sábado, 30 de enero de 2010

DESFILADERO

-AMLO, Benedicto XVI y el Ombligo Verde

-Cananea, estado de derecho a prueba

-Los transgénicos usan más tóxicos


Desfiladero

AMLO, Benedicto XVI y el Ombligo Verde

Jaime Avilés

Desfiladero, el abismo oportuno, presenta las nuevas aventuras de Gregorio Sánchez, presidente constitucional del municipio de Benito Juárez, Quintana Roo, y precandidato de la "megalianza" formada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia (C), quien sigue empeñado en devastar la reserva ecológica del Ombligo Verde de Cancún para construir una plaza colonial del siglo XVI, estilo Walt Disney, en la que habrán de convivir, así lo ha dicho, "los poderes divinos y terrenales", mediante la edificación simultánea de una catedral y un palacio del ayuntamiento.

Pero antes, dos cosas. La primera. El Siglo de Torreón publicó esta semana una encuesta, a la que respondieron mil 843 personas, con una sola pregunta: "¿a quién le gustaría ver en la carrera presidencial?" Los resultados fueron estos: a Enrique Peña Nieto, 508 (27.6 por ciento); a Andrés Manuel López Obrador, 235 (12.8); a Josefina Vázquez Mota, 224 (12.2); a Beatriz Paredes, 171 (9.3); a Santiago Creel, 160 (9.0); a Marcelo Ebrard, 130 (7.1). Y por último, a otro, 409 (22.2).

Segunda. Hace tres días, en la blanca Mérida, durante una comida de viejos amigos, a la que asistieron priístas, perredistas y panistas (y este columnista gorrón), con el objetivo estratégico de saborear tacos de venado y chilmole de cerdo (en el restaurante La Hacienda de San Antonio, que dirige y anima el trovador y humorista Roberto Ardila Xic), un militante del partido de Beatriz Paredes, que detesta a Peña Nieto, dijo con genuina preocupación: "Hay que tener mucho cuidado con López Obrador. En el DF tiene millones de votos y puede volver a dar la sorpresa".

Moraleja doble: tres años después de un incesante linchamiento mediático, López Obrador sigue siendo la única opción de verdadero cambio. Así lo perciben millones de capitalinos y, a la vez, pequeños grupos de personas en ciudades tan distantes y distintas como Mérida y Torreón. Esto explica por qué, en el sorprendente inicio de 2010, todos los partidos políticos –léase PRI-PAN-PRD-PT-C y demás– se han unido a la coalición encabezada por Felipe Calderón, los medios al servicio del régimen, la oligarquía y la alta burocracia, para sacar al político tabasqueño, de una vez por todas, de la lucha electoral.

O si no, ¿cómo se interpreta lo siguiente? Desde el 20 de noviembre de 2006, cuando tomó posesión en el Zócalo como presidente del "gobierno legítimo de México", López Obrador emprendió una gira por los 2 mil 90 municipios constitucionales del país y los más de 400 municipios de usos y costumbres de Oaxaca, para formar comités y estructuras locales de organización, orientadas básicamente a la lucha electoral. En ese esfuerzo, el tabasqueño desplegó inagotable energía física y una tenacidad sin parangón, a lo largo de 2007, 2008 y 2009, años en los que, asimismo, condujo batallas tan duras e importantes como la defensa de Pemex.

Bien, ya están los comités municipales del gobierno legítimo en funcionamiento y creciendo. El esfuerzo no fue en vano, al contrario. Y llega el año electoral de 2010, en que se disputarán 12 gubernaturas. Pero entonces, los partidos que supuestamente responden (o respondían) a las expectativas del movimiento obradorista, le dan la espalda, lanzándose en pos de una absurda y saboteadora alianza con los partidos de la ultraderecha neoliberal, que ha saqueado y destruido el país. ¿Alguien puede entender, o por lo menos tratar de explicar, semejante disparate? ¿O simplemente hemos llegado al final del camino?

En las bases de la resistencia civil pacífica, por fortuna, abundan quienes, como Machado, saben que cuando se acaba el camino se hace camino al andar. Así lo demostraron los pejecomités de Tamaulipas, al manifestarse contra Lino Korrodi –el ex cerebro financiero de la campaña electoral foxista, de quien Jaime Martínez Veloz escribiera años ha: "si este hombre no es un gángster, qué desperdicio de cara"– para invitarlo a rechazar la candidatura al gobierno de ese estado que le había ofrecido Jesús Ortega. Pronto veremos cómo reaccionan los de Hidalgo, cuando les digan que "su" abanderada será la recontrafoxista Xóchitl Gálvez.

