¡Negro!Sociedad abiertaERNESTO REYES Asociado a la vieja costumbre de votar el primer martes de noviembre, después del recordatorio para católicos de los fieles difuntos, pero sobre todo para no perjudicar a los agricultores que debían recorrer grandes distancias hacia los centros de votación, este martes resultó negro para los republicanos estadounidenses que perdieron el poder presidencial. La tersura y humildad con la que Mc Cain aceptó su derrota – lo cual es normal en un proceso democrático- contrastó con las andanadas verbales de la campaña contra el joven presidente electo, un hombre de color ( es común decirle negro aunque suene peyorativo) cuya carrera es resultado de un esfuerzo familiar y profesional que contrasta también con el talante de la mayoría de sus antecesores en el cargo. Barak Obama, nacido en Honolulu, de padre keniano alcohólico, y madre asiática, ha tenido que remontar primero las difíciles condiciones de cuna, la inmigración y su condición de raza. Los expertos lo clasifican como mestizo, aunque predomine la herencia paterna. Aún así, en el discurso que le escuchamos el martes ante miles de personas reunidas en un parque de Chicago, Illinois, conocimos a un Obama que sabe hablar al corazón de las personas, aunque sus detractores, incluso negros, lo acusen de pensar como blanco. John Carlin, analista de El País, considera sin embargo que es bueno para la América negra que se le perciba como negro, pues manda un mensaje de un valor incalculable hacia el victimismo ancestral de los afroamericanos, los descendientes de los esclavos ( los marginados de las oportunidades ) que por dicha condición ha inhibido la evolución de este sector de la población en lo económico, lo político y lo social. El ver que un hombre del mismo aspecto que ellos ha llegado a las alturas más elevadas de la política estadounidense, tiene que servir para la población afroamericana como incentivo y como gran golpe de confianza para este sector que por primera vez verán a uno de su mismo color sentado en la Casa Blanca, que no sólo por el color tiene esta denominación, sino porque ahí han gobernado más presidentes de un mismo color aunque con variado pensamiento e historia. Inmigrante con ingresos y nivel educativo similares al que tienen los de la clase media del país, Obama vio en la Ciencia Política, y luego en la carrera de Derecho, la oportunidad de contribuir a mejorar las condiciones de sus iguales, cosa en la que insistió en su campaña donde no dejó resquicio para que la contienda se definiera por cuestiones de raza ni de color. Acaso se desmarcó, incluso de sus camaradas demócratas al proponer políticas sociales de mayor profundidad que las que planteó la senadora Clinton, y por ello le ganó la candidatura. Ganar a un experimentado senador republicano en el marco del inicio de la crisis financiera que hizo tambalear en la recta final de la contienda a los mercados del mundo, apoyado paradójicamente en una mejor recaudación de fondos para su campaña, fue producto sin embargo del acierto en su estrategia, basada en las nociones de cambio y esperanza que les ofreció a sus connacionales. No por poco que los electores de diferentes razas y procedencias, incluidos los blancos depositaran su confianza en un hombre joven que aunque no ha definido todavía la forma de asumir los retos ante el mundo en temas cruciales, en las palabras dirigidas a sus seguidores, se mostró con carisma y capaz de ser congruente con la conmoción que ya desató. Falta ver que las palabras correspondan a los hechos, una vez que teniendo mayoría en el Senado y eventualmente en la Cámara de Representantes, no tenga pretexto para que avancen sus propuestas de mejorar las condiciones de convivencia de los estadounidenses. Un martes negro, por azares del destino, también se vivió en México, pues mientras muchos estábamos pendientes de la contienda en el vecino país, un jet se precipitó a tierra donde viajaban el titular de Gobernación, Juan Camilo Mouriño y el hombre más experimentado en el combate al crimen organizado, José Luis Santiago Vasconcelos. Un golpe primero a Felipe Calderón porque mueve todas las piezas de cara a su propia sucesión, pero que deja dudas sobre las verdaderas causas que ocasionó la muerte de estos servidores públicos, de quienes los acompañaban, y de las víctimas en tierra. Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com |
Miércoles 29 de diciembre de 2010, p. 4
Lúcidos examinadores de la realidad y autores comprometidos murieron durante el año que concluye. Fueron referentes culturales, principalmente en el ámbito de las letras: el escritor Carlos Montemayor, el cronista Carlos Monsiváis, el narrador José Saramago y el filósofo Bolívar Echeverría.
