Oaxaca, México.- La difícil situación económica por la que pasan el comercio y la población en general, obliga a pensar en cambios urgentes en materia financiera por parte del gobierno federal. Oaxaca siendo turística ha perdido su encanto y quienes viven de este sector, hoy advierten que están a punto de quebrar, ante la falta de promoción de una institución que como el caso de la Secretaría de Turismo, se encuentra en manos de Beatriz Rodríguez Casasnovas, la cual es una improvisada.
Juan José Díaz Bermúdez
25 de septiembre de 2008, Oaxaca, México
A Rodríguez Casanovas se le atribuye el haber cambiado la Guelaguetza hasta en cuatro presentaciones, rompiendo de esta manera con la tradición, que significaba un rito prehispánico de ofrecer a sus dioses las primicias y hacer obsequios a sus vecinos y amigos. Guelaguetza significa ofrecer, darse de corazón.
Al parecer, la funcionaria no entendió, parte porque es extranjera, o simplemente porque se dejó llevar por la comercialización de una fiesta autóctona, esencialmente indígena que fue deformada por los gobiernos priístas, usándola después para el culto al funcionario, un error que hasta hoy sigue prevaleciendo.
De nada sirvió aumentar las funciones, ya que desde 2007, el gobierno llena el auditorio guelaguetza con trabajadores de confianza de la misma administración y con gente de diversas poblaciones a la que le pagan transporte , comida y viáticos, que consisten en 200 pesos por persona, según lo han dicho quienes se han beneficiado.
Desde 2006, con excepción de 2007, la Guelaguetza oficial compite con la popular, que celebra la sección XXII del SNTE.
Digo, hacemos esta referencia, porque el señor Ulises Ruiz Ortiz, acusado de genocidio y desapariciones forzadas junto con su funcionaria Beatriz Rodríguez Casanovas, son los únicos responsables de destruir una tradición, de acabar con el turismo en Oaxaca y de poner en peligro las artesanías, la gastronomía y la industria sin chimeneas.
Un caso para anotar: en las pasadas fiestas patrias, el portavoz del gobierno,el trístemente célebre Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, salió diciendo que la ocupación hotelera llegó a más de un 60 por ciento. El señor miente, jamás hubo tal ocupación, lo que si hubo fue una fuerte inversión del gobierno para ocupar con amigos y los amigos de los amigos, algunos cuartos de hotel, para presumir ante el mundo que somos en Oaxaca un atractivo turístico, cuando no es cierto.
Pasa lo mismo que la Guelaguetza , se llena el auditorio con acarreados y trabajadores de confianza que van a la fuerza, y ahora llenan los hoteles con amigos y acarreados, todo para tratar de mostrar que Oaxaca está en paz y que se desarrolla rumbo al 2009. Falso de toda falsedad. Oaxaca ni está en paz, ni se desarrolla rumbo al 2009, mucho menos tiene gobernabilidad.
El turismo no llega a Oaxaca por el temor a ser secuestrados, no se presenta por el miedo de ser desaparecidos, recordemos que al gobernador y a ciertos de sus funcionarios les gusta mucho desaparecer a las personas, no olvidemos la acusación que le ha hecho el EPR a Ulises Ruiz.
No tenemos turismo en Oaxaca porque no hay promoción, los recursos que estaban destinados para este tipo de actividades se terminaron, los pocos que quedan se utilizan en darle promoción a Ulises Ruiz, jamás al turismo.
La capital se encuentra sumida en una ola de levantones, robos, asaltos a plena luz del día, robos de autos, secuestros; está en una total ingobernabilidad. Es lógico que el turismo no llegue, más aún con las alertas que existen por parte del gobierno norteamericano y de otros países de Europa, cuando Oaxaca tiene a un gobernante que no tiene esencia popular.
El Congreso federal no hace nada, se pasa apoyando a un gobernante que como Ulises Ruiz, se disfraza de mandatario, mientras se pasa el día libando con sus amigos, la prueba es el video que existe y que navega en una página independiente como Kaos en la red.
Soberbio Ulises Ruiz Ortiz, trata a sus funcionarios, dicen los afectados, peor que José Murat. Hace esperar a las autoridades municipales en sus eventos de promoción, como son inauguraciones y comidas, en ocasiones hasta en cuatro horas, y tienen que esperar porque si no la chamba está de por medio.
El empleo, el desarrollo, la paz social y la seguridad que prometió, se quedaron en el olvido.
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
hola