A unas horas de cumplir su primer año de gobierno, en la marginada población oaxaqueña de Yogana, Felipe Calderón Hinojosa presentó el jueves 29 el programa Sectorial Social de su administración, acompañado por integrantes del gabinete en la materia y de Ulises Ruiz, quien maltrecho de salud y con evidente pérdida de rumbo del régimen que encabeza, celebra este sábado 1 de diciembre, 1,095 días de haber llegado, también en condiciones de escándalo, al gobierno del estado. Por razones de la vida y de la política, sin poderse deslindar de los compromisos que lo atan para cogobernar con el priato que presume la impunidad de Mario Marín, Calderón, regresa nuevamente a Oaxaca a compartir foro con el llamado por Carlos Loret, “gober penoso”, sin ningún dejo de preocupación por la condena que hace tiempo han hecho muchos oaxaqueños de que la estancia presidencial es un aval incuestionable a la impunidad con que se conduce el régimen local, acusado hasta el cansancio, de lesionar derechos fundamentales de su pueblo y de ciudadanos que se han vinculado de algún modo con el movimiento social surgido para cuestionar su ejercicio en el poder. A la vista de la resolución de la Suprema Corte de la Nación para no tocar ni con el pétalo de una insinuación al “gober precioso” y dejarlo libre de las acusaciones por haber dañado los derechos de la periodista Lydia Cacho, nos habremos de acostumbrar a seguir viendo, impotentes acaso, la relación constante entre quienes jefaturan éstos y los demás estados de la República y el poder presidencial, pues la lección que nos deja la desaseada decisión del máximo tribunal es que ningún tipo de abuso procedente del poder y de quienes nos gobiernan, podrá ser cuestionado, ni tampoco tener éxito. La complicidad que sostienen el PAN y el PRI en una especie de cogobierno, deja sano y salvo por supuesto a Mario Marín, pero también a Ulises quien a la postre acaba de declarar que muy poco le preocupa la determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de ampliar su investigación de los hechos violentos ocurridos en Oaxaca en 2006 hasta el desalojo que efectuó la policía estatal contra simpatizantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en el cerro del Fortín, el 16 de julio pasado, que tuvo saldo de detenidos y heridos, entre ellos Emeterio Merino. No necesita Ulises de ningún arte adivinatorio para estar seguro ahora, más que nunca, de que así como exoneraron a su socio poblano, la Corte será indulgente con las acciones ilegales atribuídas a su gobierno, por lo cual realiza una investigación sobre los acontecimientos del año pasado. Con el criterio exhibido por los ministros ahora, muy pocas esperanzas quedan de que los 24 muertos y sus familiares, así como los más de 300 detenidos y 600 detenidos que ha producido el conflicto tendrán justicia algún día. Habrán de esperar, acaso, la “justicia divina” que no está ciega, maltrecha y prostituída como la que imparte el Poder Judicial. No es ninguna coincidencia que uno de los abogados oficiosos de Ulises, Jorge Franco, haya esbozado una sonrisa de satisfacción en el salón de plenos del Tribunal cuando se desechó el dictamen del Ministro Juan Silva Meza que pedía sanciones contra autoridades protectoras de pederastas, cuyas víctimas y sus familiares ––en Oaxaca hay dos casos escandalosos— ahora estarían en la condición no sólo de pedir perdón a los influyentes particulares señalados de abusos, sino de ser acusados de perjurio o de daño moral, como puede sucederle a Lydia Cacho y a todos los periodistas que hayan tocado casos como éste. Bajo este escenario acudió Felipe Calderón a Oaxaca, hablando linduras de los programas sectoriales del gabinete social que, afirma, pone por escrito el compromiso por reducir la mortalidad infantil y de madres de familia; reducir el analfabetismo, elevar la calidad educativa, apoyar a la gente más pobre y cerrar la brecha entre la riqueza y la pobreza. Muchos recordamos que uno de los programas sociales más difundidos lo presentó Carlos Salinas de Gortari en San Juan Copala, en 1989 y desde entonces los triquis no solamente están más pobres, sino que son presa de una vorágine de violencia interétnica que se expresa en la desaparición de jovencitas que nadie quiere dar razón de ellas. Otra muestra del desparpajo oficial al dar pinceladas para la reducción de la pobreza, la conocen los vecinos de San Juan Petlapa, que en las postrimerías del régimen de Vicente Fox vieron inaugurada su carretera y ahora, un año y 13 meses después, la pavimentación del camino casi no existe. El descrédito sobre la política gubernamental que al tiempo de emprender programas sin que la justicia se haga extensa a miles de comunidades prácticamente excluídas de cualquier tipo de desarrollo, se apresta a incrementar impuestos y los precios de las gasolinas, puede apreciarse en el hecho de que 72 % de los mexicanos, según Consulta Mitofsky, opina que la economía nacional está peor que hace un año. Y que el riesgo de crisis económica está presente al menos en la percepción de la gente, con lo que apenas un año después del Calderonazo –por su atropellada toma de posesión- acaba la luna de miel que siempre al inicio de cualquier gobierno expresa una población esperanzada de que su vida va a mejorar de algún modo. Por eso, no es coincidencia que Ulises Ruiz sea de nuevo el anfitrión de Calderón y se muestre obsequioso como dicen las crónicas, con el visitante, que trae bajo su égida la distribución de recursos para el área social y de otros, que el titular del Ejecutivo puede disponer sin necesidad de pedir autorización del Congreso, como por ejemplo, el reparto entre las entidades federativas de los excedentes por las ventas del petróleo. Como se sabe, el fondo petrolero se distribuye, según simpatías y antipatías, además de compromisos políticos del presidente con los gobernadores, porque los ingresos por este concepto se van a gasto corriente. Desde el 2005, el gobierno de Fox mantuvo la amenaza de condicionarle a Ulises la entrega de este fondo a la resolución del caso del periódico NOTICIAS y un año después, a la búsqueda de una solución al conflicto presentado por la APPO y el magisterio. Pero después pudo comprobarse que con el supuesto amago de Gobernación sólo se engañaba a las contrapartes de Ulises para deslizar la idea de que se ahorcaría económicamente. Ahora, con la puesta en marcha del Programa Sectorial Social, Calderón ofrece una gran bolsa presupuestaria que aunque esté debidamente etiquetada por la Sedeso y otras dependencias, proporciona un excelente respiro para que Ulises con optimismo por el aval presidencial y de su partido, el PAN, pase el umbral de inicio de su segundo periodo de gobierno, por el que sabe muchos oaxaqueños no lo eligieron. Es la manifestación más clara de que sin importar acusaciones de violaciones de derechos humanos, muertes, aprehensiones y daños colaterales infringidos a la sociedad habrá, como con la Presidencia de la República, gobernador a fuerza durante los próximos tres años. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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