Pero volvamos a Quintana Roo, donde Gregorio Sánchez, el fanático religioso que gobierna al "pueblo de Dios" (véase el Desfiladero del 16/1/10), recibió ayer dos noticias. La buena, que el obispo de la prelatura Cancún-Chetumal, monseñor Pedro Pablo Elizondo, fue al Vaticano y logró que el papa Benedicto XVI bendijera los planos del parque bicentenario que Greg intenta construir en la reserva ecológica del Ombligo Verde. La mala, que ayer mismo, un juzgado civil canceló la obra, atendiendo una demanda legal interpuesta por los diputados Javier Geovani Gamboa y Francisco Amaro Betancourt, de los distritos locales 12 y 13.

Tulio Arroyo Marroquín, presidente de la organización ecologista Ombligo Verde, dijo a Desfiladero que Greg pretende financiar su "parque bicentenario, sede de los poderes divinos y terrenales", mediante la privatización de 3.5 kilómetros de "áreas verdes y equipamiento urbano" del malecón de Cancún, que el alcalde aspira a vender a la empresa Roca Capital SA de CV, a un tercio de su valor, con la anuencia del director del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), Miguel Gómez Mont, emparentado, claro está, con el secretario de Gobernación calderónico, por lo que el bisne, estimado en 20.4 millones de dólares, deduce este columnista, podría salpicar muy, muy, muy arriba.

Sin embargo, el asunto se ventila en la sala constitucional y administrativa del Tribunal Superior de Justicia de Quintana Roo, donde pesa otra denuncia contra Greg porque trató de cambiar ilegalmente el uso de suelo del malecón, a fin de hacerlo apto para la construcción de condominios, que arruinarían la laguna natural de Nichupté.

Pregunta. ¿Este precursor de la teocracia ("gobierno de Dios"), enemigo de la ecología y amante de los negocios oscuros, será el candidato del movimiento de López Obrador en Quintana Roo? Por lo pronto, ya se tomó la foto en compañía de Manuel Camacho Solís, el siempre afable y decorativo Alejandro Encinas y los dirigentes del PRD-PT-C, quienes esperan ansiosos a que de un momento a otro se les una el PAN.

Respuesta. La fuerza del PRI en Quintana Roo es tan extensa y profunda que Greg no tiene la menor oportunidad de alzarse con la victoria. Obtendrá, sin embargo, una votación aceptable y los partidos recibirán buenas prebendas. Finalizado el sainete, el candidato de Dios quedará bien posicionado para buscar una senaduría en 2012. Y todos los políticos involucrados en la jugada brindarán con champaña. Pero habrá otras consecuencias: el desencanto afectará a las bases de la resistencia civil pacífica y el desgaste será, sobre todo, para Andrés Manuel.

Lo que suceda en Quintana Roo bien puede establecer un paradigma para el resto de los estados donde habrá elecciones este año. El PRI las ganará, de todas todas, el movimiento se debilitará y López Obrador se verá en la necesidad de replantear muchas cosas. Antes o después se pondrá de manifiesto que entre los individuos como entre las naciones, cuando se acaba el camino no hay más remedio que seguir haciendo camino al andar.

jamastu@gmail.com




Cananea, estado de derecho a prueba


Arturo Alcalde Justiniani

Dos mujeres y un hombre, María Edith Cervantes Ortiz, Elisa Jiménez Aguilar y Jorge Farrera Villalobos, magistrados del segundo tribunal colegiado en materia de trabajo de la ciudad de México, decidirán en los próximos días la suerte de los trabajadores mineros de Cananea, Sonora. No se trata de una resolución más entre el cúmulo de asuntos que emiten cotidianamente, sino de un conflicto que con el de Luz y Fuerza del Centro marcan la política laboral de años recientes. Será una decisión de alto contenido ético, social y humano. Además de definir el futuro de los trabajadores y sus familias, dará una muestra de la verdadera vigencia del estado de derecho.

Esta nueva versión de la huelga de Cananea, en pleno centenario de aquella que dejó huella en nuestra historia, se inició el 30 de julio de 2007, con motivo de las violaciones al contrato colectivo de trabajo en que incurrió la empresa Minera México, realizadas con la evidente intención de ampliar su ofensiva contra el sindicato minero metalúrgico, tarea a la que ha canalizado gigantescos recursos con desastrosos saldos, incluyendo la pérdida de vidas humanas. Cinco laudos y tres declaraciones de inexistencia de huelga han sido dictados por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en clara obediencia a las consignas dictadas por el Ejecutivo federal.