La Jornada recuerda a estas personalidades, hacedores de un valioso legado.
También ocurrieron los fallecimientos del poeta Alí Chumacero; de los historiadores Friedrich Katz y Howard Zinn; de los narradores Tomás Eloy Martínez, J. D. Salinger y Miguel Delibes; y del filólogo Antonio Alatorre, entre otros.
El tenor, maestro, narrador, poeta, ensayista, traductor y activista Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) falleció en la ciudad de México el domingo 28 de febrero, debido al cáncer que lo aquejó durante meses. En su obra rescató la voz de los colectivos enfrentados al sistema político que les negaba cabida. Indígenas y grupos opositores de izquierda encontraron eco en su creación literaria y reivindicación en su discurso político.
Conocedor de las lenguas hebrea, griega clásica, latina, francesa, portuguesa, italiana e inglesa, tradujo obras clásicas como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo, así como de poetas tales como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Al parejo desarrolló una labor de rescate de los idiomas indígenas de nuestro país, que fructificó en un par de volúmenes centrados en éstos y en su poesía.
Otra de las herencias que deja fue recuperar en los libros Guerra en el paraíso, Las armas del alba y Las mujeres del alba, los motivos de los grupos opositores armados de las décadas de los 60 y 70, y el hostigamiento gubernamental a las comunidades que les dieron cobijo. Campesinos, indígenas, estudiantes, han sido masacrados una y otra vez en los países de nuestro continente. La historia de su resistencia es una memoria que dignifica nuestra vida
, manifestó el narrador.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago (Portugal, 1922) murió el 18 de junio a la edad 87 años, debido a la leucemia. El novelista, poeta y ensayista conjuntó en su persona la generosidad, los ideales por la justicia social y una escritura profundamente determinada por la realidad. La existencia del portugués se puede caracterizar por su sentencia: El único valor que considero revolucionario es la bondad
.
Es el único portugués que ha ganado el máximo reconocimiento a las letras del mundo, que le fue otorgado en 1998 por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía
, afirmó la Academia sueca.
“La razón de escribir, en el fondo, no es más que esa: escribir… No escribo para agradar, tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Me gustaría que todos mis libros fueran considerados como libros del desasosiego”, señaló Saramago en 2009 en torno a su novela Caín.
En El Evangelio según Jesucristo y Caín desnudó a la religión como mitificación de la realidad; y abordó el tema de la razón en los tiempos modernos en su trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez.
Carlos Monsiváis (ciudad de México, 1938), cronista crítico de los fenómenos presentes en la mexicanidad, además de analista de los hechos sociales que han conmovido los cimientos de la sociedad nacional durante los siglos recientes, expiró el 19 de junio debido a complicaciones de una fibrosis pulmonar.
Identificado con la izquierda, el ensayista capitalino reivindicó en sus escritos al individuo y sus derechos como base del entramado social, contra el autoritarismo y la derecha. En esta lid se inclinó por el movimiento de 1968, los ídolos populares, las figuras de izquierda y los acontecimientos que significaban ideas progresistas; también apoyó las luchas de las minorías sexuales y culturales.
La obra de Monsiváis, caracterizada por la ironía frente a una realidad intolerable, fue un revire humorístico frente a los agravios por medio de la sátira política, como en su columna Por mi madre, bohemios, en la cual evidenciaba la ignorancia y exhibía la demagogia de políticos, empresarios, jerarcas católicos y personajes de la vida pública en general.
El editor y poeta Alí Chumacero (1918) falleció el 22 de octubre en la ciudad de México, víctima de neumonía. Fue un amante de la lectura desde su infancia en su natal Acaponeta, Nayarit, y a ella dedicó su vida entera como crítico, ensayista y editor. Entre su creación literaria destaca Poema de amorosa raíz, de los versos más célebres en nuestro país.
