sábado, 20 de septiembre de 2008 El sistema se tapa con la cobija confortable de conformidad, oligarquías, monopolios y mediocre educación":
El decadente sistema gubernamental del país se tapa con la cobija confortable de conformidad, con oligarquías, monopolios y una mediocre educación conveniente para el monstruo sindical alimentado desde Los Pinos, hechos que deberían causar la indignación permanente de los ciudadanos, señaló la politóloga y analista, Denise Eugenia Dresser Guerra.
En la inauguración del diplomado "Estudios Políticos", organizado por el cuerpo académico del IISUABJO, la licenciada en relaciones internacionales por "El Colegio de México", se declaró en contra del nacionalismo con el cual los mexicanos han sido adoctrinados.
Después de señalar que la sociedad es una especie de ciudadano vasija-olla, que espera que el gobierno resuelva sus problemas en vez de buscar soluciones más allá de extender la mano para recibir dadivas, urgió una reforma en contenidos educativos. "La educación no es la prioridad para ningún político, porque quienes gobiernan a México saben lo que hay que hacer en términos de política pública".
La columnista expresó que hace falta una verdadera reforma fiscal para detonar los ingresos sin afectar a los pobres; reformas que desmantelen los monopolios y promuevan la competencia; una reforma energética para invertir en Pemex en vez de seguirlo ordeñando y una reforma electoral para reducir el financiamiento público a las campañas.
"No necesitamos un Estado dentro del Estado: una mayoría recibiendo migajas y una minoría controlando la economía que no permite el desarrollo equitativo y democrático, porque el capitalismo de cuates no busca equidad sino monopolios que anudan al país", dijo.
Luego convocó a enarbolar el optimismo del cambio contra el hipnotismo de la incongruencia, y aseguró que los componentes esenciales para hacer de México un país más competitivo, más moderno y mayor crecimiento económico, no van a funcionar a largo plazo si no se invierte en los ciudadanos.
Ejemplificó que existen países exitosos como Corea del Sur, donde hicieron una inversión masiva para darle ocho años más de educación a la población más pobre y hoy se encuentra como una de las economías más modernas e industrializadas del mundo, gracias a eso.
"Tenemos que crear condiciones para que los hijos de los obreros dejen de tener sólo el 10% de probabilidades de convertirse en profesionistas. Hay que cambiar los contenidos educativos, pero primordialmente la forma en la cual se concibe la educación; dejar atrás esa memorización de cifras y datos, de historias de agravios y narrativas de victimización".
Dresser aseguró que los gobiernos de Oaxaca y Puebla han sido los mecenas de la corrupción; por eso sugirió que sin reelección no hay rendición de cuentas. "Sin ella, los políticos hacen lo que les da la gana". Por eso debemos pedirles resultados". Destacó que México es el país con las tasas de recaudación más bajas de América Latina, ya que proveen apenas el 12 por ciento del Producto Interno Bruto; todos los países del mundo cuentan con reelección, menos México y Costa Rica, indicó.
"El problema ha sido la perpetración del modelo oligárquico disfrazado de neoliberal, tenemos que conseguir un mercado funcional en el que se respeten los derechos y las garantías individuales. Necesitamos más liberalismo, no menos".
En su larga enumeración de sugerencias y respuestas a las preguntas formuladas por los presentes, Dresser manifestó que remodelar la educación significaría entender qué es la globalización, dominar la confrontación; una educación que enseñe a tomar riesgos y a resolver problemas.
"Hasta ahora estamos educando a ciudadanos que no saben serlo, que no saben pelear por sus derechos ni están conscientes de ellos, que se conforman con lo poco que tienen en vez de exigir más y que esperan que el gobierno les resuelva los problemas en vez de ponerse a pensar cómo resolverlos ellos".
Aún comprendiendo que existe una estructura detrás del poder que impide el crecimiento de las mayorías, alentó a los mexicanos a tener la esperanza de que podemos cambiar el rumbo de las prácticas democráticas, preguntándonos como ciudadanos antes de dormir ¿Qué he hecho hoy por mi país? Ya que tratando de responderla México sería otro.
"Hoy los mexicanos tenemos que saber algunas cosas: resolver problemas y tomar riesgos, pensar de manera crítica y cuestionar a la autoridad cuando abusa de su poder. Construir un país de ganadores sólo es posible a partir de buenos ciudadanos; cuesta trabajo entenderlo, pero hay que dejarnos de complicidades" manifestó la escritora en el Paraninfo Universitario atiborrado de estudiantes y profesores.
Y es que Dresser no sólo está segura de que México ha sido un país rentado para sus habitantes, sino que ha pertenecido a sus dictaduras, a sus élites, a sus partidos políticos y por esos los mexicanos lo tratan con indiferencia, sin embargo alentó a los asistentes a que hay que entender que el país es nuestro y salvarlo de sí mismo, "la oposición puede y debe redefinir el rumbo que tomará".
Siempre me gustó ser mexicana
Cada quien tendrá su propia lista de lo que representa México, pegada a su corazón afirmó la analista e insistió en que tenemos que dejar de ver a nuestro país como un carro rentado, nos pertenece, sólo así podremos verlo de otra manera; este país es un espacio público que habitamos todos y hay que inyectar un antídoto contra la apatía.
En la larga lista de defectos también hay una larga lista de motivos para despertarse en las mañanas y pelear contra la complicidad del desastre o luchar contra él, Dresser sabe que esta lista la tiene cada mexicano, pero primero debemos comprender quiénes somos y dé dónde venimos.
México merece que lo limpiemos, que lo queramos, que hagamos algo para que deje atrás el "por lo menos". Los ciudadanos tienen el poder de un voto en contra del status quo, que me parece insostenible, es hora de abrir los ojos, elevar la voluntad y colgarnos del corazón un pedazo de nuestro país, concluyó Denise Dresser.
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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