Grupos paramilitares incursionan en la comunidad Santo Domingo Ixcatlán y asesinan al presidente de bienes comunales y a dos campesinos más. La CIDH exige medidas cautelares a favor de 60 testigos de los hechos y Amnistía Internacional solicita que se indaguen los vínculos entre el grupo de hombres armados y la policía preventiva del estado. Los asesinatos de un dirigente comunero y dos personas más, cometidos el 30 de abril en la comunidad Santo Domingo Ixcatlán –municipio de Tlaxiaco, Oaxaca– se suman a la serie de vejaciones y ejecuciones que grupos paramilitares han realizado en los últimos meses en la zona. El pasado 19 de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) propuso medidas cautelares a favor de 60 testigos y familiares de las víctimas. Asimismo, en la referencia MC-113-08 dirigida al gobierno de México, la CIDH solicitó el informe correspondiente y la adopción de las medidas necesarias para garantizar la vida e integridad física de los habitantes de la comunidad. Amnistía Internacional también reconoció las versiones de los denunciantes y criticó que, hasta ese momento, no se ejecutaran las órdenes de detención pendientes contra al menos una decena de personas. Además solicita que se indaguen los vínculos entre el grupo de hombres armados y la policía preventiva del estado. “Las autoridades de los estados con una importante población indígena, especialmente los del sur, como Oaxaca, a menudo incumplen su deber de proporcionar servicios esenciales a estas comunidades y permiten a los caciques mantener el control de las comunidades y cometer impunemente delitos, incluidos asesinatos”, suscribe el pronunciamiento. Para el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas (Cedhapi) los hechos suscitados en la región chatina de Juquila, Temazcaltepec –la desaparición forzada del regidor indígena Lauro Juárez (Contralínea 99), la persecución de los denunciantes– y las ejecuciones en Santo Domingo Ixcatlán “no son casos aislados”. Mauricio Santiago Reyes, representante del Cedhapi, atribuye los asesinatos al incremento de la actividad paramilitar y la instrucción de por lo menos un agrupamiento armado que se capacita en el territorio, disputado por dos comunidades de la región mixteca. En ambos casos –indica–, el incremento de actos de violencia por grupos paramilitares se vincula a las ambiciones por las estructuras del poder local y estatal que intervienen en los conflictos políticos y sociales de los municipios oaxaqueños. “El saldo es un alto índice de personas encarceladas, desaparecidas, torturadas y asesinadas”, dice. Enrique González Ruiz, miembro de la comisión de intermediación entre la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Ejército Popular Revolucionario (EPR), argumenta que las acciones paramilitares en Oaxaca estarían vinculadas al convenio firmado por los gobiernos federal y estatal en diciembre de 2006 (publicado en el Diario Oficial de la Federación el 13 de diciembre del mismo año). “La alianza que (Ulises Ruiz) hizo con el gobierno federal le ha permitido imponer un gobierno caciquil que se finca en la violencia y que se ejerce contra la población. Es una alianza obvia con el gobierno impuesto de Felipe Calderón y con los caciques regionales. El propósito es recuperar espacios después de la brutal represión contra la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO)”. Luego de la firma del convenio, se recrudeció la violencia en los municipios. “Después del repliegue de la APPO, Ulises Ruiz pretende infundir temor y evitar la organización dentro de las 16 regiones indígenas de Oaxaca”, aduce el también representante del Frente Nacional Contra la Represión. La masacre agraria En la comunidad de Santo Domingo Ixcatlán, la violencia comenzó con el nombramiento del anterior presidente municipal, Freddy Eucario Morales Arias, a quienes los familiares de los asesinados acusan de ser el ejecutor de los crímenes y de dirigir a uno de los supuestos grupos paramilitares de la región. Según los testimonios recabados, la comunidad de Chalcatongo de Hidalgo –pueblo del que es originario el gobernador– reclamó terrenos de la comunidad de Santo Domingo Ixcatlán. Dichos predios supuestamente son utilizados para la capacitación de grupos paramilitares. Además, la prima hermana de Ulises Ruiz, Guadalupe Susana Ruiz, presidenta municipal de Chalcatongo, estaría gestionando la compra de las tierras por 40 millones de pesos. El pasado 30 de abril, Melesio Martínez Robles, de 60 años, secretario de Bienes Comunales del municipio; Gustavo Castañeda Martínez, de 25, e Inocencio Medina Bernabé, de 51, fueron asesinados ante la mirada de vecinos y familiares. Testigos del hecho aseguran que el ataque fue perpetrado por un escuadrón de entre 40 y 50 individuos uniformados con vestimenta negra. Golpearon de manera tumultuaria a Gustavo Castañeda; después de bañarlo con gasolina de su propio automóvil, el grupo armado le prendió fuego cuando aún se encontraba vivo. Según los testigos –para quienes la CIDH solicitó las medidas cautelares al gobierno de México–, Freddy inició la golpiza asestando un cachazo con su arma a la primera víctima. Castañeda murió calcinado mientras pedía auxilio en el interior de su automóvil. Al acudir en su ayuda, Melesio Martínez Robles, familiar de la víctima, recibió un balazo en el rostro con arma de fuego de alto calibre. Inocencio también fue acribillado. En entrevista con Contralínea, algunos