2. Cuando el poder, que goza de todos los privilegios y riquezas, habla de democracia, libertad, justicia o diálogo, hay que preguntar: ¿A quién quieren verle la cara? ¿De quién quieren burlarse? El poder nunca dialoga, se impone al interlocutor y punto. Quienes siempre buscan el diálogo, porque que viven esperanzados queriendo solucionar sus problemas, son los trabajadores. Bush, que posee un poder imperial, nunca dialoga; determina lo que va a hacer y busca a sus aliados e incondicionales para que aprueben lo que él desea. Al gobierno yanqui le importa un bledo lo que piensen o digan otros gobiernos; él conoce su fuerza y sabe usarla en su beneficio. Eso ha sucedido en la historia de México en todos los gobiernos: ellos han decido con quien hablar y con quien no hacerlo, sus decisiones han respondido a sus deseos y necesidades no a lo que el país necesita. Por eso el diálogo es una engañifa. 3. En política (como en la guerra) no se puede dialogar con los matarifes que en cualquier oportunidad golpean a los trabajadores. El diálogo verdadero sólo puede fructificar entre iguales o, más correcto, entre fuerzas equilibradas. Los gobiernos y los empresarios hablan siempre demagógicamente de diálogo mientras preparan las armas y los tanques para reprimir a quienes protestan o hacen huelga. La clase dominante nunca ha sido sincera ni podrá serlo. Cualquier trabajador honrado o grupo social debe saberlo por experiencia de siglos. El colmo de los colmos fue el caso del dirigente de la APPO Flavio Sosa que cuando se dirigía a dialogar a la secretaría de Gobernación, por cita pactaba, fue apresado y encerrado en una cárcel de alta seguridad. Después de un año y dos meses, sin prueba de algún delito, aún lo tienen en chirona. En el diálogo no cuenta la razón ni las leyes; creer en ello es una bobada. Lo que cuenta es la amistad, el dinero, las armas o las masas. 4. Dialogar es hablar, razonar, analizar, argumentar, para llegar a acuerdos y resolver los problemas. Sólo se puede dialogar entre quienes tienen voluntad y son libres para tomar decisiones. Cuando se defienden intereses antagónicos o irreconciliables el diálogo es imposible. Cuando más se pueden tomar acuerdos transitorios de paz temporal para que las cosas no estallen, pero no se puede hablar de diálogo verdadero. AMLO no puede dialogar con quien le robó la Presidencia, sería realmente vergonzoso para él y su figura caería más. Tampoco los gobernadores y legisladores perredistas deberían de hacerlo, pero lo hacen, ya ven cómo es el poder de corruptor: dialogan en lo oscurito, en beneficio propio, usando cualquier argumento. El diálogo al que llaman Calderón y el españolito Camilo Mouriño, secretario de Gobernación, es sólo para los subordinados o para poderosos como Televisa, TV Azteca, el multimillonario Carlos Slim o el PRI. 5. El gobierno y los empresarios cuentan con toda la fuerza política, económica, militar, policíaca, de los medios de información y de la ideología dominante. Se valen de ella para imponer sus puntos de vista y los acuerdos en los llamados diálogos. Los que dicen dialogar con el presidente, en realidad, sólo consultan, piden permiso o entregan las nachas sin condiciones. He visto a periodistas e “intelectuales” en “diálogo amistoso” con el presidente en turno que nada tienen de diálogo; son simples actos de lambisconería y de vergonzosa sumisión ante el presidente. ¿Cómo pueden dialogar de igual a igual los campesinos de “el campo no aguanta más”, CNC, Unorca y demás, que no han podido unificar a otras organizaciones para paralizar el país e imponer sus demandas? Todos los funcionarios antes de “dialogar” se informan de la fuerza, la representatividad real y las posibilidades de los solicitantes. Nadie los engaña. El gobierno decide todo. 6. No ha habido nunca un político que asuma el poder y no ofrezca diálogo con todas las fuerzas de oposición, los partidos, los grupos, etcétera. Incluso muchos de esos políticos se han pasado las primeras 48 horas de su gobierno saludando de mano y beso, uno por uno, a decenas de miles de personas que quieren tocarlos. Pero después del lavamanos las cosas cambian radicalmente. Tampoco ha habido nunca un movimiento de protesta, una huelga, una lucha callejera o la integración de una guerrilla que haya surgido por simple locura o maldad sin antes solicitar entrevistas para dialogar, querer acuerdos con la autoridad o, por último, no haber concluido que nada se puede ante la cerrazón a escuchar demandas o peticiones. Ningún movimiento de oposición ha nacido de la noche a la mañana; todos han sido una respuesta a actitudes despóticas, represivas o negativas de las autoridades o los empresarios que durante meses o años no han querido dialogar. 7. Los trabajadores siempre perderán en cualquier diálogo cuando no han logrado unir sus fuerzas. ¿Qué hacer entonces? ¿No dialogar por ningún motivo? Cuando son situaciones de hecho, impuestas por las circunstancias, hay que dialogar pero buscando rodearse de la mayor fuerza y presión posibles. No hay que ceder derechos con el argumento de que “nos obligaron”. Salvar todo lo que se pueda, siempre esperando mejores coyunturas para negociar. El diálogo que ofrece el poder es siempre engañoso. Con esa política han querido hacerle trampa a la opinión pública y a los líderes ilusos. El argumento para demostrar que el diálogo que ofrecen Calderón y Mouriño es tramposo, es que ellos mismos dijeron que no es una oferta para todos, es sólo para sus incondicionales. No dialogarán con los opositores verdaderos, aunque si las fuerzas de éstos crecen tendrán que hacerlo por obligación.
1. ¿De qué diálogo puede hablar un gobierno que se roba una elección, una Presidencia, y que permite ser impuesto con el poder del Estado y los empresarios? ¿Después de negarse a dialogar para que se cuenten los votos y se limpie la elección, puede hablar de diálogo Felipe Calderón, el presidente ilegítimo? El diálogo que busca Calderón y su flamante secretario de Gobernación (el españolito, hijo político de Aznar) es con sus subordinados. No quieren dialogar con López Obrador ni con los guerrilleros del EPR porque éstos no tienen las fuerzas suficientes para obligarlos ni quieren. Pero si AMLO bloqueara por 48 horas todas las carreteras y bancos o los guerrilleros hicieran estallar unas cuantas bombas más en puntos clave, de inmediato los buscarían para dialogar. Lo mismo pasaría si los mineros de Gómez Urrutia realizaran acciones contundentes para que su líder pudiera regresar al país después de varios años de sufrir persecución del gobierno.
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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