El secuestro
PROCESO: El secuestro: José Gil Olmos | Televisa y Tv azteca mienten
josé gil olmos
Por definición, el secuestro es el acto por el que se priva de libertad de forma ilegal a una persona o a grupo de personas durante un tiempo determinado con el objetivo de conseguir un rescate u obtener cualquier tipo de crédito político o mediático.
¿Es un secuestro lo que hicieron los legisladores del FAP el pasado jueves? En términos estrictos no se tipifica como un delito, sino más bien se trata de una acción política bien planeada --que puede ser repudiada por muchos-- a la que recurrieron los partidos políticos para detener la mal llamada reforma energética, porque no se trata de cambios para aprovechar todas las fuentes de energía, sino que sólo pretende allanar la entrada de las empresas privadas en la exploración y explotación del petróleo mexicano.
Para muchos, las acciones de los legisladores del PRD, PT y Convergencia son criticables porque significan actos de violencia en el lugar donde, se supone, se debe dialogar para resolver los problemas más apremiantes del país. “Nos da una imagen de país bananero”, alegan la mayoría de los comentarios que se escuchan en los medios.
Pero habría que preguntar si los otros partidos, PAN y PRI, principalmente, han estado a la altura de las circunstancias y han hecho buen uso de su envestidura parlamentaria. O si no han “secuestrado” su papel de representantes ciudadanos solamente para sacar provecho y trabajar para sus propios intereses personales y de grupo. ¿Quién es el secuestrador?, sería la pregunta.
Televisa y Televisión Azteca han ordenado a sus reporteros y a sus conductores de noticias –aunque algunos lo hacen por propia voluntad– a seguir una línea de denostación, antes que de crítica, contra el FAP y principalmente contra Andrés Manuel López Obrador. No los bajan de violentos y de transgredir las leyes.
En radio, los conductores de noticias siguen la misma tónica y, sin medir palabras, han comparado a los perredistas y a López Obrador con burros, perros, gatos y demás animales, incitando precisamente lo que tanto critican: la violencia.
Hay locutores como Oscar Mario Beteta, Joaquín López Dóriga, Leonardo Kurzio, Adela Micha, Pedro Ferriz De Con y Raúl Sánchez Carrillo, entre una larga lista, que en sus espacios informativos han tomado como única bandera exaltar la imagen de violencia de los seguidores de López Obrador y acusar a los legisladores de “secuestrar” los recintos legislativos. En algunos espacios de televisión, antes de llegar a la noticia política, han llegado a presentar hasta cinco noticias de asesinatos, enfrentamientos a balazos y peleas, condicionando a la audiencia.
Los conductores en radio leen decenas de comentarios que les manda la gente, donde también se reiteran los mismos argumentos y la misma línea discursiva, que usan como razones para sostener su verdad. Pero cuando se les llega a colar una llamada donde los critican, de inmediato cortan la comunicación alegando que los están ofendiendo, pues los acusan de parciales y oficialistas.
En contrapartida, López Obrador y sus seguidores, así como los legisladores del FAP, han denunciado la campaña que hay en contra de su movimiento y han exigido el derecho a la réplica.
El sábado pasado, miles de “adelitas”, como les llaman a las mujeres lopezobradoristas, se manifestaron frente a las instalaciones de Televisa exigiendo que tomaran en cuenta sus opiniones y denunciando la campaña que se ha desplegado en contra de su movimiento. Desde hace 20 años no se veía una manifestación de este tipo. Sólo en los tiempos de hegemonía absoluta del PRI hubo tales expresiones masivas en contra de la misma empresa y de su entonces conductor estrella: Jacobo Zabludowsky.
Hoy, la historia parece repetirse. La mayoría de los medios de comunicación y de sus conductores repiten el mismo papel de reproductores del discurso oficial y, más allá de la critica y del rechazo que puede haber en las acciones del FAP y de López Obrador, dejan de lado su responsabilidad de informar y sólo tratan de legitimar al gobierno en turno.
La advertencia del conductor del principal noticiero de Televisa, Joaquín López-Dóriga, hacia López Obrador, de que si le ocurre algo será su responsabilidad, refleja precisamente su falta de responsabilidad al manejar la información de la toma de la tribuna parlamentaria por parte del FAP. La acusación reiterada de que fue un secuestro y denostar la imagen de los seguidores del tabasqueño, parece más una campaña sucia que incita a la violencia y a la polarización, como la que usó el PAN en la campaña de 2006, que una labor informativa.
El derecho a la libre expresión no debe tener cortapisas. Eso no está a discusión. Pero el mismo derecho a expresarse lo tiene quien está detrás del micrófono que el ciudadano de la calle, que es quien, al final, reciente las decisiones que se toman en los recintos del poder.
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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