Astillero■ Cúpula tocada ■ Doble golpe ■ ¿Ramón Martín Huerta II? Ampliar la imagen Militares resguardan el lugar donde se desplomó la aeronave en la que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. Peritos realizan labores de investigación Foto: Roberto Garcia Ortiz Nadie pudo anoche desvanecer el tufo de atentado. Ni siquiera el explicablemente dolorido Felipe Calderón, que alentó claves de maquinaciones oscuras al dar un breve mensaje mediático en el que no asumió el presunto accidente aéreo como un lamentable suceso que por no tener implicaciones ni significados ocultos o de reto al poder habría de agotarse en sí mismo, en el natural cumplimiento de rituales íntimos y de exaltaciones públicas, sino que lo convirtió en motivo de acicate, causa de endurecimiento verbal y anuncio de decisiones por tomar. Enfoque ajeno al contexto llano de un mero accidente, razonar apresurado (y, por ello, altamente demostrativo de que en esa cúpula tocada ya se tenía información grave dos horas y media después de la caída del jet oficial) y respuesta aguijoneada en función de combates tan fieros que llegan a causar bajas en el entorno más cercano, en el entorno que es escalón antes de llegar a la cúspide, en una espiral creciente de confrontaciones y atentados que se nutre de la guerra sin sentido al inextinguible narcotráfico, de las peleas mercantiles por riquezas petroleras y de las fieras batallas internas por la riqueza derivable de cargos públicos y postulaciones. Golpes secos al centro del poder (mucho más que la detonación de granadas a unos metros de algún balcón de gobierno, en este caso, michoacano). Juan Camilo Mouriño fue pieza fundamental de la consolidación del calderonismo, acompañante en el desierto al que Fox desterró a su entonces secretario de energía y confidente de absoluto poder íntimo tanto en los tiempos difíciles de la campaña electoral que no creció, de los resultados que una parte de México no aceptó y combatió, y en el diseño de los planes reformistas más controvertidos, como el petrolero en el que comprobadamente el entonces secretario de gobernación tenía conflicto personal y familiar de intereses. Mouriño que había redoblado recientemente su escolta personal y según versiones palaciegas estaba por dejar Bucareli, cumplido supuestamente el encargo de negociar la reforma petrolera que no fue tan privatizadora como él y su amigo Calderón pretendían pero que sin lugar a dudas dejaba resquicios suficientes para colar los intereses mercantiles de las familias gobernantes a través de empresas amistosas y compartidas, sobre todo de España, la tierra natal de quien se habilitó la ciudadanía mexicana mediante documentaciones a modo para llegar a Gobernación y, antes de que estallara el escándalo de las firmas desde cargos oficiales en negocios familiares, soñar con la posibilidad de ser el candidato de Los Pinos a la sucesión de 2012. El trágico cierre del escabroso ciclo político del personaje más cercano a Calderón se produjo en el contexto de un peculiar proceso de enrarecimiento de su entorno, tanto las filtraciones de funcionarios que aseguraban que la salida de Mouriño de Bucareli era cuestión de pocos días (se decía que ni siquiera estaba yendo ya a su despacho) como la extraña defensa de los secretos de su padre, Manuel Carlos Mouriño, ante una acusación de lavado de dinero que habría llevado a una acomedida PGR a solicitar un amparo que acabó avivando el tema. Santiago Vasconcelos, por su parte, era el hombre de la convergencia binacional de intereses en materia de narcotráfico. De larga trayectoria en la procuraduría federal de justicia, había ganado la confianza de las autoridades estadunidenses que al apoyarle le ayudaban a mantenerse en cargos fundamentales de la lucha mexicana contra el narcotráfico. Él, junto con Jorge Tello Peón, formaba una reserva que Calderón podría utilizar en caso de que se agravaran los conflictos entre el procurador Medina Mora y el secretario de Seguridad Pública, García Luna, y de que las políticas oficiales de supuesta confrontación del negocio de las drogas siguieran produciendo derrotas y desánimo apenas disfrazables mediante decomisos y detenciones de medio pelo y espots de presuntos triunfos y avances heroicos e históricos. La caída de Santiago Vasconcelos representa, sin lugar a dudas, ganancias para determinados personajes del tinglado calderonista, y dará elementos de presión a los gringos suministradores de millones de dólares mediante la Iniciativa Mérida que si no cuenta con mexicanos “de confianza” en la plantilla oficial habrá de ser manejada mediante celosos y excluyentes oficiales extranjeros. Astillas Desde dentro de Pemex, una voz cuyo nombre será omitido comenta que “los nuevos ejecutivos panistas que están incrustados en Pemex –hay desde ex alcaldes hasta diputados teiboleros– son los que han dado al traste a Pemex, han tomado decisiones erróneas, garrafales pero nadie les dice nada. En 2004 mandaron a la calle a muchos compañeros que tienen suficiente experiencia y conocimiento de Pemex, y lo más chistoso del asunto es que algunos compañeros fueron contratados por compañías extranjeras como Halliburton, Schlumberger, etcétera”... María Guadalupe Amaro Maqueo plantea: “he leído con gran consternación la noticia del secuestro de un niño de cinco años y su asesinato con una inyección con ácido, lo cual me parece inconcebible. Sin embargo, no he visto la mínima preocupación de la señora Morera ni del señor Martí, no he visto que se proclame ninguna manifestación blanca con veladoras ni tampoco la manifestación de los curas”… Varios lectores denuncian el fraude realizado por Neoskin, una empresa especializada en depilación cuyas oficinas en varias ciudades de la República cerraron de la noche a la mañana, luego de haber desplegado una campaña de venta de paquetes de atención a futuro que debían ser pagados por adelantado para recibir llamativos descuentos… Y, mientras la política estadunidense se aventura a lo que finalmente puede quedar en notable pero no tan profundo cambio cromático (a fin de cuentas, lo que gobierna a Estados Unidos son los grandes intereses económicos, no el color de la piel), ¡hasta mañana, reconociendo por lo pronto que el futuro del vecino siempre podrá ser mucho mejor que con el desahuciado Bush! |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
hola