IMPUNIDAD DE PEDERASTAS

ALEJANDRO LEYVA AGUILAR Oaxaca de Juárez.- Un amigo mío me contó hace unos días del secuestro de su hija a manos de una bola de borrachos que pasaban por una población de Etla, San Andrés Zautla, se llama la comunidad, un poco entrada la tarde y frente al palacio municipal. La niña de 10 años estaba jugando con sus amigas cuando esos fulanos se bajaron de un auto y la secuestraron para enfilarse hacia la ciudad de Oaxaca. Hay versiones encontradas respecto de lo que sucedió después, aunque el padre de la niña afirma que si la violaron. Es grave que los pederastas en Oaxaca anden sueltos y a la hora que se les ocurra, secuestren y violen a los niños que se les atraviesan, pero sin duda es más grave que si los agarran, luego los dejen sueltos. San Andrés Zautla es una población discreta de la región de Etla, quizá se volvió algo famosa al conocerse que el fundador del Partido Revolucionario Obrero Campesino Unión del Pueblo (PROCUP) Felipe Martínez Soriano, es oriundo de ese municipio oaxaqueño. Pero si se trata de la unificación de criterios por un hecho lamentable como el secuestro y violación de una menor, hija de un ciudadano reconocido que ofrece sus tequios, que lleva una vida social importante en el municipio, que participa activamente en las fiestas patronales del pueblo y que vive ahí, la reacción de la población puede volverse irracional, o mejor dicho razonablemente irracional. Los pederastas se llevaron a la niña y se fueron a una casa por la colonia del bosque acá en la capital oaxaqueña. El grado de embrutecimiento de los pederastas, permitió a la niña escapar y pedir auxilio. Los vecinos persiguieron al culpable, lo capturaron y llamaron a la policía, ésta, se llevó al agresor y fue a parar a la cárcel a disposición del ministerio público. Mientras tanto, la policía municipal de Zautla Etla y vecinos de la comunidad, se comunicaron al 066 para tratar de ubicar a los secuestradores, pero como ha estado ocurriendo en estos últimos días, ese servicio no funcionó. Horas más tarde, el papá de la menor, recuperó a su hija, hizo la denuncia correspondiente para que el monstruo que estaba en la cárcel en ese momento, no saliera nunca más y purgara su condena por abuso de una menor de edad que además había secuestrado. Cuando la población de San Andrés Zautla se enteró de la detención del pederasta, trataron de trasladarse a Oaxaca a tratar de sacar a palos y piedras al malhechor de la cárcel, trataban de llevárselo a su pueblo para que ahí, en un juicio sumario pagara con la muerte, su afrenta a una menor de edad. Sin embargo las leyes son las leyes y hay que respetarlas. ¿Respetarlas? UNOS DÍAS MÁS TARDE, EL AGRESOR FUE PUESTO EN LIBERTAD POR FALTA DE PRUEBAS, EL MINISTERIO PÚBLICO, LO DEJÓ LIBRE. Y ahora anda en la calle paseando su “triunfo” ante las autoridades y su BURLA al pueblo de Zautla, porque se libró de ser linchado por los ciudadanos de esa población que aún lamente el agravio contra una menor de edad. La paradoja es que, quien debiera aplicar la ley, se encargó de salvar dos veces al pederasta: la primera, de la acción de la justicia social que lincharía al desgraciado sujeto y la segunda, salvándolo de las penas que se le imputan a los que abusan de menores de edad en su sexualidad. El asunto aquí es que la Procuraduría de Justicia del Estado está haciendo un papel muy parco en el asunto de la pederastia en Oaxaca. Los casos del Instituto San Felipe, del Miguel de Cervantes ahí en Etla, los de Huatulco y ahora este caso de Zautla, dejan mucho qué desear de la acción de la justicia. Algo o anda fallando, o anda funcionando muy bien, según sea el caso: Me explico: si falla, es que están tratando de localizar y castigar a los culpables y no pueden; si el asunto está saliendo bien, es porque está ocurriendo todo lo contrario, es decir, desde la justicia, se está protegiendo a pederastas. Ni siquiera quiero imaginarme que en Oaxaca, la ley protege a violadores de menores, eso si es un crimen de estado.