■ Inauguran Zapata, un espacio alternativo para el arte en el centro de Oaxaca Asaro, una respuesta cultural ante el control de los medios■ El grupo nació durante las movilizaciones de la APPO, en 2006 ■ Sobresalió el trabajo en carteles, hojas volantes y pintas en muros ■ “Sabemos que vienen etapas de lucha intensa” Ampliar la imagen La Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca, un colectivo integrado en su mayoría por jóvenes, inauguró en el centro de Oaxaca la galería alternativa Zapata Foto: Roberto García Oaxaca, Oax., 2 de noviembre. El movimiento de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), en 2006, dio lugar a una intensa actividad artística y cultural, cuyo principal objetivo era difundir las razones y objetivos de su causa. En ese contexto nació en mayo de aquel año la Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca (Asaro), un colectivo integrado mayoritariamente por jóvenes. Dos años después, la agrupación ha abierto Zapata, una especie de galería alternativa para exponer su trabajo. Zapata fue inaugurada la noche del viernes –en pleno Centro Histórico de Oaxaca– en un acto que incluyó música y la proyección, sobre los muros de un edificio, de documentales con testimonios de los participantes en el movimiento. Durante las movilizaciones de 2006 los integrantes de la Asaro se expresaron de muchas maneras, pero sobresalió el trabajo en carteles, hojas volantes y pintas en muros, que destacaron por su ingenio y creatividad. Ahora en Zapata, los artistas presentan obras con técnicas y formatos más convencionales, pero cuyo contenido sigue siendo marcadamente de protesta y denuncia. El tema dominante en las aproximadamente 20 obras que se exhiben es la represión de la Policía Federal Preventiva en contra del movimiento, el 25 de noviembre de 2006. Hace casi dos años. De manera metafórica o directa, conforman en su conjunto un testimonio de esos momentos. Asaro no es el único colectivo cultural surgido alrededor de la APPO, pero –de acuerdo con Mario, vocero de la agrupación– sí es el único creado durante las movilizaciones. Posteriormente han surgido otros. Mario, que prefiere omitir su apellido, sostiene en entrevista durante la inauguración de Zapata que la organización y definición de objetivos ha sido un proceso en varias etapas. De hecho, inmediatamente después de la represión policiaca del 25 de noviembre de 2006, los integrantes del colectivo se dispersaron, aunque para enero del año siguiente empezaron a reunirse de nuevo: “Al principio éramos alrededor de 15 compañeros, después de la represión algunos se tuvieron que ir de la ciudad e incluso del estado. Empezamos haciendo tapetes de arena o participando en festividades tradicionales, y así poco a poco fuimos desarrollando una idea y empezamos a caminar en temas específicos”. Nos une el enemigo común Uno de los principales aprendizajes en el camino ha sido identificar y comprender las diferencias que inevitablemente surgen entre los integrantes, y al final se toman decisiones colectivas: “Nos une el tener un enemigo común”. Mario sostiene que, en el colectivo, el aspecto artístico es tan importante como el contenido de las obras: “Los trabajos al principio de la lucha eran muy monótonos, muy primitivos, conforme avanzó el movimiento hubo un mayor desarrollo técnico y estético. Pero siempre el esténcil jugó un papel muy importante, porque finalmente era una respuesta cultural ante el control de los medios de comunicación que no dan cabida a nuestra voz, a lo que el pueblo quiere, lo que el pueblo sueña”. Ahora, “algunos críticos y estudiosos dicen que el movimiento rescató y actualizó una iconografía importante en otras luchas, elementos iconográficos representativos que la gente identifica y se apropia”. La apertura de Zapata tiene también como propósito ser un espacio alternativo para el arte que no encuentra lugar en recintos sectarios y excluyentes. De acuerdo con Mario, la existencia de la Asaro es una prueba de que el movimiento no ha terminado, que se encuentra en una etapa de preparación y organización, “porque sabemos que vienen etapas de lucha todavía más intensas, batallas más duras, y por eso no podemos separar lo político de lo artístico y social, conforme se desarrolle el colectivo, cada uno en lo individual irá proponiendo cosas distintas”. El vocero de la Asaro reconoce que esta lucha ha provocado la muerte de personas en uno y otro lado, “pero también es vergonzosa la muerte silenciosa de niños en las comunidades marginadas”. Antes del movimiento de la APPO, Mario trabajó durante 13 o 14 años en comunidades marginadas de origen africano, ahí tomó conciencia de la necesidad de modificar sus condiciones de vida, lo que significa luchar por un cambio en las políticas económicas basadas en la explotación y el saqueo. Por lo pronto, “ya hemos aprendido a caminar con dignidad, a levantar la voz”. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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