EL BARRIO DE JALATLACO OAXACA, ENGAÑADO

Jalatlaco, en el abandono El compromiso de mejorar la imagen visual del barrio de Jalatlaco –después de permitir la construcción de una moderna Terminal de Autobuses-- ha quedado en promesa. Una administración más que termina su gestión y el populoso barrio permanece en el abandono. Sus tradicionales calles empedradas se encuentran derruidas, faltan luminarias y la delincuencia las asola. “En octubre, una joven fue baleada cuando trató de defenderse de quien le arrebató sus pertenencias”, comenta de entrada Aurora Ávila, quien es originaria y vecina de este populoso barrio, el cual fue por muchos años cuna de la curtiduría oaxaqueña. Los años han pasado, pero desde que tiene uso de razón, Aurora no recuerda haber visto mayores cambios en su barrio: “Ha crecido, es cierto; pero son más de 30 o 40 años que no se tiene una obra importante en nuestros alrededores. Basta ver cómo están las calles para considerar que ha existido un abandono de parte de las autoridades”. Y aunque reconoce que la situación por la que atravesó el barrio --cuando se dio a conocer el proyecto de ampliación de la terminal de primera clase, y que dividió a los vecinos-- fue muy fuerte, esperaban que los gobiernos municipal y estatal responderían a sus necesidades; esto no sucedió. “Supuestamente, con la remodelación de la terminal se proyectaría de manera turística al barrio, pero al cabo de un año que duraron los trabajos no ha sucedido nada, al contrario, los males que se auguraron han comenzado a aparecer: delincuencia, caos vial, comercio ambulante”. En este sentido, Alfredo Ramírez comenta que el incremento en el paso de vehículos por las calles del barrio ha propiciado el deterioro de las mismas, como también las obras llevadas a cabo para introducir el cableado de teléfono o líneas de energía, han colaborado para provocar hundimientos. “Esta es una de las calles principales –Aldama--, y en ocasiones a pesar de su estrechez reciben el paso de los camiones urbanos cuando se bloquea el tránsito en calles como Avenida Juárez, calzada de la República o Periférico”. Como ex integrante de uno de los comités vecinales que estuvieron al frente de esta colonia, Alfredo comenta que en diversas ocasiones se hicieron las gestiones necesarias para el mejoramiento de la imagen visual del barrio de Jalatlaco: “nunca nos dieron una respuesta”. De la misma manera, apunta que en ocasiones el paso a los peatones no se respeta, tan es así que han existido algunos incidentes con personas de la tercera edad, quienes al tratar de cruzar la calle son aventados por los cafres del volante. Ante esta situación, como vecinos de este populoso barrio, cifran sus esperanzas para que la próxima autoridad municipal los tome en cuenta y por lo menos se preocupe por mejorar las calles. Pero no nada más es el empedrado de las calles; la poca vigilancia y la falta de luminarias hacen de éstas un peligro para quien las transita, toda vez que a últimas fechas los robos –principalmente a mujeres-- se ha incrementado. “Las calles más peligrosas para caminar por las noches son Alianza y Curtidurías. Aunque no sólo el robo a transeúntes se ha incrementado, los robos domiciliarios y los daños a las unidades que se quedan estacionados también son frecuentes; pero lo más insultante es que los delincuentes atenten contra la casa de Dios, tal y como sucedió hace 15 días cuando en el templo detuvieron a un ladrón”, comenta Aurora. En este mismo sentido se expresa Rosalía Morales, quien desde atrás de una reja que protege su negociación, explica que la inseguridad es lo más fuerte que sucede, y está quizá por encima de los problemas que causa el tráfico vehicular. “Es cierto, estamos abandonados y los robos se han dado ante el crecimiento y la llegada de gente extraña al barrio. En nuestro caso, desde siempre hemos vivido en este lugar y antes no habíamos vivido situación igual”. Por su parte, Marat Piñón, encargado de un establecimiento comercial en esta zona, reconoce que las principales calles del barrio de Jalatlaco están deterioradas y se convierten en un peligro, pues no sólo son los hundimientos, sino el desprendimiento de las piedras que al paso de los automóviles son aventadas y que pueden en un momento dado ocasionar un accidente. De igual manera establece que en cuestión de seguridad están mal, pues la delincuencia hace gala a cualquier hora del día. Asimismo, admite que no se ha visto beneficio alguno en cuanto a la reapertura de la Terminal de primera clase, pues a la fecha la autoridad municipal no ha hecho nada por mejorar la imagen del barrio.

Kikka Roja