Laboró durante más de medio siglo en el Fondo de Cultura Económica y fue una de las figuras centrales del éxito de la casa editora. Ahí, el autor de Palabras en reposo atestiguó el paso de algunas de las mejores obras de la literatura mexicana del siglo XX y fue famoso el rumor, que Chumacero negaba, de haber mejorado la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo con su corrección.
El filósofo marxista e investigador Bolívar Echeverría (1941), referente crítico del capitalismo en América Latina, falleció el 5 de junio en la ciudad de México como consecuencia de un infarto. El ecuatoriano, que adoptó la nacionalidad mexicana, fue autor de una extensa obra sobre modernidad, economía y cultura, y enfocó su trabajo a los ámbitos de la teoría crítica y la filosofía de la cultura.
Echeverría consideraba al barroco en América Latina una forma de resistencia cultural y una modernidad alternativa. “La verdadera fuerza del impulso anticapitalista –escribió– está expandida muy difusamente en el cuerpo de la sociedad, en la vida cotidiana y muchas veces en la dimensión festiva de esta última, donde lo imaginario ha dado refugio a lo político y donde esta actitud anticapitalista es omnipresente”.
Teoría que sostuvo en obras como Conversaciones sobre lo barroco, La modernidad del barroco y Definición de la cultura.
El sábado 16 de octubre, a los 83 años, pereció en la ciudad de Filadelfia Friedrich Katz, a consecuencia de cáncer. El antropólogo e historiador austriaco dedicó su vida profesional al estudio del acontecer en México y América Latina en los siglos XIX y XX. Produjo obras indispensables para entender a nuestro país como La guerra secreta en México: Europa, Estados Unidos y la Revolución Mexicana, De Díaz a Madero: Orígenes y estallido de la Revolución Mexicana y la biografía Pancho Villa, ineludible si se desea comprender al revolucionario.
Howard Zinn (Nueva York, 1922) murió el 27 de enero por una afección cardiaca, . El historiador de izquierda plasmó en su obra el punto de vista de los de abajo durante la construcción estadunidense y fue autor del libro más vendido sobre el tema: La otra historia de Estados Unidos. Referente antibelicista en ese país, el también articulista de La Jornada mantuvo siempre la esperanza en el rescate de la humanidad contra la opresión.
El periodista y narrador Tomás Eloy Martínez, nacido en Buenos, Aires, en 1934, quien logró unificar lo mejor de ambas disciplinas en su obra, pereció el 31 de enero en la capital de su país. Fue autor de una extensa obra que incluye novela, crónica, ensayo, relato, libretos de cine y televisión, donde destacan La pasión según Trelew, prohibida por la dictadura argentina; Santa Evita, traducida a múltiples idiomas, y El vuelo de la reina.
Autor de culto en Estados Unidos, J.D. Salinger (1919) murió el 27 de enero, en New Hampshire. El guardián entre el centeno, publicado en 1951, bastó para colocar al escritor entre los más reconocidos de la literatura moderna de su país y lanzarlo a la fama que siempre despreció.
Miguel Delibes (1920) vivió una España enfrentada por la Guerra Civil y luego la férrea dictadura de Francisco Franco. Es autor de una narrativa del espacio rural español, cruzada por el hambre y la falta de libertades. Su deceso ocurrió el 12 de marzo.
El ensayista y reconocido filólogo Antonio Alatorre, expiró el 21 de octubre a los 88 años. Originario de Autlán, Jalisco, ejerció una labor docente en nuestro país y otras naciones, y fue estudioso de Sor Juana Inés de la Cruz, de quien editó las obras completas. Fue un notable traductor y hacedor de una obra especializada en la que sobresale Los 1001 años de la lengua española.
A lo largo del año también se registraron los decesos de la poeta y traductora Esther Seligson (ciudad de México, 1941); el poeta y especialista en literatura chicana Juan Bruce-Novoa (San José, Costa Rica, 1944-California, Estados Unidos); el escritor y cronista Armando Jiménez (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas); el crítico literario Sergio Nudelstejer (Varsovia, Polonia, 1924), y el autor de novela negra Juan Hernández Luna (ciudad de México, 1962).
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