■ Recomienda usar sistemas de inteligencia e identificar los circuitos financieros que los alimentan
■ “Sin recursos económicos estos grupos de delincuentes no pueden existir”, señala el ex primer ministro de Francia
■ La inseguridad es consecuencia de la corrupción de los gobiernos, advierte
Ciro Pérez Silva
En la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo, cualquier país democrático está condenado al fracaso si antepone la intervención del Ejército y las policías al uso de sistemas de inteligencia y de la plena identificación de los circuitos financieros que alimentan a estos grupos de delincuentes, “porque sin dinero no pueden existir”, advirtió el ex primer ministro de Francia Dominique de Villepin.
Al ofrecer ayer por la tarde una conferencia magistral en la sede nacional del PAN, con el titulo: Los desafíos del mundo y la relación de México con la Unión Europea, De Villepin se refirió primero en términos generales a los problemas que prácticamente todos los países enfrentan por la creciente presencia del crimen organizado en sus diversas facetas; más tarde, en conferencia de prensa, habló del caso específico de México y del aporte que naciones como Francia, que han enfrentado problemas tanto de crimen organizado como de terrorismo, pueden ofrecer a los mexicanos.
Destacó que además de la identificación plena del origen y destino de los recursos financieros de los grupos delictivos, es imprescindible también el intercambio de información con otros países, ya que se trata de delitos que no conocen fronteras, y resaltó nuevamente que si se quiere impedir el crecimiento o la presencia criminal en México, hay que tener, primero, un conocimiento profundo de la forma de operar de esas organizaciones, “conocer cómo piensan, saber cómo actúan” y utilizar “más imaginación”, dijo en respuesta a una interrogante sobre la presencia del Ejército Mexicano y las policías federales en prácticamente todo el país.
“Todo lo que es estrategia de seguridad y estrategia militar tiene que acompañar, pero no tiene que ser elemento central, sino acompañar de modo muy escogido, y respetando las reglas de la democracia, porque el terrorismo y el crimen organizado se nutren de la incapacidad de las democracias de no respetar sus propios principios”, subrayó ante dirigentes, legisladores y alcaldes del blanquiazul, a quienes recordó que las bandas criminales cuentan con incontables recursos económicos y armamento, por lo que es necesaria una estrategia distinta a la de enfrentarlos únicamente con la fuerza.
Otro elemento que destacó el ex primer ministro de Francia es la necesidad de “un gobierno fuerte” que pueda convocar primero a la cohesión social y luego, empujar junto con todas las fuerzas políticas, los cambios que se requieren para hacer frente a este fenómeno, separando los debates de carácter social, económico o político, para actuar de manera conjunta, porque un gobierno solo no puede hacer nada.
“Sobre estos asuntos es muy importante que el gobierno y la oposición debatan de tal modo que puedan compartir convicciones conjuntas, políticas que son compartidas por los unos y los otros, porque si uno no logra encontrar la buena respuesta, los otros tampoco lo lograrán”, dijo De Villepin, para añadir que “es mejor ir más rápido conjuntamente, guardando cada uno su identidad, su visión, pero con unidad nacional, porque frente a una sociedad cohesionada el crimen organizado no tiene futuro”.
Reconoció que el crimen organizado y la inseguridad son, en parte, consecuencia de la corrupción en todos los niveles gubernamentales, así como de la frustración de grupos sociales frente al proceso de globalización económica. Mencionó que si bien México ha tenido un crecimiento de 3 por ciento en los últimos años, al compararlo con varios países de Sudamérica “puede parecer poco”, y destacó que hay “dificultades, reveses y atascos” que tienen que ver con la falta de reformas estructurales y una relación de alta dependencia con Estados Unidos.
Subrayó también al respecto las condiciones sociales prevalecientes en México, en las que al menos un tercio de la población se ubica por debajo del umbral de pobreza y 8 por ciento en situación de pobreza extrema.
Dominique de Villepin insistió en que el gobierno no debe renunciar al estado de derecho en aras de combatir al crimen organizado, porque éste termina nutriéndose de las violaciones a los derechos de los ciudadanos. Además sugirió que se renuncie “a lo que es una tentación clásica de las democracias, a esta sociedad del espectáculo donde se manejan los problemas frente a las cámaras de televisión”, ya que la anticipación y la sorpresa son importantes para hacer frente a las bandas criminales.
“Se necesita una cierta discreción, una cierta capacidad de secreto, porque frente a un enemigo que es invisible, frente a un enemigo que uno no conoce, frente a un enemigo que utiliza modos que son totalmente desconocidos, se necesita misterio y el Estado tiene que usar todos estos elementos”, puntualizó.
Añadió que “lo peor que puede pasar en esta situación es tener un Estado fracasado, que sea manejado por otros intereses que no son los intereses generales”.
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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