LA PAROTA: UNA PROVOCACIÓN DEL GOBIERNO2 de Sep./2008Engallados -como se dice coloquialmente-, por las declaraciones del secretario de Gobernación federal, Juan Camilo Mouriño acerca de que el proyecto de la presa La Parota sigue vigente, los diversos personajes de gobierno y de la iniciativa privada, así como su corte de lacayos, han vuelto a insistir acerca de esta presa. Y aunque la declaración de Mouriño en el sentido de que se buscarán otros interlocutores pues los actuales ya están muy desgastados, puede ser interpretada de diversas formas, creo que a lo que se refiere es, antes que nada, a que el gobierno federal, ya no la CFE, tomará en sus manos el asunto. Espero que no se refiera a dejar de tomar en cuenta a los habitantes del área donde pretende construirse la presa, porque eso sí estaría grave. Habrá que esperar porque hasta ahora ni siquiera el gobierno estatal tiene claro el significado preciso de esta declaración o, por lo menos, el subsecretario de Asuntos Políticos, Israel Soberanis Nogueda, no lo tiene. Algunos de los personajes interesados en que este proyecto se realice, han llegado a plantear la posibilidad de que se haga una consulta (supongo que parecida a la de la reforma energética). Sin embargo, a estas personas se les olvida (o desconocen) que dicha consulta ya ha sido realizada. Como nos recuerda el doctor Octavio Klímek (Sobre consultas y La Parota. El Sur Ago-09-08) “La primera consulta pública fue en torno al proceso de evaluación del impacto ambiental realizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Utilizando los medios legales, un grupo de habitantes de la zona a ser afectada por el proyecto de La Parota solicitaron la consulta pública a la Semarnat, como lo establece la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en su artículo 34, así como en los artículos 4, 26, 40, 41 y 43 del reglamento en materia de impacto ambiental. La consulta pública tuvo su momento culminante cuando se realizó una reunión pública de información el 24 de agosto de 2004 en el Centro de Convenciones de Acapulco. Ahí concurrimos todos aquellos que queríamos opinar sobre el proyecto”. El consenso en esa reunión fue en contra de la construcción de la presa. A pesar de ello, la Semarnat avaló los estudios de impacto ambiental y le dio luz verde a la propuesta. Los comuneros, desde entonces, han hecho uso de los recursos que la propia ley les otorga y han triunfado en todas sus instancias Cabe recordar, al momento de escribir estas líneas, que hoy, 12 de agosto, se cumple un año de una asamblea decisiva en donde se rechazó la construcción de la presa ¿Por qué, entonces, revivir una propuesta que sólo ha generado encono entre los habitantes del lugar, agresiones y hasta división entre familias? ¿Por qué muchos que se expresaron en contra de la consulta sobre la reforma energética ahora proponen una para La Parota? ¿Quién y cómo la va a organizar? ¿Consultarán a todos los guerrerenses o sólo a los que se verán directamente afectados? Éstas y otras interrogantes adquieren relevancia, no sólo por la declaración del secretario de Gobernación, sino también por dos hechos importantes. Uno, El lunes 4 de este mes, la vicepresidenta española María Teresa Fernández de la Vega, anunció en Acapulco que el gobierno español aportará, a fondo perdido, 35 millones de dólares para el saneamiento de la bahía. Cabe aquí el sospechosismo -como dijera el clásico-, lo que nos lleva a pensar que las compañías españolas están interesadas no sólo en la reforma energética, sino también en el agua (como negocio, por supuesto). El otro hecho son las declaraciones del secretario de Desarrollo Económico, de Guerrero, Jorge Peña Soberanis acerca de que “La obra se hará y se espera que inicie el próximo año, casi inmediato de que pase el proceso electoral y los nuevos alcaldes y diputados empiecen sus mandatos” (La Jornada Guerrero Ago-10-08). Por su parte, los opositores a la presa, agrupados en el Cecop (Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a La Parota) han reiterado su negativa al proyecto ¿Lo impondrán a sangre y fuego? Por el bienestar de los guerrerenses y hasta del país, ni siquiera deben intentar hacerlo así. Hasta la próxima. |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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