jueves, 30 de abril de 2009

REDES ( Hi5, MySpace, Facebook , Metroflog , ) SON UTILIZADAS POR EL CRIMEN ORGANIZADO


Ciberespacio, trampa para niñas

"Eduardo Murial, investigador privado, cuando explica que sitios virtuales como Hi5, MySpace, Facebook, Metroflog y, en general, las redes sociales, son utilizadas por bandas del crimen organizado como bases de datos para obtener información personal detallada que les permite seleccionar a sus víctimas."

Se hacen llamar “Los Zetas” y utilizan internet para atrapar a jóvenes de Oaxaca, Puebla, Veracruz, Tabasco y Chiapas en redes transnacionales de explotación sexual y venta de menores, en un negocio que es ya —según autoridades y ONG— más lucrativo que las drogas


Evangelina Hernández Enviada
El Universal
Jueves 30 de abril de 2009
evangelina.hernandez@eluniversal.com.mx

OAXACA, Oax.— Tras su experiencia de horror, las adolescentes víctimas de trata de personas se debaten en la delgada línea entre la alucinación y la demencia. El crimen organizado está detrás de esta expresión de esclavitud moderna. La Unidad de Investigación de EL UNIVERSAL habló con jóvenes rescatadas y sus padres, así como con miembros de organizaciones civiles y autoridades estatales y federales, para seguir los pasos de un grupo que se hace llamar Los Zetas, que incursionó intensamente en este giro criminal durante los dos últimos años.

Tal organización ha enfocado parte de su infraestructura operativa y tecnológica en enganchar, trasladar, explotar sexualmente y vender, a través de redes trasnacionales, a mujeres adolescentes de Oaxaca, Puebla, Veracruz, Tabasco y Chiapas, según lo que fue posible documentar.



En general, esta actividad alcanza dimensiones de industria. Según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito, dado a conocer en febrero pasado, produce alrededor de 32 mil millones de dólares anuales en el mundo y se sirve de los mismos canales a nivel continental que el narcotráfico, incluidos los medios de transporte. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía calcula que alrededor de 20 mil menores de edad sufren explotación sexual. En tanto, reportes de inteligencia de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) revelan, como parte de los resultados de una investigación conjunta sobre una red de trata de personas en Tlaxcala, que hoy cerca de 3 mil mexicanas son prostituidas sólo por dicha red en ciudades estadounidenses como Houston, Miami, Atlanta y Nueva York, así como en el estado de Carolina del Norte.



El ciberespacio, poblado de criminales

Internet es un espacio concurrido por Los Zetas, pues les garantiza anonimato e impunidad. Carolina, una sobreviviente de 14 años originaria de Oaxaca y quien como un número incuantificable de jóvenes de aquel estado fue enrolada, narra que la contactaron por esa vía. Refuerza su versión Eduardo Murial, investigador privado, cuando explica que sitios virtuales como Hi5, MySpace, Facebook, Metroflog y, en general, las redes sociales, son utilizadas por bandas del crimen organizado como bases de datos para obtener información personal detallada que les permite seleccionar a sus víctimas.

Esto mismo le ocurrió a Sara, de 14 años, también oaxaqueña y quien desapareció desde el 16 de marzo pasado, luego de ser conquistada amorosamente por alguien que se presentó como un joven de Tlaxcala a través de un foro de Hotmail. “Estaba muy ilusionada con él porque le prometía muchas cosas; un día antes de que se fuera me dijo que ya lo había conocido personalmente, pero no me dio más detalles”, explicó su tía Adelina.

En esta entidad, lo anterior es parte del modus operandi de Los Zetas, según personal de investigación de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (perteneciente a la Procuraduría General de la República). Los casos de Carolina y Sara abren una mirilla hacia un fenómeno de dimensiones incalculables.

Teresa Ulloa, directora regional de la Coalición Internacional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas, y quien se ha especializado en rescatar a víctimas de trata, comentó que en esta “industria de la clandestinidad, hay alguien que recluta y alguien que jaquea y borra de las computadoras cualquier información que los relacione con la comisión del delito”.

Así se tienden las redes

Carolina es atractiva y esbelta, de uno 1.65 de estatura y tez blanca, lo cual habría llamado la atención de los enganchadores. Cuenta que a través de la página que creó en Metroflog.com la contactó alguien que se hizo pasar por un joven interesado en escucharla cantar para, eventualmente, recomendarla con las empresas discográficas que la convertirían en estrella de rock. “Empezamos a intercambiar mensajes. Me preguntó muchas cosas sobre mí, me contó cómo era él. La verdad, le creí todo”.

El falso buscador de talentos —siempre según el testimonio de Carolina— la convenció de viajar en un autobús de segunda clase a la ciudad de México (lo cual tenía por intención dificultar su rastreo), donde se presentaría en un casting. El 2 de enero pasado salió de Tierra Blanca, Veracruz —donde festejó el año nuevo con unos familiares—, a encontrarse con su destino, dijo a la vendedora de Autobuses Unidos al comprar el boleto.

