El movimiento zapatista es la primera revolución del siglo XXI, además de que es pacífico, asegura Prepara un libro sobre la vida de Tata Vasco, “quien cristalizó la utopía de Moro” Lorenzo Chim (Corresponsal) Campeche, Cam., El capitalismo, el neoliberalismo y la globalización de la economía sólo generan pobreza y ponen en peligro la vida en el planeta; para salvarlo hay que cambiar los sistemas político y económico, porque de otra manera nos encaminamos al suicidio planetario, advirtió el poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal. En amplia entrevista con La Jornada, un día después de la presentación, ante decenas de jóvenes, de una antología poética en el contexto del Festival Cultural del Centro Histórico de la ciudad de San Francisco de Campeche, el también ex guerrillero y ex monje trapense, autor de más de 200 obras que han sido traducidas a unos 30 idiomas, reiteró su esperanza en los jóvenes –“la nueva generación que produce la evolución humana”– para cambiar este estado de cosas. Religioso impulsor, en su momento, de la teología de la liberación, Ernesto Cardenal Martínez, nacido en Granada, Nicaragua, en 1925 (el 20 de enero cumplirá 82 años), reitera su idea de una “Iglesia revolucionaria” que defienda a los pobres y a los oprimidos (“La única lucha válida es la lucha por los pobres y los oprimidos”, señala) y externa su solidaridad con el movimiento zapatista y la otra campaña, a la cual considera “lo más impactante que tiene ahora México”. También anunció que trabaja en una obra que recopilará la vida del misionero español Vasco de Quiroga (1470-1565), conocido como Tata Vasco (“Tata es igual a papá y así le decían los indios a Dios”, acota), quien conquistó los corazones de los indígenas de Michoacán y demostró que en los hechos es posible la utopía de Tomás Moro. De pantalón de mezclilla, sencilla camisa blanca, sandalias negras y su infaltable boina negra, el poeta nicaragüense evita abundar en los problemas concretos de México. “Yo no escucho mucho de México ni de ninguna cosa en el extranjero, porque hay desinformación con respecto a México, con respecto a Nicaragua y con respecto a todo, y con respecto a las revoluciones, más todavía. “Tiene uno que informarse de otra manera. Yo me he informado en forma personal en México porque he venido a México y he conversado. La vez pasada estuve en Hermosillo, donde tuve el honor de que me visitara el subcomandante Marcos y clausurara un encuentro internacional que teníamos en Sonora. “Tengo gran admiración por Marcos y me parece que lo más impactante que tiene ahora México es la otra campaña.” –¿Y por qué considera impactante la otra campaña? –Es muy original desde su nacimiento, en el siglo pasado, como la última revolución del siglo XX y la primera del XXI, una revolución además, pacífica, lo que parece una paradoja. Con pocas armas, y algunas eran de palo, y que se desarmó como a los 15 días más o menos. “Yo escribí entonces, a los pocos días del asalto a San Cristóbal de las Casas –defendiendo la acción de Marcos, porque la había atacado Daniel Ortega diciendo que no estaba de acuerdo con el método de lucha armada, que estaba de acuerdo con las metas–, entonces yo escribí rebatiéndolo con algo que se publicó en La Jornada, y el subcomandante, hace un mes, me dijo que había leído lo que yo escribí. “El argumento de Ortega es que ya no era época para luchas armadas, y yo dije que me extrañaba de alguien que había llegado al poder, junto con otros, en la primera revolución de Nicaragua, por las armas. “Y cité al Papa Paulo VI, que había dicho que era lícita la revolución armada cuando se trataba de una tiranía evidente y prolongada, y yo dije que si había un caso como éste era el de los zapatistas, porque los indios de Chiapas sufrían una tiranía sumamente evidente y tan prolongada que era de 500 años, y que por tanto estaba justificada la lucha armada del subcomandante Marcos. “Era una originalidad de él (Marcos) porque no ha sido sangrienta y porque además ha sido con humor; creo que es el único político