LA ESTRATEGIA DEL "DESARME SOCIAL"

Movimiento Magisterial y crisis alimentaria

Sunday, 08 de June de 2008

Isonomía ALBERTO ALONSO CRIOLLO El gobierno federal actuó con prudencia y decidió obligar a la maestra Elba Esther para que emitiera la Convocatoria de relevo de dirigencia seccional con lo cuál se desarman posibles movilización en la capital. Ahora todo el conflicto se queda aquí; mientras que el nivel federal, se desenreda. Y aquí es un galimatías, porque el gremio magisterial ya percibió la ventaja estratégica del actual escenario en donde puede hacer más reclamos exitosos. El gobierno tiene presente el enorme riesgo de utilizar la mano dura otra vez, lo cuál significa que ha bajado el costo o el riesgo de participar en una acción colectiva de protesta. Y no es que el grupo de los "duros" haya perdido su vocación represiva. Lo que sucede es que el propio gobierno tiene una gran cantidad de problemas que atender, entre los que están, no, solo los que amenazan la gobernabilidad, la seguridad, las finanzas y el futuro político sino los que se están construyendo en torno al efecto de la gran crisis económica que ya la gente está discutiendo en las calles. Por un lado los maestros saben que no pueden estar demasiado tiempo protestando; porque en la propuesta de reivindicaciones que enarbolan, no se incluyó a la sociedad; por tanto las comunidades no se sienten identificadas con la lucha y exigen atención para sus hijos. Sin embargo, por otro lado, también perciben que están actuando en una circunstancia política favorable, como no sucedía en los últimos dos años. En esa lógica, esa circunstancia hay que aprovecharla. Por lo menos en lo que corresponde a la lucha por la devolución de las escuelas que todavía tiene en su poder la sección 59. La aportación del gobierno federal al control de las movilizaciones magisteriales en el 2008 han sido importantes y ahora le toca al gobierno estatal. Por lo pronto las circunstancias parecen indicar que lo más sano es evitar la confrontación a toda costa. En la prospectiva para este 2008 se contemplaba, adicional a toda la problemática política, la de los efectos de la crisis económica generada por la desaceleración de la economía gringa. Efectivamente ese problema se está dejando sentir y ya se expresa en bajísima proyecciones de crecimiento. Sin embargo, la gran dificultad no prevista por el gobierno federal y estatal es el problemón derivado de la inflación de productos alimenticios. Es un fenómeno extraordinariamente interesante en el sentido de que parece haber esfuerzos denodados del gobierno de tratar a este problema si no existiera, como algo "sin" o de relativa importancia. Sin embargo, un problema de esa magnitud no puede pasar desapercibido y la gente ya puso el grito en el cielo. Falta ver la expresión en protesta política de tal problema Y el asunto, como lo han abordado algunos analistas, tiene un potencial explosivo indiscutible. Ahí está la gran novedad del 2008 que hace más adversa la situación social de los mexicanos y que se convierte en el trasfondo peligroso de todos los escenarios de confrontación política. Por lo pronto los maestros no tienen pretexto para irse a protestar a la Ciudad de México. Ellos tendrán que entretenerse con los conflictos locales que pueden ser resueltos, por lo menos parcialmente, para poder terminar el ciclo de movilizaciones de este año. Mientras tanto se gana tiempo para que los maestros se concentren en la lucha por la designación de su dirigente sindical. Comentario a esta columna albertoalonsoc@rioaxaca.com