Los operadores del camión, según consta en la averiguación previa iniciada por la Procuraduría General de Justicia de Oaxaca (024/12009), declararon que Carolina descendió en la Terminal del Autobuses de Pasajeros de Oriente (conocida como TAPO). Ahí se le perdió el rastro.

Ulloa afirmó que cuando las recogen en las centrales de autobuses los enganchadores continúan su farsa, pero apenas subiéndolas a los vehículos donde las trasladarán a su destino, les revelan sus verdaderos planes. Carolina confirmó que desde el primer día fue golpeada. La llevaron a “una casa muy fea y sucia. Había unos 20 cuartos. Escuchaba las voces de otras chavas con las que nunca pude hablar. El baño estaba afuera y muy pocas veces me dieron permiso de bañarme. La comida me la llevaban al cuarto. Una semana me castigaron y no me dieron de comer, sólo agua; por eso bajé como 10 kilos”.

Después de una pausa, dijo aprehensiva: “Ya no quiero hablar de eso, si sigo diciendo cosas van a regresar por mí y me van a volver a llevar con esa señora que tanto me maltrataba, y ahora si me van a llevar a Estados Unidos”.



“Los Zetas” de acá

Personal de la AFI asignado al istmo de Tehuantepec sostuvo que esta región es considerada estratégica tanto para el tráfico de armas y drogas, como para el de personas.



Funcionarios de procuración de justicia federales y del estado de Oaxaca coincidieron, a su vez, en que desde hace dos años Los Zetas (o la organización delincuencial que se hace llamar así en esta zona) literalmente tomaron “el control de la zona del Istmo de Tehuantepec” y desde entonces, aparte del auge de secuestros, robo de autos y asesinatos de policías, se han especializado en “robar chicas para prostituirlas”, un delito menos perseguido que el narcotráfico, aunque igualmente lucrativo.

La cadena delictiva creada por Los Zetas y por otros grupos dedicados a este delito, completó Teresa Ulloa, implica a “gente encargada de convencer a las adolescentes; otro que traslada a las muchachas engañadas; otro más que las recibe; otro que las cuida; uno más que las explota y, por supuesto, el cliente que abusa de ellas, porque, al final, el motor que mueve toda esta industria gira en torno a quienes compran pornografía y alimentan la prostitución de menores”. Esto confirma los testimonios de Carolina y otras jóvenes entrevistadas.

Este negocio genera mejores ganancias que el narcotráfico, porque a las niñas y mujeres las explotan hasta cinco o 10 años.

“Venden sus cuerpos en promedio 20 veces al día en 40 y hasta 60 dólares; sin embargo, una dosis de droga, en cuanto la entregan se acaba la ganancia”. Sólo la “venta” de la virginidad de cada una de ellas en improvisados congales de cuartuchos de ladrillo, cortinas pringosas y catres, llega a costar entre 6 mil y 8 mil dólares, revela el informe la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas, en América Latina y el Caribe, dado a conocer el 23 de marzo anterior.



La prensa, un factor

Ivette, su madre, buscó a Carolina durante 64 tortuosos días, hasta que el jueves 5 de marzo, cerca de las seis de la tarde, recibió una llamada a su teléfono móvil: “Ve mañana a la ciudad de Querétaro, ahí te vamos a entregar a tu hija. Apaga desde ahorita el celular y no le digas nada a nadie; mañana lo prendes como a las cuatro y te damos más detalles”.

Siguió escrupulosamente las instrucciones, temiendo que los secuestradores cambiaran de opinión. En un parque del centro de la ciudad de Querétaro esperó horas, hasta que su hija apareció a lo lejos, acompañada de dos sujetos que a cierta distancia la dejaron para que caminara hasta su madre.

El de Carolina es un caso excepcional; obedeció a que Ivette fue a la prensa. Autoridades de la Procuraduría de justicia oaxaqueñas y un ex agente federal dedicado a la recuperación de personas secuestradas que pidió omitir su nombre por seguridad, coincidieron en que “cuando estos criminales ven que la familia de alguna de las muchachas reclutadas hace escándalo público, prefieren regresar a una que arriesgar a la mayoría que ya están produciendo para su negocio”.

Carolina tiene la espalda adolorida; se le infectaron las quemaduras de cigarro que le hizo una mujer de unos 28 años que tenía la orden de “obligarme a obedecer a como diera lugar”.

La organización Fray Julián de Garcés, de Tlaxcala, publicó el libro Un grito desesperado, en el que narra que las mujeres que forman parte de la red son las que inician a las jóvenes secuestradas.

Les enseñan a “estar dispuestas en todo momento para atender a los clientes y se convierten en los ojos del proxeneta”, añade la activista Teresa Ulloa, aplicándoles “los castigos a las nuevas, y se vuelven tanto o más violentas que los tratantes porque tienen una fuerte carga de resentimiento, ya que ellas también fueron reclutadas, explotadas y maltratadas”.

“Es un espiral de sufrimiento para miles de mujeres y niñas que, desgraciadamente, está lejos de romperse; al contrario, creo que la crisis económica mundial y la guerra contra el narcotráfico provocarán que este ilícito crezca”, concluye.

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OAXACA DE JUAREZ, MAGON Y ZAPATA ,APPO 2011, http://todoelpoderalpueblo.blogspot.com