Entrampados en esta lucha, el gobierno y la empresa cancelaron desde hace tiempo la vía privilegiada de la negociación. Al fracasar en cada batalla por la sucesivas revocaciones emanadas del Poder Judicial de la Federación, el día que tuvieron conocimiento de que serían obligados a reconocer la legalidad de la huelga, diseñaron una estrategia de largo alcance, ahora orientada no sólo a cancelar la huelga en sí, sino a aniquilar al sindicato y el contrato colectivo de trabajo, además de despedir masivamente a los empleados para que fuesen sustituidos por otros menos "rijosos", como ha confesado la propia empresa. La maniobra consistió en ordenar una "inspección" a través de la Dirección General de Minas de la Secretaría de Economía, a cargo de dos empleados que alegaron haber visitado la mina –en realidad sólo estuvieron en las cercanías–, quienes resolvieron de inmediato que estaba "imposibilitada para ejecutar obras y trabajos mineros". Con esta resolución a modo se montó el golpe.

El 14 de abril de 2009, en un tiempo récord de 15 horas, se desahogó un juicio que comúnmente dura varios años, el cual se inició por la mañana y culminó esa misma noche con un laudo milagrosamente extraído del cajón de un escritorio. Con frialdad absoluta se autorizó la terminación de la huelga, la muerte del contrato colectivo y el despido de todos los trabajadores con una ínfima parte de su liquidación. No se aceptó prueba alguna del sindicato, no se notificó a los empleados afectados para que tuvieran posibilidad de defender sus derechos en el juicio, no se respetaron las garantías más elementales de un debido proceso legal.

Desde el punto de vista jurídico la resolución es aberrante, ya que además de las violaciones procesales pretende apoyarse en la fracción I del artículo 434 de la ley laboral, que señala que la terminación es procedente cuando la causa de fuerza mayor “… produzca como consecuencia necesaria, inmediata y directa, la terminación de los trabajos”. En el presente caso es evidente que tal hipótesis no se actualice, ya que la intención de la empresa es seguir operando. Pocas horas después de dictarse el laudo, la compañía puso en ridículo a la autoridad laboral, al anunciar que abriría de inmediato la mina sin los llamados "rijosos" y firmaría un contrato colectivo con un sindicato diferente. Este mismo ridículo podría sufrir el Poder Judicial Federal, si el segundo tribunal colegiado confirmara la tesis sostenida por la empresa y la Junta de que por causas de fuerza mayor la fuente de trabajo no puede seguir operando.

¿Por qué se involucró el gobierno federal en esta loca aventura, iniciada cuando pretendió desconocer al dirigente del gremio minero apoyándose en firmas falsificadas? Dentro de dos años, cuando el panismo cancele su posibilidad de continuar en el poder por acciones impopulares como ésta, será muy difícil que retome las banderas de la legalidad laboral, de la libertad y la democracia sindical, demandas que durante mucho tiempo reivindicó siendo oposición. No será fácil justificar que estando a cargo del gobierno federal defendió al más rancio corporativismo y abdicó de la obligación constitucional de buscar el bien común, apostando a los intereses de un grupo empresarial, Minera México, generando no sólo la censura interna, sino también la descalificación de numerosas organizaciones internacionales. Este conflicto es motivo de pronunciamientos y campañas en muchos países, así como de denuncias ante la Organización Internacional del Trabajo.

Hoy, el gobierno mexicano es identificado como uno de los regímenes más represivos en materia laboral. Con sus acciones confirma que en nuestro país es prácticamente imposible formar un sindicato auténtico, que no existe justicia laboral imparcial y que la contratación colectiva de protección patronal es la norma común. Estos vicios pretenden ser consolidados en el proyecto de reforma laboral que el gobierno cabildea en el Senado para que sea ésta la cámara de origen.

Rechazar la maniobra gubernamental y empresarial otorgando el amparo será un mensaje claro para que el conflicto sea resuelto por la vía de la concertación y la legalidad; avalarlo, además de hacer perder al Poder Judicial buena parte del prestigio logrado, sentaría un precedente para los hombres y mujeres que viven de su trabajo, como los de Cananea, que nos han dado un ejemplo de dignidad y entereza, cualidades que tanto necesitamos.


Los transgénicos usan más tóxicos


Silvia Ribeiro*

Los cultivos transgénicos han significado un aumento sin precedentes del uso de agrotóxicos (herbicidas y otros plaguicidas). Un informe del doctor Charles Benbrook publicado a fin de 2009 (Impacts of genetically engineered crops on pesticide use: the first thirteen years, www.organic-center.org) analizando el uso de agrotóxicos en Estados Unidos en soya, maíz y algodón transgénico de 1996 a 2008, muestra que las variedades transgénicas aumentaron el uso de agrotóxicos en más de 144 millones de kilogramos en esos 13 años. Estados Unidos es el mayor y más antiguo productor de transgénicos, por lo que los datos son significativos a nivel global.

