■ Paco Ignacio Taibo II, narrador de Villa, aquí y allí, que transmitirá The History Channel “En México se honra a los héroes con estatuas, pero Villa está vivo”■ Quienes festejarán el centenario de la Revolución y el bicentenario de la Independencia, al único que rescatan de aquélla es a Madero: Salmerón ■ El documental se verá en toda América Latina Ampliar la imagen El novelista Paco Ignacio Taibo II, en la casa de Francisco Villa Foto: proporcionada por The History Channel El documental Pancho Villa, aquí y allí, producido por The History Channel, se transmitirá mañana, lunes 17 de noviembre, a las 21 horas, y será visto por un público potencial de 17 millones de personas en América Latina. “Nuestra clientela abarca gente de entre 25 y 54 años. Estamos en el top-ten (primeros diez sitios) de los canales que más se ven”, expresó en entrevista el director de marketing de ese medio de paga, César Coletti. La plática se realizó al finalizar un foro y el estreno del documental para medios de comunicación e invitados especiales que se llevaron a cabo el pasado lunes en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, el cual estuvo prácticamente lleno, y donde la figura de Villa levantó polémica. Coletti añadió que el crecimiento del canal de televisión en los últimos tres años ha sido exponencial. “Esperamos mantenerlo debido a la inversión que hemos hecho en producción original, no sólo en México, sino también en otros países de la región. Somos una marca internacional y tratamos de incorporar más producción original.” La historia, también negocio “Esto es un negocio y tratamos de brindarle al público todo lo que es la historia local –en la medida de las posibilidades–, así como la historia internacional. Es un buen mix. Villa, aquí y allí se va a ver en toda Latinoamérica, incluido Brasil. Si todos lo ven ese día, la audiencia será de 17 millones”, agregó Coletti. –¿Podrían facilitar que se transmita por señal abierta? –Esa es una conversación que vendría después, pues nuestra ventana es exclusiva para cable, para el canal History. Se está estudiando llevarlo a Estados Unidos, Europa y otros países. –¿Quiénes decidieron hacer el programa sobre Villa? –Somos un grupo interdinámico. A diferencia del preconcepto de la gente, la mayoría de los que trabajan en Latinoamérica son todos latinos. Acá, los únicos estadunidenses son los miembros de la junta directiva. –¿Buscan crear polémica. –En sí misma, no nos interesa. Nos importa generar en la audiencia la necesidad de buscar más, que genere su propia versión o entendimiento de lo que fue la historia. Tratamos de ser equilibrados. El documental generó polémica entre los asistentes. La figura de Villa, desmitificada como simple robavacas, se engrandeció. No fue más el bandolero loco que atacó Columbus y se significó como una de las alas radicales, si no la más profunda, sí una de las más trascendentes. El documental es un recorrido en el tiempo, una cronología, por los lugares donde Villa forjó su historia, narrado por el historiador Paco Ignacio Taibo II, quien formó parte del panel del foro y respondió preguntas, junto con los especialistas Pedro Salmerón y Jesús Vargas. A 85 años del asesinato de Villas, enfatizaron la participación de éste en la gesta revolucionaria. Se le ve en actividad en estados como Zacatecas, Durango y Chihuahua, así como el Distrito Federal. Con duración de dos horas, el documental fue totalmente realizado en alta definición. Después del éxito del libro de Paco Ignacio Taibo II, Pancho Villa, una biografía narrativa, The History Channel inicia junto al escritor mexicano un viaje tras los rastros de un mito vigente. El trabajo es producido con Anima Films. En las imágenes se ve a Doroteo Arango, quien pasó a la historia como Pancho Villa, El Centauro del Norte. Bandido y héroe, temido y amado, dejó un rastro de historias, anécdotas, leyendas y verdades a medias por el norte de México y el sur de Estados Unidos. Es un viaje de 7 mil kilómetros durante 40 días. Al final, Villa fue asesinado de 150 balazos y luego su cabeza robada, pero su papel en la historia quedó claro: representa la lucha de los de abajo, definió Taibo. Decenas de manos por todos los puntos del Torres Bodet se levantaron cuando se pidió al público que preguntara. Había historiadores, lectores de libros de historia o verdaderos conocedores de Francisco Villa. Taibo dijo que muchas de las cosas que se grabaron “afortunadamente no aparecen (algunas expresiones son coloquiales y otras relativas al actual gobierno mexicano); al final, había cerca de 40 horas grabadas de película y muchas cosas interesantes tuvieron que quedar fuera. “La historia está muy apretada; quizá porque pretendimos contarlo todo, y toda la gente que nos encontrábamos quería contarlo también (...) en este país, donde la manera de rendir homenaje al pasado es convertirlo en nombre de estación de Metro, en estatua; esto es todo lo contrario: es Villa y su fantasma, que está vivo. “Se dio la necesidad de rescatar esta poderosa fuerza: la de los jodidos, los derrotados, los mancillados, los humillados, los agraviados, ¡clamando venganza! Creo que éste es el Villa que se refleja. Me volví muy villista... no lo era, no lo era.” Agregó que antes de esto estaba animado “por los rencores, los desaires y los agravios que me producía el gobierno de este país –los sucesivos últimos diez gobiernos. Últimamente me injuriaban y me molestaban más; sobre todo la seudotransición de los hijos de Alí Babá y los 40 ladrones a los mensos mochos (...) Cuando el pueblo se harte van a tronar las campanas”, advirtió. Ya para entonces el ambiente era de mitin, de manifestación de protesta entre la concurrencia del auditorio Torres Bodet. Jesús Vargas expuso: “Este documental va a contribuir mucho a despertar nuevos intereses sobre el villismo (...) comprobé que la gente, tanto de la ciudad como del campo ha reconstruido la figura de Francisco Villa a la altura de sus necesidades actuales”. Villa es el pueblo “He llegado a la conclusión de que Villa es el pueblo de México, y ese pueblo se mira en el espejo de Villa, con todos sus anhelos, problemas y éxitos.” Pedro Salmerón dijo: “Me pregunto, a raíz del éxito de libros como los de Catón y de las personalidades que ocupan los cargos que van a coordinar y hacer los festejos del centenario de la Revolución y del bicentenario de la Independencia de México, ¿por qué esa gente, por qué a estos panuchos que nos gobiernan les gustan los héroes que les gustan? “Yo fui educado para no creer en los héroes, porque en la primaria me aburrían mucho; me parecían inverosímiles, y luego en la facultad, a los que estudiamos historia profesionalmente, nos enseñan a descreer de la historia de bronce y a no creer en las de héroes y antihéroes (...) “Me pregunto por qué este gobierno va a festejar, y estos libros que venden, que anuncian, les pegan a héroes como Calleja, Iturbide, Miramón y Maximiliano, Lucas Alamán, Porfirio Díaz. De la Revolución al único que rescatan es a Madero. “¿Qué significa esto? Esto y los libros que están vendiendo no dicen nada nuevo que la derecha conservadora en contra de Juárez, en favor de Maximiliano. Todas estas elecciones tienen un significado muy preciso: elegir a Iturbide sobre Hidalgo significa elegir al orden frente al pueblo tomando en sus manos la historia, que eso significa Hidalgo.” Cuando la charla terminó, afuera se formó una larga fila para que los tres panelistas firmaran el libro Pancho Villa, una biografía narrativa. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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