Insostenible, la imagen de México como Pais respetuoso de los derechos humanos
En su sexta visita a México, esta organización mayoritariamente europea abarca el análisis de las condiciones humanitarias de Chiapas a diez años de la matanza de Acteal, de Atenco a dos años de la ocupación policiaca y Oaxaca a dos años de la represión del movimiento popular. Después de las jornadas de trabajo de 10 días por el sur y el sureste, donde sostuvieron más de 240 entrevistas individuales y colectivas, la misión está concentrada ahora en el Distrito Federal, donde el lunes tendrán una reunión con los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con quienes dialogarán sobre las investigaciones en curso de los operativos represivos de Acteal y Oaxaca. También serán recibidos por funcionarios de las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores y Seguridad Pública, así como de la PGR.
Además lograron una autorización extraordinaria para ingresar al penal del Altiplano –antes La Palma– para reunirse con los tres militantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra que permanecen en dicha prisión.
Concluirán su visita el martes 19 con una conferencia de prensa en la que darán a conocer sus conclusiones preliminares.
Entre tanto, Iñaki García, quien además dirige el Colectivo de Solidaridad con la Revolución Zapatista de Barcelona, adelanta para La Jornada algunas de las impresiones de las primeras semanas de trabajo.
“Constatamos que las denuncias se multiplican en todos lados, que la conflictividad en Chiapas y Oaxaca, lejos de resolverse, se ha agudizado y que los mecanismos burocráticos –CNDH, comisiones estatales, oficinas de derechos humanos en casi todas las oficinas de gobierno de todos los niveles, en la (Secretaría de la) Defensa, en las corporaciones policiacas– carecen de legitimidad de cara a las víctimas. Casi nadie recurre a ellas.”
No es casual, subraya, que en un lapso breve hayan coincidido visitas de observación de Amnistía Internacional, HRW, la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU y la CCIODH. “Esto demuestra la viva preocupación que hay en el mundo por lo que pasa en México, a pesar de los esfuerzos diplomáticos del gobierno por parecer progresista en los foros internacionales. Los intereses económicos y comerciales hacen callar a muchos gobiernos que saben de la impunidad, la falta de eficacia policiaca, la falta de independencia del Poder Judicial. Pero hay casos paradigmáticos –como los feminicidios y el de Lydia Cacho– que rompen el consenso al nivel de la opinión pública y México es reconocido como un país con una grave problemática”.
El coordinador de la misión explicó que en Chiapas, entidad en la que la CCIODH realizó tres misiones anteriores (1998, 1999 y 2002), los observadores encontraron, a diez años de la matanza de Acteal, un escenario inestable, donde los conflictos y las denuncias de violaciones se multiplican y en el que los cauces institucionales no generan confianza a las víctimas. “Cierto que no es la misma virulencia que había en el gobierno de Roberto Albores y su embestida contra los municipios autónomos. Pero hay elementos de paramilitarismo y despojos de tierras y un perfeccionamiento de la mecánica represiva que mantiene abiertos todos los frentes de conflicto”.
El grupo tuvo dos reuniones con el gobernador Juan Sabines y su equipo. “Ahí escuchamos palabras de buena voluntad, el problema es que no se traducen en hechos. Un ejemplo es que aunque prometió revisar los expedientes de los presos políticos, no sólo no lo ha hecho sino que siguen entrando opositores (al gobierno) a las cárceles”.
Por otra parte, a partir de las reuniones que sostuvieron con bases de apoyo y juntas de buen gobierno, “constatamos que estas formas de autogobierno se han legitimado, han contribuido a la gobernabilidad y a la solución no violenta de conflictos. El mismo gobernador reconoce que las juntas zapatistas llegan a cubrir mejor las necesidades de salud de sus comunidades”.
Las jornadas de trabajo en Oaxaca, por otra parte, arrojaron luz sobre aspectos que no habían sido contemplados en la misión anterior, en diciembre de 2006 y enero de 2007. En tres días de trabajo, sólo en la capital estatal, acudieron 150 personas a presentar denuncias. Lo mismo fueron víctimas de tortura, familiares de desaparecidos o asesinados que ciudadanos con conflictos con distintas instancias, inquilinos, comerciantes, padres de familia de niños violados en las escuelas. “Esto evidencia que no hay un cauce institucional; no hay instancias oficiales legitimadas ante los ojos de las víctimas. La Comisión Estatal de Derechos Humanos sólo genera desconfianza. Y el gobierno de Ulises Ruiz –que no recibió personalmente a la misión– controló al movimiento popular, pero dejó abiertas muchas heridas”.
Lo que se constató, dijo García, “es que la impunidad ha envalentonado a elementos abusivos; que el gobierno no ha cambiado su talante autoritario, lo que ha tenido un costo social y sicológico muy alto. Aunque el desgaste ha sido durísimo, el magisterio, la APPO y la solidaridad entre barrios de la ciudad empieza a superar el miedo. De ahí la avalancha de denuncias que se expresaron”.
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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