testigos –plenamente acreditados, pero que solicitan mantenerse en el anonimato– dicen que Freddy y el actual síndico, Artemio Jiménez Martínez, daban órdenes conjuntas a policías municipales y a los integrantes del escuadrón armado. Comuneros también detallaron las vejaciones y la celebración que entre el grupo armado se produjo en alarde a las acciones cometidas. “Proferían amenazas y disparaban a los familiares mientras regaban por la calle principal los restos de uno de lo asesinados, que fue descuartizado”. A razón de las ejecuciones, se levantó la averiguación previa 130/2008 en la que familiares y testigos también denunciaron que personal de apariencia militar fotografiaba a miembros de la comunidad durante el traslado de los cadáveres. María de la Luz Martínez, hija de una de las víctimas y pareja de otra, relata que de manera directa también fue amenazada por Freddy Eucario Morales. Con un arma de fuego que colocó en su cabeza: “Me entregó un oficio supuestamente firmado por la AFI que citaba que yo estaba demandada bajo cargos de narcotráfico”. La AFI desconoció el documento y –explica– lo calificó de apócrifo. Los comuneros denuncian que en el paraje conocido como Los Reyes, Freddy Morales hizo un campo de entrenamiento. Ahí capacitaría a hombres e incluso niños con armas de alto poder. Según señalamientos de María de la Luz, y del representante del Cedhapi –quienes también fueron amenazados–, Freddy Eucario Morales Arias actuó de manera represiva contra el regidor del municipio y familiares por oponerse a entregar los predios que por derecho le corresponden a Santo Domingo Ixcatlán. “Mi padre, como síndico de Bienes Comunales, estaba en desacuerdo respecto a la negociación que realizaba Morales con intereses particulares de personas de Chalcatongo, cuyo propósito era realizar la venta de tierras para la explotación de los recursos naturales que sabemos existen en esta región”. La víctima y familiar de dos de los ejecutados denuncia públicamente al diputado local Rogelio Sánchez Cruz de proteger y tratar de encubrir a Freddy Eucario Morales; al delegado del gobierno en Tlaxiaco, Martiniano Hernández Cortés, por negar los hechos y que éstos estén relacionados con el conflicto agrario que esa población mantiene desde años atrás. “También nos constan sobrevuelos de aeronaves en la región, de helicópteros”. Responsabiliza del acoso al exsecretario de Gobierno del estado, Jorge Franco Vargas. Pese a que el expresidente municipal Freddy Eucario fue detenido, el ambiente de inseguridad prevalece en la región mixteca por la presencia de comandos armados y por las amenazas proferidas. Pactan violencia Humberto Guerrero, director de Incidencia de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos dice que actualmente existe un proceso de insertar criminales en las comunidades oaxaqueñas. Se trata de personas que pertenecen a grupos que generan actos violentos: secuestro, desapariciones, ejecuciones, violencia sexual. El representante considera que en este conflicto social y político las mujeres son quienes sufren mayores actos de violación a sus garantías pues, dice, “son el botín de guerra”. Ejemplifica con el caso de las ejecuciones de las dos comunicadoras triquis: “Las autoridades estatales no se pueden excusar de aclarar estos hechos”. Pero, al cierre de esta edición, ni la Procuraduría General de Justicia ni la Comisión de Derechos Humanos de Oaxaca respondieron a las solicitudes de entrevista que se solicitaron. En la opinión de Enrique González Ruiz, investigador y académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, “en Oaxaca la violencia no va a parar, porque es parte de una guerra sucia en la que están coludidos los gobiernos federal y estatal”. Y es que, dentro del acuerdo firmado en diciembre de 2006, las representaciones gubernamentales convinieron específicamente guardar en todo momento la confidencialidad de las actividades de inteligencia y contrainteligencia; así como la reserva de la información de seguridad nacional y la oportunidad de su denuncia. El investigador y luchador social opina que como Ulises Ruiz permanece impune por todos los crímenes que se le atribuyen desde el conflicto con la APPO, “no tiene ninguna razón para dejar de seguir cometiendo atrocidades. Él decide sobre la vida y la muerte de los oaxaqueños y está actuando en consecuencia. Él se convirtió en el señor de horca y cuchillo”. Quienes firmaron el Convenio de Colaboración en el Marco de la Ley de Seguridad Nacional entre el Gobierno Federal y el Estado de Oaxaca, en diciembre de 2006, fueron: por la federación, Carlos Abascal, secretario de Gobernación y Jaime Domingo López, director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional; y por el estado, Ulises Ruiz Ortiz, gobernador de Oaxaca; Heliodoro Díaz, secretario de gobierno, y Lino Celaya, secretario de Protección Ciudadana. Esta alianza, que posee una vigencia indefinida, suscribió la oportunidad que sin precedentes representa el trabajo conjunto entre los dos niveles de gobierno “en el fortalecimiento de la seguridad de la nación, la preservación de la democracia y la prosperidad económica de nuestro país”. Revista Contralínea / México Fecha de publicación: 01 de junio de 2008 | Año 7 | No. 103
Ulises y paramilitares aterrorizan la mixteca oaxaqueña
Alba Martínez
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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