martes, 3 de febrero de 2009

LOS CHILAMALAS EN OAXACA -CHIAPAS



Sobre la Reserva Ecológica Campesina en los Chimalapas
Movimiento campesino y ecología comunitaria




Emanuel Gómez


En las comunidades de los Chimalapas hay un movimiento agrario por la recuperación del territorio que ha sido invadido desde Chiapas, con impunidad de los gobiernos estatales y federal. Esta lucha agraria también incluye un modelo alternativo de conservación y desarrollo, que se conoce como Reserva Ecológica Campesina. A continuación se explica el proceso actual de este modelo ecológico. La lucha de las comunidades indígenas de los Chimalapas es tan antigua como el poblamiento en esta zona. Las comunidades originarias, de lengua zoque de Oaxaca, resistieron junto con los zapotecos, mixes y huaves del Istmo de Tehuantepec a la colonia española. En 1687, después de una gran rebelión en Tehuantepec, los zoques compraron a la corona sus tierras pagando por ellas en jícaras llenas de oro. En lengua zoque, este hecho histórico es recordado con el nombre de Chimalapa que significa Jícara de Oro, recordando cuando los zoques obtuvieron sus títulos virreinales, por un total cercano a las 900 000 hectáreas. Sin embargo, estos títulos nunca han sido respetados por las compañías cafetaleras, ganaderas y madereras, que han saqueado los recursos naturales y provocado graves conflictos sociales.

Es hasta 1967, cuando el gobierno mexicano reconoce el territorio zoque, ocurriendo el primer despojo agrario, pues el presidente Gustavo Díaz Ordaz expide dos decretos presidenciales por un total de 594 000 hectáreas. De esta manera se legaliza el despojo de casi 300 000 hectáreas por parte de fincas cafetaleras y ganaderas. Por esa entonces el gobierno federal promovía la colonización de las selvas del sureste de México, desde Chiapas hasta Veracruz, pasando por Oaxaca.

Actualmente hay conflicto agrario muy grave con la colonia ganadera Cuauhtémoc, beneficiada por este despojo a las tierras comunales zoques. Se ha levantado un juicio agrario pero ha resultado perjudicial a los zoques por el detalle de que el decreto de la colonia Cuauhtémoc es anterior al decreto de los Chimalapas.En 1998 y nuevamente en el 2001 estalló el conflicto con la colonia Cuauhtémoc. En 1998 se detuvieron a madereros y colonos, la policía del estado y el Ejército presionaron para dejarles en libertad. En el 2001, los comuneros chimas estaban trazando una brecha para delimitar sus tierras conforme a la resolución presidencial, pero los colonos de la Cuauhtémoc los detuvieron y enviaron a la cárcel de Matías Romero. Los chimas bloquearon la carretera transístmica y desalojaron la cárcel, liberando a sus compañeros.

Este tipo de movimientos se han repetido en todas las comunidades que están en la fronteras de los Chimalapas con otros municipios de Oaxaca, Veracruz y Chiapas, deteniendo la invasión agraria y el saqueo de los recursos naturales. La propuesta que se hizo en esa entonces era recuperar 13000 hectáreas invadidas y destruidas por los colonos de la Cuauhtémoc, para declararlas como reserva ecológica campesina. Esta propuesta se ha repetido desde 1996 en la mayoría de las comunidades que presentan conflicto agrario. Los antecedentes de los conflictos datan de más de 30 años. Otro grave conflicto es con el estado de Chiapas.

En la frontera con Chiapas, desde 1940 se instalaron madereros provenientes de Michoacán, que destruyeron miles de hectáreas de selva virgen, provocando además el conflicto con Oaxaca, pues los aserraderos eran controlados desde Cintalapa, Chiapas y saqueaban los bosques de Chimalapas, Oaxaca.

En 1971 los comuneros zoques y sus aliados que vivían en la frontera, contando con el apoyo solidario de los peones de los aserraderos, expulsaron a los madereros y detuvieron por diez años la invasión agraria organizada por el gobierno chiapaneco y federal.

En 1991 los comuneros de los Chimalapas inician un proceso de reconciliación agraria de campesino a campesino, por lo que se invita a los ejidatarios chiapanecos a reconocer que estaban invadiendo tierras de Oaxaca. Algunos ejidos aceptaron convertirse en comuneros, pero el gobierno de Patrocinio González Garrido presionó a la mayoría de los ejidatarios para seguir siendo parte de Chiapas pese a que se estaba violando la constitución misma del estado.

Una vez que Patrocinio fue electo secretario de Gobernación, legalizó el despojo de los Chimalapas al presentar un mapa de Chiapas en el que su frontera con Oaxaca se recorría abarcando 120 000 hectáreas de los Chimalapas como si fueran parte de Oaxaca. Al mismo tiempo se promovió un proyecto carretero que uniera Chiapas con Veracruz cruzando la selva Zoque, lo que movilizó a las comunidades y organizaciones ecologistas.

Para 1994, ante la guerra que estalló en Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, por esa entonces secretario de Gobierno, reconoció que la colonia ganadera San Isidro La Gringa estaba invadiendo Oaxaca, se indemnizó a los colonos, y se regresaron esas tierras a los comuneros zoques de los Chimalapas.