el mundo que es humorista y que es poeta también, además de otra cosa. “Vemos que se ha abierto ahora a todos los pueblos; ya no son sólo los mayas, sino todos los indios no sólo de México, sino de América, y no sólo los indios, sino los blancos, los negros y todo mundo, todos los oprimidos, por decirlo así, o los grupos minoritarios; hasta los homosexuales, las monjas y todos.” –Entonces, ¿es válida esta lucha, es válido este método? –Es la única válida. La única lucha válida es la lucha por los pobres y los oprimidos; oprimidos de toda clases como es la revolución de Jesús, que eran los pobres, los enfermos, los niños, que entonces eran también oprimidos, y las mujeres que han estado oprimidas, y los pecadores que abarcaban a todos, menos a los ricos, a los poderosos, a los orgullosos, a los engreídos. –¿Los partidos políticos no pueden encauzar esta lucha? –No, el pueblo ya no cree en los partidos políticos; está descorazonado, decepcionado de los partidos, de los líderes y de las ideologías; entonces hay que buscar otra cosa. “Esas reuniones multitudinarias de los jóvenes en las grandes ciudades, de miles y miles con el clamor de ‘otro mundo es posible’, es una nueva revolución que está habiendo ahora, electrónica principalmente, porque se reúnen a la velocidad de la electrónica.” –¿Existe en los jóvenes este ánimo, el idealismo, el pensar en los demás? –Como nunca. Yo me pongo a pensar cómo era la juventud como la mía, no teníamos preocupaciones de ninguna clase. En Nicaragua, pues a lo mejor cambiar a Somoza, pero ninguna otra, ni siquiera cambiar de sistema político y económico. Los jóvenes teníamos sentimientos egoístas. “Además de las monstruosidades, que cada vez son más grandes, pero al mismo tiempo la solidaridad es más grande; además de toda la destrucción del planeta, también hay preocupación ecológica en el mundo entero cada vez mayor, y ésa es la esperanza de todos. “La esperanza son los jóvenes, la nueva generación que produce la evolución humana, que es parte de la evolución del planeta y del universo. Hacia algo vamos. –La comunidad ideal que usted pensó, ¿aún es posible? –La única sociedad posible es el socialismo. No hay más que capitalismo y socialismo. El capitalismo es el egoísmo, lo cual es antihumano, y el socialismo es lo comunitario y lo solidario, lo cual es realmente humano porque la naturaleza humana es esencialmente solidaria. Es por cooperación que nosotros hemos llegado a ser humanos; la cooperación es la que nos hizo humanos, la que nos seguirá haciendo humanos o nos va a deshumanizar si seguimos con el capitalismo desenfrenado que hay. –La Iglesia parece que ha abandonado estos ideales –¿Cuál Iglesia? ¡La Iglesia es el pueblo de Dios! ¡La Iglesia no es la jerarquía, la jerarquía es otra cosa! El papa Pío XII, que era conservador, mejor dicho reaccionario, sin embargo dijo que la Iglesia eran los seglares y que la jerarquía era para servir a los seglares. –¿Y esto ya no se puede cambiar? –Eso debe cambiar, pero somos nosotros los que tenemos que hacer los cambios, cambiar los papas y, si los papas no cambian, pues nosotros hacerlos cambiar y crear una Iglesia nueva, una Iglesia en la que los papas sean escogidos democráticamente y que no sean vitalicios, que se puedan deponer por los mismos que los eligieron y que una mujer pueda ser Papa. Sobre este punto, Ernesto Cardenal adelanta que trabaja en la vida del obispo michoacano Vasco de Quiroga, uno de los pocos que han demostrado que es posible una sociedad ideal. “Ni Tomás Moro pensó nunca que podría realizarse, ni Platón pensó tampoco que su República podía realizarse y entonces este originalísimo Vasco de Quiroga pensó que ese sistema era para el Nuevo Mundo. Su obra duró 200 años y ahí todavía los indios en México lo recuerdan con el nombre de Tata Vasco; tata significa papá, que también es el título que se le daba a Dios.”
La única lucha que vale la pena es por los pobres: Ernesto Cardenal
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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