CUATRO MENOS

Cuatro menos Sociedad abierta ERNESTO REYES Afortunadamente van cuatro menos, pero faltan dos años para que acabe el régimen de oprobio de Ulises Ruiz. No obstante, cuando alguien pregunta si hay que reconocerle algún mérito a esta administración, el silencio acompaña la respuesta. Al tiempo sin embargo, hay que agradecerle que en dos años más podrían concluir dos sexenios autoritarios iniciados por su gran capacidad de perversión , mentiras y dispendioso ejercicio del poder con José Murat. En el 2004, Murat operó el gran fraude para beneficiar a su delfin, cuando bajo la batuta de José Luis Echeverría en el Instituto Electoral se cayó el sistema. Hoy Echeverría, repetidor en el cargo, se apresta a jugar el mismo papel para arreglarle a Jorge Franco el acceso a la silla gubernamental, si no se adelanta algún otro tirador de los que se creen con méritos. Frente a la evidencia de que el año 2009 el PRI de Ulises pretende pintarlo de rojo- por los colores emblemáticos de este partido- los actores políticos empiezan a asumir su papel, particularmente los de oposición porque a la vista de sus declaraciones, han advertido muy a tiempo del uso faccioso de los recursos públicos. Varios de ellos han coincidido en que no hay algún avance destacable en los 4 años de un gobierno sostenido por los alfileres que de manera coyuntural le ha puesto el gobierno federal, primero para que no se cayera durante el conflicto del 2006, y ahora para que concluya sin aspavientos su gestión. Como Ulises remontó sin mayor problema la crisis social y de gobernabilidad que se gestó a partir de que una mente perversa y desequilibrada ordenó el fallido desalojo del 14 de junio del 2006, y como un año después, su partido, obtuvo el carro completo, se ha caído en el triunfalismo de que en el 2009 se va a repetir la historia al recuperar las 9 diputaciones federales perdidas. Si la oposición lo permite, no haciendo su trabajo y fomentando el divisionismo, este escenario podría darse, sobre todo cuando se prevé un alto índice de abstencionismo porque la gente ya no cree en el sistema de partidos, ni en la autenticidad de liderazgos que se venden o se alquilan con el régimen. Pero allá en lo profundo del sentimiento popular, donde no pueden hacer nada las millonarias campañas mediáticas para presumir logros que no existen, siempre habrá la posibilidad de que reflexionen y actúen en consecuencia, no otorgando el voto a quienes son los responsables del desastre económico y social que padece Oaxaca. Los daños al tejido social son vastos: nada más en el rubro de seguridad, los oaxaqueños estamos vulnerados, porque en los caminos de las regiones, nos sentimos inseguros; no se diga en las ciudades donde los levantones, secuestros y asaltos son frecuentes, sin que hasta la fecha exista investigación ni castigo a los responsables. Muchos oaxaqueños adinerados y otros que no lo son tanto, hoy viven el drama de que algún familiar suyo sigue cautivo; otros han sido dañados en su patrimonio, mientras 500 policías de la Agencia Estatal de Investigación siguen comisionados como “guaruras” atendiendo a la familia de los principales funcionarios y de hombres del dinero predilectos del régimen. Si es cierto como se afirma que el gobierno de Ulises pregona como suyas obras y acciones financiadas por el gobierno federal como los hospitales, carreteras, etcétera, deben generarse mecanismos de observación ciudadana para que no sean utilizados con fines perversos. Pero hay grandes rezagos, documentados por instituciones serias de evaluación gubernamental sobre el grave subdesarrollo que exhibe Oaxaca gobernado por el mismo partido después de 70 años; lo mismo en la falta de inversión e incentivos para la empresa que en materia de empleo. Hoy se presumen obras en el centro histórico, mientras en el interior del estado en cuestiones de salud, infraestructura educativa, caminos y el campo, hay un abandono total que difícilmente puede ser remediado en los dos años que nos faltan. Por si fuera poco, al cabo de cuatro años no hubo nunca un trato respetuoso para la oposición, que no haya sido para corromperlos o convertir a uno que otro presidente municipal o diputado ambicioso, en nuevos activos del PRI. Y todavía falta enumerar los agravios con tantos asesinato, encarcelamientos y persecuciones en este periodo. Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com