Otra vez el reloj marca la Hora Sexta. El pasado 4 de junio una columna integrada por "dos carros grandes de soldado y 3 carros chicos de soldado y 2 carros de seguridad pública, 2 carros de policía municipal y una tanqueta y un carro de PGR" intentaron entrar a La Garrucha, sede del Caracol de Resistencia Hacia un Nuevo Amanecer; según comunicado de la Junta de Buen Gobierno "El Camino del Futuro". Al llegar a la posición de Patiwitz, se incorporaría otro convoy y la columna avanzaría hasta la ranchería Rancho Alegre, conocida como Chapuyil, donde los soldados y agentes bajaron de "sus carros y agarra[ron] rumbo al pueblo de Hermenegildo Galeana, donde todos y todas son bases de apoyo zapatistas, acusando que en ese pueblo tienen sembradillo de mariguana". La respuesta fue contundente: los niños, niñas, mujeres y hombres de Galeana repelieron la acción militar con machetes, palos, piedras y resorteras; los soldados dijeron que regresarían en quince días y que pasarían "a huevo", no sin antes intentar tomar otro rumbo para "bajar en otro poblado llamado San Alejandro, pueblo zapatista bases de apoyo", donde ya esperaban "9 carros con 50 soldados y 10 policías municipales [que] dejaron pisoteado el sembradillo de maíz, que es único alimento del pueblo para vivir". La tarde de hoy, 7 de junio, decenas de organizaciones de la Otra Campaña se reunieron en el auditorio Ernesto Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM para estudiar la situación y acordar algunas acciones que pongan coto a ésta nueva agresión, que no viene sino a sumarse a la escalada de provocaciones que desde hace meses las propias Juntas de Buen Gobierno han venido denunciando y que durante mayo se acentuaron. El argumento, burdo y falaz, es el mismo que el Ejército federal esgrimió hace tres años y frente al cual el Ejército Zapatista de Liberación Nacional se declaró en Alerta Roja: el cultivo de enervantes en zona controlada por el zapatismo. Probablemente aquella vez la situación política no dio para más, el país pasaría por un proceso electoral donde el Ejecutivo necesitaba de todas sus canicas para ganarle al candidato de la izquierda partidista "en las urnas" y una incursión militar le restaría puntos en su desaforada revancha; las Fuerzas Armadas tuvieron entonces que recular una vez más, en espera de una ocasión más propicia, ya que se haiga hecho lo que se tenía que hacer para asegurar "el triunfo" del delfín blanquiazul. Pero hoy la ocasión parecer haber llegado. En estos tres años, el avance en México de esa estrategia de la Doctrina de Guerra de Baja Intensidad que es el supuesto "combate al narcotráfico" parece estar rindiendo frutos: la militarización se ha vuelto PAN de todos los días y la lección del Pentágono a los militares que olvidaron aquello del "mas si osare un extraño enemigo" tiene en los medios de comunicación oficialistas a sus principales portadores para "ganarse las mentes y los corazones" de la gente. Por fin, la opinión pública opina, como dijera Quino, lo que opina la opinión privada: las Fuerzas Armadas están emprendiendo una lucha sin cuartel en contra del narcotráfico "para que no lleguen las drogas a tus hijos", como reza un patético spot del gobierno federal. Ahora sí, por fin, todo mundo, incluyendo a buena parte de los defensores de derechos humanos, parece estar en sintonía con la idea de que el "combate al narcotráfico" es una lucha de toda la sociedad y nadie, na-die, puede estar "fuera del imperio de la ley". "Imperio de la ley"… "imperio de la ley"… mmm… a ver. ¿Un gobernador que vende pollos y huevos traficando con drogas?: No. ¿Un gobernador cuya policía secuestra y tortura eperristas?: No. ¿Un gobernador que por más piadoso que sea manda a chingar a su madre a sus gobernados?: No. ¿Un gobernador que secuestra periodistas porque es amigo de pederastas?: No. ¿Un gobernador que se siente orgulloso de que sus policías violen a decenas de mujeres, quien les manda ser amigas de "macheteros"?: No. ¿Un jefe de gobierno que se toma fotos con éste mismo