2010, los miedos y otros fantasmasBabelDos indígenas presos políticos zapatistas se han sumado, en la cárcel pública municipal de Tacotalpa, Tabasco, a la huelga de hambre que en Chiapas ha dado lugar a una verdadera crisis penitenciaria, como acertadamente la ha llamado el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas AC. Se trata de Ángel Concepción Pérez Gutiérrez, de 44 años, y Francisco Pérez Vázquez, de 74 años. Son dos bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y se han negado a renunciar a su identidad zapatista, a pesar de que quizá esa renuncia podría disminuir el encono del gobierno contrainsurgente mexicano. Ese gesto muestra una firmeza de convicciones, una ética y dignidad muy por encima de la falta total de ellas en la clase política, donde los funcionarios- candidatos- dirigentes cambian de partido y colores como de trusas (y pantaletas, según). Fueron detenidos cuando malgobernaba Tabasco Roberto Madrazo Pintado, uno de los duros del priísmo, del sindicato de gobernadores priistas del sureste mexicano, y en la silla presidencial también malgobernaba Ernesto Zedillo Ponce de León, parte de cuyo gabinete es hoy inverosímil converso a la “izquierda” progresista. Su detención se apegó al guión mexicano de la represión policiaco- política: detención arbitraria, tortura, falsos testigos, y la fabricación de culpables, les acusan de un homicidio cometido mientras ellos trabajaban sus parcelas. Están presos desde 1995. Están en malas condiciones físicas, y sin los medicamentos necesarios. Ya antes han hecho huelgas de hambre, pero, de por sí, comer los alimentos que les dan en el penal los enferma, porque suelen darles alimentos ya en descomposición. La Junta de Buen Gobierno Nueva Semilla que va a Producir, del Caracol V que Habla para Todos, los reivindica como suyos y exige su liberación. Mientras tanto, en el penal de El Amate, en Cintalapa, Chiapas, los presos profundizaron su huelga de hambre, pues dejaron de ingerir miel y están a solamente agua. Afuera del penal unos 200 tzotziles hicieron oración por sus hermanos presos. El cristianismo que a la mayoría de la población mexicana ya sólo le evoca vacaciones en la playa o puentes en días de guardar, para los indígenas está resultando una fuerza espiritual que lo impulsa a resistir y a luchar. No es gratuito el anticlericalismo selectivo de los intelectuales de la contrainsurgencia que jamás tocan ni con el pétalo de un artículo a los curas pederastas de la derecha católica, pero sí calumnian cada vez que pueden a los curas de izquierda y sus organizaciones de derechos humanos. Los 36 presos políticos en huelga de hambre en Chiapas son ahora 38 presos políticos en huelga de hambre con los dos presos políticos zapatistas en Tabasco. Más los presos en ayuno por solidaridad, los cientos de indígenas cristianos en marchas, plantones, oraciones y ayuno. En Oaxaca, Dora Ávila Betancourt tuvo que pagar 34,600 pesos por un delito que le fabricaron, fue presa política por su militancia como promotora de género y medio ambiente y al salir declaró, lo mismo que David Venegas El Alebrije, y que los presos de Atenco que han salido libres sin que les probaran delito alguno: Que en este país no existe la justicia, y que seguirá luchando para que la haya. En la cabina de la Ke Huelga, en algún lugar de la Ciudad Monstruo, la familia Selvas –que en el apellido parece llevar la rebeldía– el doctor, su hija Mariana, ambos presos políticos de Atenco hoy libres, y la esposa Rosalba, participaron en un programa radiofónico sobre la Sexta y la Otra Campaña y dieron muestras de fuerza, de convicción y coraje, de dignidad, pues no sólo siguen en la lucha, sino testimonian que la Otra Campaña está fortaleciéndose. Estuvieron presentes en una actividad de solidaridad con las comunidades zapatistas en el local de UnioS, luego asistieron a una reunión de coordinación de la lucha por los presos políticos en Oaxaca y al encuentro de trabajadores de la Otra Campaña en Monterrey, y opinan que la organización es mejor ahora que cuando ellos fueron apresados por la PFP, por el delito de dar atención médica a Alexis Benhumea, a quien la PFP asesinó: primero hiriéndolo con un cartucho de gas lacrimógeno disparado a quemarropa, que lo descalabró y dejó en coma, y luego impidiendo que recibiera atención médica y apresando y torturando a su médico y enfermera, el doctor Selvas y su hija. Pero los Selvas no se notan nada achicopalados, muestran sentido del humor, entusiasmo, lo mismo que la señora Rosalba, “la mamá del plantón” de Santiaguito, hoy en el Molino de las Flores, al lado de jóvenes que llevan meses acompañando a los presos políticos de Atenco. Cuando uno escucha las voces de los expresos políticos como ellos, como Magdalena García Durán, Edith Rosales y otros, se da cuenta de que hay mucho más valor y dignidad abajo que entre la corrupción y la impunidad de arriba. El doctor Selvas menciona un dato que puede ser indicativo: la mayor parte de los presos políticos en el país son de la Otra Campaña. Un racionalista puede reírse y decir que es como creer en fantasmas. La pregunta es: Si no creen en los fantasmas, ¿por qué les tienen tanto miedo? ¿Todavía se acuerdan de las insurrecciones de los siglos pasados?< |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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