■ Seguirá el horror si considera que no hubo violación de derechos en operativos de 2006 Fallo de la Corte sobre Atenco, parteaguas en el sistema de justicia nacional: CCIODH■ En sus manos, que los funcionarios implicados sean castigados y se reivindique a las víctimas La Comisión Civil Internacional de Observación de los Derechos Humanos (CCIODH) consideró que si la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no resuelve que en San Salvador Atenco hubo transgresiones a los derechos humanos, “ratificaría la continuidad de la impunidad, como presagio de que el horror ocurrido se pueda repetir. Y de ser así, quedará en cuestión el propio sistema de justicia, incapaz durante casi tres años de imputar, procesar y condenar a un solo funcionario público por las graves violaciones” cometidas en ese municipio. En vísperas de que se debata el caso en el seno del máximo tribunal, la ONG internacional indicó que si, por el contrario, acredita los abusos y finca responsabilidades, “puede definir un cambio en la tendencia para hacer justicia ante las violaciones a esas garantías”. En tal sentido, consideró que el órgano de justicia no puede eludir la endémica violación a los derechos humanos en México como instrumento del poder para reprimir movimientos sociales, como ocurrió en San Salvador Atenco en mayo de 2006. Por separado, organizaciones civiles mexicanas consideraron que el hecho de que el máximo tribunal tenga que pronunciarse al respecto demuestra que el sistema de procuración de justicia del país es “ineficiente” y no cumple con su obligación. La CCIODH, conformada por activistas de diversos países, sobre todo europeos, realizó varios informes en torno a los operativos policiacos realizados en la comunidad mexiquense el 3 y 4 de mayo de 2006, en los que acreditó que el Estado mexicano incurrió en “graves violaciones” a garantías fundamentales, como torturas, asesinatos, abusos sexuales y detenciones arbitrarias, entre otras. En vísperas de que la Corte inicie el debate sobre el caso, la CCIODH se pronunció por que los ministros “reviertan la impunidad” que ha imperado en torno a los hechos ocurridos en ese municipio. Sin embargo, criticó que el dictamen del ministro José de Jesús Gudiño Pelayo exonere de responsabilidad a funcionarios públicos como Enrique Peña Nieto, Eduardo Medina Mora, Genaro García Luna y Wilfrido Robledo Madrid, entre otros, y consideró “especialmente grave” la afirmación de que “no hay pruebas para imputar a funcionarios los homicidios” de dos jóvenes durante los hechos. Por su parte, Edgar Cortez, secretario ejecutivo de la Red Todos los Derechos para Todos, confió en que durante las discusiones en el seno de la SCJN, el dictamen –que reconoce la violación de garantías fundamentales– pueda fortalecerse, a fin de que la resolución “moral” obligue a las procuradurías General de la República y de Justicia del Estado de México a sancionar a los responsables de los abusos, porque “hasta ahora se han negado a ello. “La prueba fundamental radicará en que las procuradurías transformen el dictamen de la Corte en acciones de real investigación y sanción del delito, pues a la fecha han garantizado la impunidad”. Cortez subrayó que el hecho de que las víctimas de Atenco tuvieran que acudir a la Corte como última instancia nacional para acceder a una investigación objetiva, expedita e imparcial, demuestra que la justicia mexicana es ineficaz. “El dictamen del ministro Gudiño revela que el sistema de procuración de justicia no cumple su obligación y es prácticamente inaccesible para los ciudadanos. Se niega y escamotea un elemento que es obligación del Estado proporcionar, por lo que se debe recurrir al máximo tribunal”. El activista confió en que los ministros ignoren las presiones ejercidas desde diversos sectores del poder, como que el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, “haya minimizado el dictamen”, a fin de que los responsables de las violaciones a derechos humanos sean sancionados. En tanto, Adrián Ramírez, presidente de la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos, consideró necesario que el dictamen del órgano judicial propicie no sólo el reconocimiento de lo que “ya todos sabemos” respecto a que durante el operativo policiaco en Atenco hubo violaciones a las garantías fundamentales, y también que “las instituciones sancionen a los actores materiales e intelectuales” de esos delitos. “Recordemos que hubo reuniones previas –en las que participaron Peña Nieto y funcionarios de su gobierno, así como Eduardo Medina Mora, actual titular de la PGR, y otros integrantes del gobierno federal–, por lo que hay responsabilidad de funcionarios de los tres órdenes de gobierno”. Los activistas coincidieron en la necesidad de que las procuradurías dejen de depender directamente de los titulares del Ejecutivo –locales y federal, a fin de que no respondan a los intereses políticos y asuman principios de imparcialidad, independencia y autonomía para garantizar justicia. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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