El acuerdo era que en las tierras recuperadas se declararía Zona de Reserva Ecológica Campesina, administrada por los propios comuneros como un modelo de desarrollo hecho por las propias comunidades. Se acordó que la asesoría técnica, agrícola y ecológica sería con la organización civil Maderas del Pueblo AC. Sin embargo, Maderas del Pueblo se retiró pronto de La Gringa por haber creado falsas expectativas de desarrollo en la comunidad. Se logró, sin embargo, hacer un plan de manejo comunitario de la zona de reserva ecológica campesina.

Este plan consiste en dibujar en un mapa la comunidad, sus tierras, bosques y aguas, y acordar en asamblea cómo se va a trabajar cada ecosistema, cómo se va a cuidar el nacimiento de los ríos, cuáles áreas serán para agricultura, cuales para conservación y cuales para obtener madera. Incluso se hizo un reglamento comunitario para cuidar la pesca y caza, prohibir las quemas agrícolas sustituyendo el roza-tumba-quema por el roza-tumba-pica, complementando con abono orgánico.

En esto consiste la reserva ecológica campesina de La Gringa, modelo que ha servido a las otras comunidades para pensar en su propia reserva comunitaria. Es importante destacar que lo alternativo de este modelo es que primero se busca la solución de los conflictos agrarios, luego se hace un ordenamiento territorial de todas las actividades humanas.

El proyecto de Maderas del Pueblo era extender este modelo de reserva ecológica campesina para todas las comunidades de los Chimalapas, pero no fue posible por que cada comunidad tiene su propio proceso, sus propios problemas. Además las autoridades federales, sobre todo las de la Semarnap, en lugar de reconocer este trabajo de las comunidades y darles apoyo, presionaba para que aceptaran el decretode reserva de la biósfera.

El 12 de octubre de 1996, cuando se llevaba a cabo el primer Congreso Nacional Indígena en la Ciudad de México, en los Chimalapas se llevó a cabo un Foro ecológico y comunal en el que muchas organizaciones sociales de México y otros países manifestaron su apoyo a la reserva ecológica campesina y su rechazo a la reserva de la biósfera.

En 1998 estalló una grave crisis en los Chimalapas. En abril sucedió un conflicto con la colonia Cuauhtémoc que casi acaba en enfrentamiento. Para mayo, los incendios forestales eran incontrolables y fue hasta julio que cayeron las primeras lluvias y lograron apagar el incendio, que dañó 210 000 hectáreas, la tercera parte del territorio. Se comprobó que gran parte de los incendios habían sido provocados por quemas agrícolas de los ejidatarios invasores. Y ni así se les castigó, por le contrario, en 1999 el gobernador interino de Chiapas, Roberto Albores Guillén, manifestó su apoyo a los campesinos chiapanecos que invadían Oaxaca y hasta acusó a los chimas de ¡invasión!

Siendo imposible continuar con su trabajo, la ONG Maderas del Pueblo abandonó los Chimalapas en el año 2000, desgastada por los conflictos agrarios, los incendios, el debate con el gobierno y por la falta de acuerdos para extender el modelo de reserva ecológica en otras comunidades.

A partir de entonces las comunidades han continuado su movimiento en defensa del territorio, deteniendo la invasión agraria, la tala clandestina. Ahora los chimas hablan del proyecto de reserva ecológica campesina a su modo, sin ONG.

Está claro para las comunidades que primero se debe resolver el conflicto agrario, y en las tierras recuperadas iniciar proyectos alternativos de conservación, decididos por las propias comunidades.

Sin embargo, con el gobierno de Vicente Fox hay nuevos proyectos para los Chimalapas y nuevas amenazas para las comunidades. Particularmente el Plan Puebla Panamá localiza en los Chimalapas un lugar estratégico para las carreteras que pretenden comunicar Chiapas con Veracruz y Oaxaca, los corredores biológicos, las industrias y las ciudades.

El Plan Puebla Panamá busca el crecimiento de todas las ciudades e industrias en el sureste, por lo que nuevos conflictos surgirán para los campesinos, desplazados de sus tierras. En los Chimalapas se espera, por tanto, más presión y nuevas invasiones.

Además se está planeando que los corredores biológicos y las reservas de la biósfera incluyan centros de bioprospección, en los que se busquen nuevas plantas para la ingeniería genética, pendientes de ser patentadas e industrializadas (biopiratería).

Por su parte, las comunidades se organizan y aplican la ley agraria, la ley ecológica y la autonomía. Se requiere un control del territorio pero no por policías, militares y conservacionistas, sino por las propias comunidades, con su propios sistema de guardabosques o topiles, con equipo para prevenir incendios y buscando la solcuión de los conflictos agrarios.

Las comunidades de la zona oriente se organizan en el 2001 como asociación civil Chimalapas Unidos en Defensa de la Etnia y la Biodiversidad. Esta Organización no gubernamental es diferente a las demás, pues está hecha y gobernada por las propias comunidades, a través de su concejo de autoridades y ancianos.

Los ancianos presiden las asambleas y deciden el ordenamiento territorial, se reglamentan las actividades en la comunidad, la pesca, la caza, la ganadería, la tala de madera. Sin recursos, sin tanto protagonismo como con Maderas del Pueblo, que alguna vez incluso llegó a ser parte del conflicto con el gobierno. Sin prisas, a ritmo de comunidad, en su propio lenguaje.

Recuperar el territorio, los recursos naturales y la cultura indígena, son los sueños de los chimalapas, y en eso invierten toda su energía. En esos sueños se basa el movimiento agrario y el rechazo a la reserva de la biósfera, soñando con la reserva ecológica campesina como un modelo alternativo, sin autoritarismo, con la ley propia de las comunidades.



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