EZLN: más que un aniversarioOficialmente se cumplieron 25 años del inicio de un proceso que aparecería ante la nación y el mundo el primero de enero de 1994. Ese día el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tomó militarmente siete cabeceras municipales en el estado de Chiapas, en el sureste mexicano. En sus primeras proclamas, el EZLN anunciaba: “Hemos empezado la lucha que necesitamos hacer para alcanzar demandas que nunca ha satisfecho el Estado mexicano: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”. Todo ello se concretó en la propuesta de reconocimiento a la autonomía indígena de los históricos acuerdos de San Andrés. Qué decir de ello a estas alturas, cuando ha quedado clara la negativa oficial a ampliar la mira en sus conceptos de libertad, democracia, justicia y paz, así como también es más que evidente que no han caminado por el lado de los derechos económicos sociales y culturales de mexicanos y mexicanas indígenas y no indígenas. Mucho se ha escrito sobre la historia de una organización que dejó de lado su estructura militar para apostarle de lleno a la vía política, y ello a pesar de las constantes provocaciones y agresiones que ha sufrido del Estado y sus aliados locales en Chiapas con tintes paramilitares. Hoy sólo habría que recordar que ese rumbo, el político y pacífico, fue “mandatado” por la masiva participación de la sociedad civil que logró el cese al fuego en ese histórico mes de enero de 1994. Pero ya traía elementos el Ejército Zapatista de Liberación Nacional para dar el histórico giro hacia la política. Según testimonios recopilados en el libro 20 y 10: el fuego y la palabra, de Gloria Muñoz Ramírez (Ediciones La Jornada, 2003), entre 1983 y 1994 el EZLN dedicaría sus principales esfuerzos a una paciente organización interna. El encuentro entre la tradición marxista-leninista con “una realidad que no puede explicar, de la que no puede dar cuenta y con la que tiene que trabajar” sería relatado por el subcomandante Marcos, vocero de la organización, como “la primera derrota, la más importante y la que lo marcará de ahí en adelante”. Así se empieza a dar el proceso de transformación del EZLN: de un ejército de vanguardia revolucionaria a un ejército de las comunidades indígenas; un ejército que es parte de un movimiento indígena de resistencia dentro de otras formas de lucha. Cuando el EZLN se imbrica con las comunidades, pasa a ser un elemento más dentro de toda esa resistencia, se contamina y es subordinado a las mismas. Las comunidades se lo apropian y lo hacen suyo, “lo colocan bajo su férula”. Producto de esa derrota, “el EZLN empezó a crecer geométricamente y hacerse ‘muy otro’, o sea que la rueda –que era bastante cuadrada– siguió abollándose hasta que, al fin, fue redonda y pudo hacer lo que debe hacer una rueda, es decir, rodar”. Después del fiasco foxista con la contrarreforma indígena de 2001, el EZLN anunció en 2003 el nacimiento de los caracoles y la creación de las juntas de buen gobierno, que proponen “mandar obedeciendo”. Estas instancias cuentan con delegados revocables que trabajan sin salario y se encargan de tareas de representación y administración de justicia, además de coordinar con las demás juntas el sistema político autónomo zapatista, que territorialmente coexiste en muchas ocasiones con el sistema político y las demás instituciones sociales del gobierno, e impulsa diversos proyectos, entre los que se destacan emprendimientos agroecológicos, de comercialización de café y productos textiles, proyectos autónomos de salud, educación y comunicación popular. Las autonomías, como bien sabemos, tienen otras expresiones en el resto del país. Una iniciativa nacional, que tuvo su muy aguda polémica en 2006, fue en relación con la postura que aumió frente a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador. Pero historias, encuentros, desencuentros y aniversarios aparte, importa destacar el panorama actual del país, cuyos rasgos explican las nuevas rutas del zapatismo y el movimiento social. Hoy contamos con un gobierno federal carente de legitimidad y con una legalidad cuestionada, marcada por la continuidad en las políticas neoliberales que ha impulsado iniciativas “estructurales” que el foxismo no logró colocar. Es el caso de las reformas a la Ley del ISSSTE y las relativas al petróleo, que han concitado amplias movilizaciones sociales y políticas ante las cuales el calderonismo sólo apuesta a la criminalización. Junto con todo ello se embarcó al país entero en la guerra contra el narcotráfico, con saldos peligrosos que impactan al conjunto de la sociedad. En los informes oficiales respecto a conflictos destaca la ausencia de mención a Chiapas, menos aún al EZLN, que busca dar cauce a la indignación que se comparte en amplios sectores sociales. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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