gobernador, al fin que él también manda a sus policías a que desalojen a personas acusadas de narcomenudo, no importa que no tenga pruebas de ello?: No. ¿Un gobernador que otorga financiamiento a paramilitares?: No. ¿Un gobernador que busca hacer negocio con la basura y que sigue los pasos de destrucción ambiental de sus antecesores?: No. ¿Un gobernador que hará negocio con la destrucción del cerro que es ícono del escudo del estado que gobierna?: No. "Imperio de la ley"… "imperio de la ley"… ¡Claro! ¿Qué se creen ésa bola de indios remisos para llevar a la práctica unos acuerdos firmados por el Gobierno federal, que además se enmarcan en la suscripción de convenciones internacionales que luego fueron ratificadas por el Senado de la República?... ¡Eso sí está fuera del imperio de la ley! Pero antes, hagamos una prueba; como cuando ocasionamos aquél accidente contra la hermana de Samuel Ruiz… Tatic Samuel, ¡qué cursi!... Si nadie hace nada, igual que entonces, será señal de que podemos seguir con el plan. A raíz de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y de su deslinde sin medias tintas para con el lopezobradorismo puesto de manifiesto desde La (imposible) ¿geometría? del Poder en México, el EZLN y lo que luego se llamaría la Otra Campaña se convirtieron en la diana donde han ido a parar la mayoría de los dardos que el terrorismo de Estado lanza contra los movimientos y luchas que cuestionan el statu quo del sistema-mundo capitalista al que sirve. No es de sorprenderse, el mismo EZLN lo sabía y por eso desde 2005 le había devuelto a sus militantes la palabra empeñada en enero de 1994; nos lo advirtieron los analistas, politólogos y opinadores de lo que el Subcomandante Insurgente Marcos llamaría el "lopezobradorismo ilustrado", cuando nos acusaron de estarle haciendo el juego a la derecha olvidando que habían sido ellos quienes en 2000 llamaron a votar por Fox. Lo malo de desear algo con todas tus fuerzas, dicen por allí, es que puede llegar a cumplirse. Hoy, hoy, hoy, como dijera alguna vez el nunca bien ponderado lector de José Luis Borgues (porque si se le hubiera ponderado como merece estaría en la cárcel), la izquierda partidista y sus convencionistas, todos muuuy democráticos, se acarician las manos esperando el golpe que ponga punto final a esa pesadilla que es la dignidad zapatista: "mira que querer un lugar en esta nación, si ni siquiera se han manifestado a favor de la defensa del petróleo". Pero no nada más sus predicciones se han cumplido. Hace 14 años, cuando se acusó al zapatismo de balcanizar al país, no fuimos pocas las voces que dijimos que lo que sucedería es la colombianización de México. Hoy, hoy, hoy, los gobiernos, sean la doble caricatura del espurio o el legítimo, a nivel federal, estatal y municipal, están participando casi todos en el negocio del narcotráfico; las fuerzas armadas del narcoestado entrenan, por lo mismo, a quienes tarde o temprano terminarán sumándose a los grupos de sicarios de los cárteles de la droga, y los medios de comunicación repiten a coro las alabanzas a la militarización del país, que no contiene ni la violencia ni el mercado de narcóticos (porque no debe hacerlo: hay que garantizar que la mercancía llegue al consumidor tras el Río Grande); pero garantiza el control de una disidencia que pueda poner fin, de verdad, al magnífico negocio de la droga. Así, los desgobiernos legítimo y espurio, sea con el silencio cómplice como en mayo de 2006, sea con el usurpado mando de la Fuerzas Armadas como desde diciembre del mismo año, permiten el hostigamiento a las comunidades y pueblos zapatistas bajo acusaciones de cultivo de enervantes y la burda escenificación de enfrentamientos entre zetas y preventivos estatales; mientras sus legítima o espuriamente gobernados (sic) cantan en canon (pues cada quien sus motivaciones): se lo merecen. Sin embargo, como dijera aquél: "falta lo que falta". -- www.sebastianliera.com.mx |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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