilegales y 150 mil palestinos en 19 campamentos de refugiados. México y Palestina. Geográficamente lejanos… y geopolíticamente vecinos de potencias militares intervencionistas y agresivas. Cisjordania está cercada por un muro de 721 kilómetros de concreto, zanjas de cuatro metros de profundidad y sensores electrónicos. Y en su frontera sur, Washington tiene un muro de 800 kilómetros, que a mediados del año llegará a mil 100 kilómetros. El ex secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Michael Chertoff, declaró a mediados de diciembre de 2008 que gracias al muro limítrofe “…venía cayendo la cifra de indocumentados que entran en Estados Unidos”. Al día siguiente, sin querer, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) confirmó el comentario de Chertoff: 10 mil indocumentados muertos en la frontera en los pasados 14 años. Entre los muchos análisis que trataron con lucidez el lento y programado holocausto palestino, destaca “Gaza: ensayo general” (Gustavo Esteva, La Jornada, 26/1/09). Esteva citó un comentario revelador del criminal de guerra Ehud Olmert, primer ministro de Israel: “… La verdadera lección (nr, de la invasión a Líbano, 2006) es que en las guerras contemporáneas el frente interno es el frente, el frente interno está envuelto en la batalla”. Fijemos esa idea de Olmert, y preguntémonos cuán “lejos” estamos de Palestina, pues en un informe reciente, el Pentágono auguró el “colapso rápido y repentino” de dos países del orbe: Pakistán y… México. El informe sostiene: “… cualquier descenso de México al caos, demandará una respuesta estadunidense basada únicamente en las serias implicaciones para la seguridad de la patria (home’s land security)” (La Jornada, 16/01/09). ¿Qué futuro nos aguarda? ¿”Autoridades nacionales” como la de Cisjordania en Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas, Michoacán, Oaxaca, Chiapas? En todo caso, y llegado el momento, los politólogos volverán a explicarnos que en la “democracia moderna”, la soberanía es cosa del pasado. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
hola