■ Riesgo de que producto dañino se propague en el alimento básico en México, advierten Transgénicos, presentes en maíz de Oaxaca, confirman científicos■ Investigadores universitarios divulgarán en Molecular Ecology un artículo sobre el caso ■ Se corrobora la rápida dispersión de organismos modificados de un sembadío a otros, afirman Ampliar la imagen Es necesaria una actitud más precautoria de las autoridades de bioseguridad y que se instauren políticas públicas que garanticen el cuidado del maíz mexicano, advierte equipo científico. En imagen de archivo, protesta por la contaminación del grano con organismos genéticamente modificados Foto: Francisco Olvera La contaminación del centro de origen de maíz de Oaxaca con granos transgénicos fue confirmada, a siete años del primer caso, por un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otras instituciones. Eso es muy grave, ya que, al demostrarse la capacidad de dispersión de ese producto biotecnológico en los cultivos de los campesinos, existe el riesgo de que el maíz biorreactor, dañino para la salud, se propague en el alimento básico de la población mexicana, advirtieron. El artículo “Presencia de transgenes en maíz mexicano: evidencia molecular y consideraciones metodológicas por la detección de organismos genéticamente modificados” se divulgará en el próximo número de la revista científica inglesa Molecular Ecology. Fue elaborado por un equipo encabezado por Elena Álvarez Buylla, del Instituto de Ecología de la UNAM, con colectas de maíz de la sierra Norte de Oaxaca correspondientes a 2001 y 2004. El artículo corrobora, contra las afirmaciones de otros estudios –del gobierno y de empresas de biotecnología–, la presencia de transgenes en las variedades nativas de maíz. En entrevista, Álvarez Buylla explicó que la principal conclusión de la investigación es que se confirma la rápida dispersión –y a largas distancias– de los transgenes, de un sembradío donde hay transgénicos a otros donde no existen. Todo esto ocurre en un momento en que existe el riesgo de que el maíz biorreactor –desarrollo biotecnológico que permite la producción de vacunas, plásticos y medicamentos– escape de los sitios donde se experimenta y contamine la cadena alimenticia. Un transgénico es una modificación artificial del material genético de un ser vivo que permite combinar fragmentos de genes de especies que naturalmente no se entrecruzan, como el caso del maíz BT, que tiene el promotor de un virus y el gen de un insecticida. Siete años perdidos La científica detalló que es tal la capacidad de dispersión, que las variedades transgénicas han logrado penetrar en variedades nativas de maíz y en regiones tan remotas como la sierra Norte de Oaxaca. Ignacio Chapela, de la Universidad de Berkeley, detectó en 2001 en la misma zona la contaminación, que ahora se corrobora. La experta indicó que es preocupante que el primer caso confirmado de contaminación se dio en 2001, cinco años después de que se inició el cultivo comercial en Estados Unidos, y desde entonces se han perdido siete años, en los cuales las autoridades responsables pudieron haber aplicado medidas más estrictas de bioseguridad y protección del centro de origen de maíz. Advirtió: “hay intereses muy fuertes que empujan a que el maíz se vuelva un biorreactor, y esto no es compatible con el maíz como alimento; se requiere una actitud más precautoria del gobierno y de las autoridades de bioseguridad. Que se instauren políticas públicas que garanticen el cuidado de este bien común”. En el estudio, precisó, no fue posible determinar el desarrollo transgénico que había en los cultivos, debido a que son secretos industriales, por lo cual se desconoce de qué tipo de productos se trata: “deberían ser públicos, para hacer más expeditos los estudios”. Otra conclusión del artículo, explicó, es que existen limitaciones de los monitoreos, los cuales “se ha insistido en que deben ser eficaces y adecuados a las condiciones del maíz nativo mexicano, para saber como están sus poblaciones y hacer la detección con métodos moleculares adecuados”. Detalló que se compararon tres métodos distintos y se demostró que los tres combinados son más eficaces para un resultado preciso, y “que no se diga que no hay transgenes, cuando sí hay”. En México, añadió, no se han implantado medidas eficaces de bioseguridad ni métodos de biomonitoreo adecuados o suficientes. Un ejemplo es la presencia ilegal de variedades de maíz transgénico en Chihuahua, adonde no se sabe cómo llegaron esos productos a los cultivos ni de qué variedades se trata. Agregó que es importante contar con laboratorios públicos “libres de conflictos de interés, con capacidad técnica para efectuar un monitoreo a nivel nacional. Métodos usados en los laboratorios comerciales certificados pueden proporcionar información poco precisa, al incurrir en falsos negativos; es decir, pueden no detectar transgenes en las variedades nativas de maíz, aún cuando están presentes. “Por ello es urgente que los métodos moleculares se adapten para el caso de variedades nativas de maíz, muchas de las cuales son únicas en el mundo.” El gobierno debe “privilegiar en el régimen especial de maíz –que aún no se publica– la protección y bioseguridad, no la promoción de la biotecnología, sobre todo cuando para México puede haber riesgos. Se debe hacer más estricta la moratoria, como hace Japón con el arroz, o Estados Unidos y Europa con el trigo, del cual no hay desarrollos comerciales de transgénicos”. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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