Es grave porque los agrotóxicos son un importante factor de daños ambientales (al agua, suelos, flora y fauna) y a la salud humana. Muchos son disruptores endócrinos (producen desequilibrio hormonal con disminución de la fertilidad o infertilidad) y/o afectan el sistema nervioso e inmunológico, entre otros problemas. Se ha comprobado que los alimentos elaborados con transgénicos, contienen residuos de agrotóxicos hasta 200 veces más altos que los elaborados con cultivos que no lo son, debido a la gran cantidad de agrotóxicos que se les aplica en la siembra.

La gran mayoría del aumento que registra este nuevo informe se debe a los transgénicos tolerantes a herbicidas, principalmente al glifosato, que en estos 13 años ha pasado a ser el veneno más ampliamente usado en la historia de la agricultura. El aumento ha sido progresivo, acumulándose a través de los años. En los años 2007 y 2008 se registró 46 por ciento del aumento total.

El motivo principal es el surgimiento de hierbas invasoras que se han hecho resistentes a los herbicidas. Al igual que con los antibióticos, el uso continuado promueve cada vez mayor inmunidad en los organismos que se quiere combatir. El glifosato ya ha provocado resistencia en un mínimo de nueve diferentes hierbas invasoras, de las cuales el mayor problema en grandes áreas al sur de Estados Unidos es el surgimiento de amaranto resistente a agrotóxicos. Debería ser un alerta para México, donde el amaranto, junto al maíz, es parte de la dieta usual y existe en todo el país.

Para enfrentar la resistencia de invasoras, los agricultores emplean dosis mucho mayores de glifosato y tóxicos que habían sido descartados por su alta peligrosidad (prohibidos en algunos países) como atrazina, paraquat y 2,4-D. Éste último es componente del Agente Naranja, arma química usada por Estados Unidos en la guerra de Vietnam, desarrollado justamente por Monsanto, la mayor empresa de agrotransgénicos.

El glifosato, que las empresas describían como inocuo –aunque nunca fue verdad y Monsanto fue multado por publicidad engañosa debido a esta afirmación– era considerado menos tóxico que otros herbicidas. Sin embargo, esta comparación se hacía con una cantidad igual del componente activo de diferentes químicos usada en un área similar. Actualmente, gracias a los transgénicos, la concentración del glifosato ha aumentado exponencialmente y el informe reporta que en ciertos casos se usan cantidades 100 veces mayores que de otros herbicidas por unidad de área, por lo cual finalmente tiene un impacto mucho mayor que incluso herbicidas clasificados como más peligrosos. Por otra parte, frente a la falla de efectividad, las empresas aumentan el porcentaje de componente activo en las fórmulas y le agregan surfactantes y otras sustancias para coadyuvar la acción del glifosato, lo cual aumenta y agrega impactos.

Andrés Carrasco, embriólogo de la Universidad de Buenos Aires, publicó en 2009 estudios en Argentina (segundo productor mundial de transgénicos) constatando graves afectaciones en anfibios y en salud humana por causa del glifosato, contrariamente a la creencia de relativa inocuidad del componente. Al igual que a otros científicos que han denunciado los verdaderos efectos de los transgénicos, Carrasco sufrió una vergonzosa persecución de parte de autoridades oficiales y académicas (respaldadas por Monsanto), que fue internacionalmente repudiada. (Ver Darío Aranda, Lo que sucede en Argentina es casi un experimento masivo, Página 12, 3/5/09)

Las empresas "enfrentan" el problema de las resistencia en malezas con más de lo mismo: creando transgénicos que tienen más cantidad de genes ajenos, para resistir aplicaciones simultáneas de varios agrotóxicos y con varias cepas de la toxina Bt para hacerlos insecticidas. El apilamiento de genes es muy lucrativo para las empresas –las semillas cuestan hasta el triple que las convencionales–, pero multiplican los riesgos de contaminación del ambiente, del flujo genético a otros cultivos y los riesgos del consumo, tanto por la presencia de nuevos elementos, como por la sinergia negativa que se crea entre ellos. Uno de los peores ejemplos de este tipo es el maíz SmartStax de Monsanto, con ocho rasgos transgénicos apilados, que aunque fue llevado a juicio en Canadá por no haber sido evaluados sus impactos en la salud, fue irresponsablemente aprobado recientemente por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), para su consumo en México.

Son varios los informes de probada solidez publicados en 2009, que derrumban los mitos sobre los transgénicos que nos quieren vender las empresas. Éste muestra que los transgénicos usan más venenos y contaminan más. Otros, que producen menos (Failure to Yield, UCS, 2009) o tienen daños y riesgos serios a la salud (Asociación Americana de Medicina Ambiental, mayo 2009). Hay que terminar de raíz con este experimento masivo donde nos envenenan a todos para favorecer el lucro de unas cuantas trasnacionales.

*Investigadora del Grupo ETC




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OAXACA DE JUAREZ, MAGON Y ZAPATA ,APPO 2011, http://todoelpoderalpueblo.blogspot.com