La reforma judicial, hasta febrero; modifican minuta
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
Sin embargo, la reforma mantiene los arraigos y cateos sin orden de un juez y la incomunicación de detenidos.
Regresión constitucionalista
“¡Qué manera de partirle la madre a la Constitución!”, exclamó indignado el senador perredista Pablo Gómez ante la negativa de priístas y panistas de eliminar el párrafo 12 del artículo 16 de la Carta Magna, en el que se otorgan facultades a la policía para ingresar a los domicilios sin orden judicial, “cuando exista una amenaza inminente a la vida y a la integridad de las personas”. “¿Cuándo en la historia del constitucionalismo se permitió a los policías, a su criterio, entrar en la casa de quien sea?”, preguntó el perredista, e insistió: “se están creando las bases en la Carta Magna para un Estado policiaco” y ni siquiera servirá para combatir el crimen organizado. “A los narcos no les hará ni cosquillas”.
Se trata, recalcó una y otra vez Gómez, de una regresión del sistema constitucionalista mexicano, ya que se quitan derechos a los ciudadanos para darle mayores atribuciones a los poderosos; van a tratar de la misma manera a los presos políticos que a los narcos. “No se conviertan en sátrapas parlamentarios por solapar los ánimos despóticos de esta reforma”, demandó ante el pleno la senadora Rosario Ibarra. Advirtió que permitir la entrada de la policía a los domicilios, con el pretexto de una amenaza corporal, es la manera más atroz de abrir la puerta al atropello, ya que ningún ciudadano estará seguro en su hogar.
La luchadora social recordó su experiencia en los recientes 32 años en que ha conocido todo tipo de atropellos por parte de la policía, y puso en aprietos al priísta Manlio Fabio Beltrones cuando le recordó que durante su paso por la Secretaría de Gobernación conoció lo que hacían Miguel Nassar Haro, Salomón Tanús, Jesús Miyazawa y todos los demás integrantes de la ilegal Dirección Federal de Seguridad. “Llegaban tirando puertas, robaban y golpeaban a los que estaban ahí, sacándolos de los cabellos, arrastrándolos y llevándolos a cárceles clandestinas o al Campo Militar número Uno para torturarlos. ¿Quieren volver a eso? Volteen a Oaxaca, a Atenco, a todos los lugares donde los gobernantes hacen las mismas cosas”.
A su vez, el también perredista Ricardo Monreal, quien emitió un voto particular, alertó: “Con esta reforma se está destruyendo un sistema de libertades que nos ha costado décadas construir. No será un sistema expedito y eficiente de justicia, sino uno autoritario, con amplísimas posibilidades de avasallar a los ciudadanos, dejando la puerta abierta para combatir con violencia a los enemigos políticos”.
Se quieren legitimar, acusó, acciones como las de Atenco, Oaxaca y Zhenli Ye Gon.
El priísta Jesús Murillo Karam se enfrascó en un debate con Pablo Gómez, pero consideró “ridículas” las preocupaciones del perredista. La disposición, sostuvo, sólo es para que la policía pueda irrumpir en domicilios para salvar vidas.
Los panistas Alejandro González Alcocer y Ulises Ramírez desestimaron también los argumentos de Gómez e insistieron en que la disposición es para proteger a posibles víctimas.
La minuta proveniente de la Cámara de Diputados fue aprobada en el Senado en menos de 16 horas. Al mediodía se votó en comisiones, después se presentó en primera lectura y por la noche se votó ante el pleno. En lo general, se aprobó con 80 votos de las bancadas de PRI, PAN y PVEM. En contra hubo 27 votos: 20 del PRD –cuatro legisladores del sol azteca se abstuvieron: los zacatecanos Claudia Corichi, Tomás Torres y Antonio Mejía Haro, así como el michoacano Silvano Aureoles–, cuatro de Convergencia, dos del PT y uno de la senadora Irma Martínez, de Nueva Alianza. Los petistas Alberto Anaya y Alejandro González Yáñez no estaban en el salón de sesiones a la hora de la votación. Se dijo que salieron a cenar. Desde la reunión de comisiones dictaminadoras, los perredistas propusieron modificar las disposiciones de la reforma que vulneran garantías reconocidas en la Carta Magna y derechos humanos, como los arraigos hasta por 80 días, la incomunicación de detenidos y los allanamientos policiacos.
