Representantes indígenas de Chiapas exigen la liberación del profesor Alberto PatishtánTestimonios que demuestran su inocencia no han sido tomados en cuenta por las autoridades Hermann Bellinghausen En una inusitada declaración colectiva, decenas de representantes indígenas del municipio El Bosque, en los Altos de Chiapas, demandaron la libertad del profesor Alberto Patishtán Gómez, preso desde hace ocho años, y actualmente miembro y vocero de la organización la Voz del Amate. Aunque su caso ha sido ampliamente documentado como una revancha política del ex presidente municipal priísta Manuel Gómez Ruiz, con el respaldo al menos tácito del ex gobernador interino Roberto Albores Guillén, Patishtán permanece privado de su libertad desde junio de 2000. Comisariados ejidales y de bienes comunales, representantes de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y la CIOAC, colectivos y cooperativas de productores y artesanas, las iglesias adventista y bautista, grupos magisteriales y agrupaciones barriales reunieron de nueva cuenta los testimonios exculpatorios que las autoridades judiciales se han negado sistemáticamente a tomar en cuenta. Acusado de ser autor intelectual y material de una emboscada donde murieron varios policías estatales el 12 de junio de 2000, Patishtán fue detenido por la Procuraduría General de la República (PGR) una semana después de los hechos. Las acusaciones, desproporcionadas e insostenibles, se han mantenido todo este tiempo en una mezcla de mala fe y negligencia, permitiendo además que los verdaderos criminales sigan impunes. Desde el primer momento, la población de El Bosque manifestó su respaldo al acusado, pero fue desatendida. Revisión de expedientes Originalmente de filiación priísta, y ahora adherente de la otra campaña como parte de la Voz del Amate, Patishtán ha tenido siempre la simpatía de sus paisanos y sus compañeros maestros. En el contexto de la actual revisión de expedientes de los presos políticos en penales chiapanecos, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas ha señalado que el caso de Patishtán es más difícil, pues fue condenado por cargos federales, lo cual limita las atribuciones del gobierno estatal para otorgarle la libertad. Como se sabe, en meses recientes salieron libres 40 personas, luego de movilizaciones locales e internacionales, y protestas dentro de los penales que incluyeron una huelga de hambre en marzo pasado, en la cual participó Patishtán. La declaración colectiva de organizaciones del municipio tzotzil refiere que Patishtán fue aprehendido en la cabecera municipal de El Bosque cuando se dirigía a su trabajo en el albergue estudiantil La Corregidora, en Huitiupán, el 19 de junio de 2000. Se le acusó, sin pruebas, de portar armas de uso exclusivo del Ejército y del asesinato de policías, que en realidad fue obra de una banda criminal y paramilitar que por entonces operaba en la región limítrofe entre los Altos y la zona norte. Esta banda “nunca existió” oficialmente, pues la fiscalía especial de la PGR creada tras la masacre de Acteal fue incapaz de probar la existencia de ese ni de ningún otro grupo civil armado en la región. Los declarantes reiteran ahora que el “verdadero delito” de Patishtán fue participar, “con el pueblo”, en la elaboración de actas de acuerdo por la inconformidad contra la “mala administración” del entonces alcalde Gómez Ruiz. El único testigo presencial de la emboscada, sobrino de Gómez Ruiz, y de nombre Rosemberg, a la sazón de 16 años, ha reconocido varias veces (aunque no ante el juez) que fue obligado por su tío a acusar a Patishtán, y “premiado” con una camioneta por hacerlo. El documento de los indígenas cita tres testimonios exculpatorios que confirman que Patishtán no estuvo en el lugar de los hechos, sino cumpliendo con sus funciones como profesor. Uno, del supervisor escolar de la zona 204 de Huitiupán, Sixto Juan Díaz Díaz; otro de Mario López Martínez, representante de la sección sindical magisterial D-I-102, y otro más de Juan López Pérez, presidente del comité del albergue La Corregidora. Estos testimonios nunca han sido considerados por las autoridades. http://www.jornada.unam.mx/2008/09/04/index.php?section=politica&article=017n1pol Demandan la libertad de activista Alberto Pastishtán Gómez en Chiapas[méxico][medios] centro independiente de noticias [cmi chiapas] En una extensa carta, los grupos indígenas de los municipios de Simojovel, El Bosque y Huitiupán, pidieron al gobierno del estado gestionar la libertad de Pastishtán Gómez, quien primero estuvo preso en lo que fue la cárcel de Cerro Hueco, en esta ciudad, y actualmente se encuentra en el penal de El Amate, en el municipio de Cintalapa. Pastishtán Gómez, de 37 años de edad, fue detenido por agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) el 19 de junio de 2000 en pleno centro de El Bosque, y trasladado a esta ciudad para ser interrogado. De acuerdo con denuncias públicas hechas en su momento, Pastishtán Gómez fue torturado para que se declarara culpable de la emboscada contra una patrulla de policías estatales. La emboscada fue perpetrada por un grupo armado y encapuchado el 12 de junio de 2000, en el tramo carretero que comunica a los pueblos de El Bosque y Simojovel. Patishtán Gómez, integrante de la Sección VII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), trabajaba como maestro rural bilingüe en el albergue para niños indígenas del municipio de Huitiupán. Los fines de semana estudiaba la carrera de ciencias sociales en una escuela privada de esta ciudad. Además, era líder de la Sociedad de Solidaridad Social (SSS), organización independiente que ayudaba a grupos indígenas pobres. Su activismo político en los municipios de El Bosque, Simojovel y Huitiupán, lo confrontaron con los poderes locales. En El Bosque, por ejemplo, organizaba marchas y protestas para pedir la renuncia del entonces alcalde priísta Manuel Gómez Ruiz, por presuntos actos de corrupción. Por ello, Patishtán Gómez no descartó que fuera aquél quien lo acusara ante el gobierno de ser el responsable de la emboscada contra los policías estatales. Cuando se presentaron ante los jueces las pruebas documentales de que el día de la emboscada Patishtán Gómez se encontraba en Tuxtla Gutiérrez en una reunión sindical, éstas no fueron tomadas en cuenta. Acusado de homicidio calificado, robo con violencia y portación de armas de fuego, el indígena fue sentenciado a 62 años de prisión, según el expediente penal 126/2000. Hoy, grupos religiosos, artesanas, campesinos, autoridades ejidales de El Bosque, Simojovel y Huitiupán, afirmaron que el único delito del maestro rural fue haber encabezado la defensa de los derechos de los pueblos indígenas de la región, y sostuvieron que en la cárcel se encuentra un “chivo expiatorio”. “Nuestra inconformidad no ha terminado. Seguiremos luchando por la libertad de nuestro compañero, quien siempre contara con el apoyo de nuestro pueblo que lo cree inocente”, dice la misiva enviada al gobernador Juan Sabines. “Nosotros no vamos a permitir que un pobre inocente muera en la cárcel”, añade. Miembro ahora de la organización penitenciaria “La Voz de el Amate”, Patishtán Gómez ha realizado varias huelgas de hambre en demanda de su libertad. En la última, hace unos meses, duró más de 40 días sin comer. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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