La discusión se centró en el párrafo 12 del artículo 16, que en la minuta de la Cámara de Diputados señalaba: “La policía podrá ingresar sin orden judicial a un domicilio, cuando exista información o conocimiento de una amenaza actual o inminente a la vida o la integridad corporal de las personas, así como en el caso de flagrancia, cuando se esté persiguiendo materialmente al inculpado”. El PRD proponía suprimir todo el artículo, pero PAN y PRI sólo accedieron a hacerle una modificación, que elimina la presunción por parte de la policía. El párrafo quedó así: “La policía podrá ingresar, sin orden judicial, a un domicilio cuando exista una amenaza actual o inminente a la vida o a la integridad corporal de las personas, así como en el caso de flagrancia, cuando se esté persiguiendo materialmente al inculpado”.
Redactaron al revés
En el debate en el pleno, Pablo Gómez dijo que era atroz tal redacción, ya que, en todo caso, debía decir que toda persona tiene derecho a recibir auxilio de la policía para defender su vida y su integridad corporal, pero “lo redactaron al revés” y dieron a la policía derecho de allanar domicilios. El otro cambio a la minuta fue para suprimir el párrafo 10 de ese controvertido artículo 16, en el que se señalaba que el Ministerio Público, autorizado en cada caso por el procurador general de la República, tendrá acceso directo a la documentación fiscal, financiera, fiduciaria, bursátil, electoral y de carácter reservado y confidencial, relacionada con investigaciones del delito. Aquí sí, PRI y PAN consideraron riesgosa tal disposición y le enmendaron la plana a los diputados. Ninguna otra de las 28 reservas de diversos artículos fue aprobada. Después de la medianoche se aprobó en lo particular la reforma y se regresó a la Cámara de Diputados, donde deberá esperar mejor suerte hasta febrero. Con esto concluyó el periodo de sesiones en el Senado y se confirmó que el debate de la reforma judicial se empató con la discusión de los nombramientos de los consejeros del Instituto Federal Electoral.
Ambos casos quedaron pendientes para el próximo periodo de sesiones
Los senadores sólo matizaron el tema de los allanamientos policiacos sin orden de un juez. Eliminan facultades del MP para acceder a documentación fiscal, bancaria y electoral
Anoche aprobaron los cambios constitucionales con el voto en favor de PAN, PRI y PVEM
Regresan el documento a la Cámara de Diputados para el próximo periodo de sesiones
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
El Senado de la República aprobó anoche, también con los votos de PRI, PAN y PVEM, la reforma constitucional en materia de justicia y seguridad pública, pero le hizo dos cambios, por lo que la minuta regresó a la Cámara de Diputados y quedó pendiente hasta el próximo periodo de sesiones de febrero de 2008.
Las modificaciones sólo matizan los términos en que se darán los allanamientos policiacos sin orden judicial, y eliminan la disposición que permitía al Ministerio Público tener acceso directo a documentación fiscal, financiera, fiduciaria, bursátil, electoral y de carácter confidencial en investigaciones sobre delincuencia organizada.
Sin embargo, la reforma mantiene los arraigos y cateos sin orden de un juez y la incomunicación de detenidos.
Regresión constitucionalista
“¡Qué manera de partirle la madre a la Constitución!”, exclamó indignado el senador perredista Pablo Gómez ante la negativa de priístas y panistas de eliminar el párrafo 12 del artículo 16 de la Carta Magna, en el que se otorgan facultades a la policía para ingresar a los domicilios sin orden judicial, “cuando exista una amenaza inminente a la vida y a la integridad de las personas”.
“¿Cuándo en la historia del constitucionalismo se permitió a los policías, a su criterio, entrar en la casa de quien sea?”, preguntó el perredista, e insistió: “se están creando las bases en la Carta Magna para un Estado policiaco” y ni siquiera servirá para combatir el crimen organizado. “A los narcos no les hará ni cosquillas”.
Se trata, recalcó una y otra vez Gómez, de una regresión del sistema constitucionalista mexicano, ya que se quitan derechos a los ciudadanos para darle mayores atribuciones a los poderosos; van a tratar de la misma manera a los presos políticos que a los narcos.
“No se conviertan en sátrapas parlamentarios por solapar los ánimos despóticos de esta reforma”, demandó ante el pleno la senadora Rosario Ibarra. Advirtió que permitir la entrada de la policía a los domicilios, con el pretexto de una amenaza corporal, es la manera más atroz de abrir la puerta al atropello, ya que ningún ciudadano estará seguro en su hogar.
La luchadora social recordó su experiencia en los recientes 32 años en que ha conocido todo tipo de atropellos por parte de la policía, y puso en aprietos al priísta Manlio Fabio Beltrones cuando le recordó que durante su paso por la Secretaría de Gobernación conoció lo que hacían Miguel Nassar Haro, Salomón Tanús, Jesús Miyazawa y todos los demás integrantes de la ilegal Dirección Federal de Seguridad.
“Llegaban tirando puertas, robaban y golpeaban a los que estaban ahí, sacándolos de los cabellos, arrastrándolos y llevándolos a cárceles clandestinas o al Campo Militar número Uno para torturarlos. ¿Quieren volver a eso? Volteen a Oaxaca, a Atenco, a todos los lugares donde los gobernantes hacen las mismas cosas”.
A su vez, el también perredista Ricardo Monreal, quien emitió un voto particular, alertó: “Con esta reforma se está destruyendo un sistema de libertades que nos ha costado décadas construir. No será un sistema expedito y eficiente de justicia, sino uno autoritario, con amplísimas posibilidades de avasallar a los ciudadanos, dejando la puerta abierta para combatir con violencia a los enemigos políticos”.
Se quieren legitimar, acusó, acciones como las de Atenco, Oaxaca y Zhenli Ye Gon.
El priísta Jesús Murillo Karam se enfrascó en un debate con Pablo Gómez, pero consideró “ridículas” las preocupaciones del perredista. La disposición, sostuvo, sólo es para que la policía pueda irrumpir en domicilios para salvar vidas.
Los panistas Alejandro González Alcocer y Ulises Ramírez desestimaron también los argumentos de Gómez e insistieron en que la disposición es para proteger a posibles víctimas.
La minuta proveniente de la Cámara de Diputados fue aprobada en el Senado en menos de 16 horas. Al mediodía se votó en comisiones, después se presentó en primera lectura y por la noche se votó ante el pleno. En lo general, se aprobó con 80 votos de las bancadas de PRI, PAN y PVEM.
En contra hubo 27 votos: 20 del PRD –cuatro legisladores del sol azteca se abstuvieron: los zacatecanos Claudia Corichi, Tomás Torres y Antonio Mejía Haro, así como el michoacano Silvano Aureoles–, cuatro de Convergencia, dos del PT y uno de la senadora Irma Martínez, de Nueva Alianza.
Los petistas Alberto Anaya y Alejandro González Yáñez no estaban en el salón de sesiones a la hora de la votación. Se dijo que salieron a cenar.
Desde la reunión de comisiones dictaminadoras, los perredistas propusieron modificar las disposiciones de la reforma que vulneran garantías reconocidas en la Carta Magna y derechos humanos, como los arraigos hasta por 80 días, la incomunicación de detenidos y los allanamientos policiacos.
La discusión se centró en el párrafo 12 del artículo 16, que en la minuta de la Cámara de Diputados señalaba: “La policía podrá ingresar sin orden judicial a un domicilio, cuando exista información o conocimiento de una amenaza actual o inminente a la vida o la integridad corporal de las personas, así como en el caso de flagrancia, cuando se esté persiguiendo materialmente al inculpado”.
El PRD proponía suprimir todo el artículo, pero PAN y PRI sólo accedieron a hacerle una modificación, que elimina la presunción por parte de la policía. El párrafo quedó así: “La policía podrá ingresar, sin orden judicial, a un domicilio cuando exista una amenaza actual o inminente a la vida o a la integridad corporal de las personas, así como en el caso de flagrancia, cuando se esté persiguiendo materialmente al inculpado”.
Redactaron al revés
En el debate en el pleno, Pablo Gómez dijo que era atroz tal redacción, ya que, en todo caso, debía decir que toda persona tiene derecho a recibir auxilio de la policía para defender su vida y su integridad corporal, pero “lo redactaron al revés” y dieron a la policía derecho de allanar domicilios.
El otro cambio a la minuta fue para suprimir el párrafo 10 de ese controvertido artículo 16, en el que se señalaba que el Ministerio Público, autorizado en cada caso por el procurador general de la República, tendrá acceso directo a la documentación fiscal, financiera, fiduciaria, bursátil, electoral y de carácter reservado y confidencial, relacionada con investigaciones del delito.
Aquí sí, PRI y PAN consideraron riesgosa tal disposición y le enmendaron la plana a los diputados. Ninguna otra de las 28 reservas de diversos artículos fue aprobada.
Después de la medianoche se aprobó en lo particular la reforma y se regresó a la Cámara de Diputados, donde deberá esperar mejor suerte hasta febrero. Con esto concluyó el periodo de sesiones en el Senado y se confirmó que el debate de la reforma judicial se empató con la discusión de los nombramientos de los consejeros del Instituto Federal Electoral.
Ambos casos quedaron pendientes para el próximo periodo de sesiones.
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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